ORÍGENES. PROCEDENCIA. LA GRAN
DISPERSIÓN. DIÁSPORA SECUNDARIA. DEMOGRAFÍA ESTADÍSTICA. INTEGRACIÓN Y REALIDAD
HISTÓRICA. SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS. UN NUEVO PARADIGMA.
Autor:
Dr. Marcos Edgardo Azerrad
La
presencia de los sefaradim o también llamados sefaradíes, (Sefarad=España), se
remonta en la Península Ibérica de aproximadamente a 2.000 años; se hallaban
allí antes de la invasión musulmana (711 D.C.). Estudios con estricto rigor
científico, históricos-comparativos, establecen su presencia por esas tierras,
después que los judíos salieron de la Diáspora en el año 70 D.C. con la
destrucción del Segundo Gran Templo de Jerusalén.
Su
permanencia, constituye el período más prolongado en el cual una parte del
pueblo judío estuvo residiendo tanto tiempo, bajo sucesivas dominaciones:
romanas, visigodas, musulmanas y cristianas; nunca tuvieron autonomía legal;
empero, demostraron que es posible el intercambio positivo, fructífero y útil a
través del conocimiento entre culturas, tradiciones y religiones diferentes. Y
esta es precisamente una característica distintiva del pueblo sefaradí, toda
vez que a través del tiempo exhibieron una apertura mental y amplia, que les
permitió coexistir y trabajar juntos a otras culturas, sin perder su propia
identidad y preservando la riqueza cultural de cada civilización.
Por ello,
es oportuno recordar que Sefarad es
el nombre hebreo para lo que fue la provincia romana de Hispania; Sefardí, quiere decir “español” en hebreo antiguo y es la
palabra para designar a los judíos de España y Portugal.
En ese
orden de ideas, sostiene el prestigioso catedrático español de Historia
Medieval de la Universidad Autónoma de Madrid, Luis Suárez Fernández que “En la
Historia del Judaísmo en España el gran esplendor de esa cultura en su tierra
fue a mediados del Siglo IX. En ese momento se permitió el establecimiento de
comunidades importantes en Barcelona, León y Andalucía y hasta allí se
trasladaron las escuelas teológicas hasta entonces radicadas en lo que es hoy
Irak…[…] “La presencia judía en España se remonta a casi veinte siglos. Las
tribus judías se expandieron por un territorio que casi duplicó en extensión al
dominio árabe en la Península”[1].
En esa
línea de pensamiento, sostiene Don Adolfo de Castro, que “Muchos judíos que
huyeron de Jerusalén, cuando su destrucción por Tito, se establecieron en
España, donde vivieron…[…] “Con el correr de los siglos florecieron muchos
judíos doctísimos, especialmente en Córdoba”[2].
En ese
orden de ideas, sostiene León Poliakov, que “Los judíos españoles son los más
instruidos e ilustres de todos los judíos dispersos por el mundo; su supremacía
tiene una cuádruple base: linaje, riquezas, virtudes y ciencia. Tales
pretensiones fueron justificadas identificando España con el “país de Sefarad”,
donde según el Antiguo Testamento, fueron desterrados los hijos de Jerusalén,
la flor y nata del judaísmo antiguo. Se consideraba que el judaísmo español
descendía ya de los desterrados por Nabucodonosor, ya de los desterrados por
Tito; en todo caso, escribía el historiador Ibn Verga, eran de extracción
regia. En cuanto a las grandes familias de Toledo o de Barcelona, éstas
pretendían descender en línea recta del Rey David”[3]
Por su
parte, Iosef Kaplan, catedrático de la Universidad Hebrea de Jerusalén,
sostiene que “los judíos sefardíes constituyen una comunidad que vivió más de
1.500 años en la Península Ibérica”[4].
