A 17 años del asesinato de Itzjak Rabin (z´l)
“Hemos llegado de Jerusalén,
la capital eterna del pueblo de Israel. Hemos llegado de un país martirizado.
Procedemos de un pueblo, donde ni un solo año, un solo mes y ni un solo día, en
ningún hogar y en ninguna familia, las madres dejan de llevar el luto por los
hijos que no volverán. Estamos aquí reunidos para poner fin al odio, para
nuestros hijos y nietos no vivan nunca jamás el doloroso sufrimiento de la
guerra, del terror y de la violencia. Hemos venido para velar por sus vidas y
su seguridad. Hemos venido para curar el dolor de los tristes recuerdos, para
rezar por la paz y esperar que llegue a nuestros respectivos países.
A vosotros, los palestinos,
os digo: Estamos condenados a convivir en el mismo pedazo de tierra, en el
mismo país.
Nosotros, los soldados que
volvimos de los campos de batalla con los uniformes manchados de sangre, que
tuvimos que ver como ante nuestros ojos murieron nuestros familiares y nuestros
mejores amigos; nosotros, hombres y mujeres que asistimos a entierros y
sufrimos la mirada de los padres y los huérfanos; nosotros que venimos de un
país en el que los padres deben enterrar a sus hijos; los que luchamos contra
el pueblo palestino exclamamos firmemente: ¡Basta ya de lágrimas y de sangre!
¡Basta ya!
No os tenemos odio. No anhelamos
la venganza. Somos seres humanos como vosotros,. Hombres y mujeres que desean
construir su hogar, plantar un árbol, amarse. Seres humanos que quieren vivir a
vuestro lado con respeto y simpatía. El día de hoy daremos una oportunidad a la
paz y os decimos con voz clara: Hasta aquí, sin ir más allá.
Vamos a rezar para que llegue
el día en el que todos reprocharán el empleo de las armas.
Anhelamos abrir un capítulo
nuevo en nuestro triste y común libro de historia. Un capítulo que hablará del
reconocimiento mutuo, del respeto, de la comprensión, de la dignidad y la
amistad. Confiamos que signifique el inicio de un proceso nuevo en Medio
Oriente. Hoy, en este día histórico, frente a la Casa Blanca en
Washington, comienza para nuestros pueblos, para los padres cansados d ela
guerra, entre los hijos que no la conocerán, una nueva y más estrecha relación."
Fragmento del discurso
pronunciado por el primer ministro de Israel, Itzjak Rabin, con ocasión de la
firma del primer acuerdo palestino-israelí en la Casa Blanca. 13 de septiembre
de 1993. Washington
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