Vale
destacar, corroborando lo expuesto precedentemente que “La Sinagoga Mayor de
Barcelona, es sin duda la más antigua de España. Excavaciones realizadas
dejaron al descubierto sus cimientos, unas paredes romanas del Siglo I
construidas con piedra procedente de Cartago. En 1995 y gracias a los estudios
del historiador medievalista Jaume Riera, la Asociación Kahal de Barcelona,
decidió adquirir el inmueble para restaurarlo y recuperar así el espacio
sinagogalLos judíos, en colaboración con árabes y cristianos desarrollaron una extraordinaria cultura, particularmente durante los Siglos XI y XII, que es ejemplo de convivencia de la España de las Tres Culturas, que representó la cúspide del pensamiento filosófico de aquella época (véase Maimónides, Averroes y la Escuela de los Traductores de Toledo). Estos últimos tradujeron los textos griegos al árabe. Esto demuestra la gran diversidad de contenidos y multiplicidad en la que se expresan en el campo social, político y religioso, sobre las formas del pensamiento judío de la época. Así pues, se adelantaron varios siglos a lo que luego habría de llamarse el Renacimiento, o sea el Humanismo en su más alta expresión, dejando su impronta bajo el sello de la tolerancia, la libertad de conciencia y de razonamiento, ciencia y progreso y otras materias que excedieron el campo meramente filosófico y religioso de aquél momento.
Precisamente
en esa línea de pensamiento he sostenido en la Sociedad Hebraica Argentina el 7
de Mayo de 2009, que “La construcción de la nacionalidad española, nace con la
convivencia y la participación de moros, cristianos y judíos y con ello
consecuentemente el aporte lingüístico del castellano. Los judíos españoles,
arrojados al exilio, mantuvieron durante siglos su amor incondicional hacia la
Patria que los había despreciado, lazo afectivo que se exteriorizó no solo a
través del idioma que conservaron y conservan, sino también en la memoria de su
pasado español, guardando como reliquia, las canciones, refranes, leyendas,
tradiciones, romances y costumbres. En la historia de ambos pueblos, no podía
faltar lo que constituye uno de los elementos más importantes y trascendentes
de identidad: la lengua…[…] “El castellano se comienza a expandir en América;
los sefaradíes llevan esa misma lengua a los lugares del exilio y le guardan
fidelidad durante más de cinco siglos. Son portadores de dicho tesoro
lingüístico en el Mediterráneo central y oriental y en el Norte de África, más
precisamente en Marruecos. Justamente, refiriéndose a el origen del castellano
Carlos Fuentes[6]
, en ocasión de celebrarse el Tercer Congreso Internacional de la Lengua, en
Rosario, (Argentina, abril de 2004), en la Conferencia Inaugural, aunque sin
mencionarlo, hace suya la tesis de Américo Castro, expresando textualmente:
“Somos lo que somos y
hablamos lo que hablamos, porque los sabios judíos de la Corte de Alfonso El
Sabio impusieron el castellano, lengua del pueblo, en vez del latín, lengua de
la clerecía, a la redacción de la Historia y las Leyes de Castilla”.
De esta
manera, el notable escritor Mexicano, reconocía el papel de los sefardíes en el
nacimiento de nuestra lengua castellana, durante la época de la convivencia de
la España de las Tres Culturas. Los Judíos forman parte indisoluble de la
Historia de España”[7].
Mérito es
señalarlo, Carlos Fuentes, Gran Señor de las Letras, fue distinguido en 1987
con el Premio Cervantes; en 1994, recibe el Premio Príncipe de Asturias de Las
Letras y en el año 1977, recibe el Premio Rómulo Gallegos, galardón de máxima
jerarquía que se otorga en América Latina (Venezuela); por otra parte, la misma
Real Academia Española dispuso una nueva edición con motivo del 50º aniversario
de la obra de Fuentes “La Región más
transparente”, que nos habla sobre la historia de México, sus
conflictividades y contradicciones.
Cabe
señalar, que al III Congreso Internacional de la Lengua, concurrió
especialmente invitado el Rey Juan Carlos I de España.
Los
expulsados de España, mantuvieron su tradición, cultura e identidad, además de
su lengua, que es una de las características del pueblo sefardí, conservando el
idioma de las Leyes de Castilla y del Siglo de Oro Español, enriquecida además
por el exilio de más de 500 años por los lugares donde se trasladaron y se
radicaron.
La lucha
por la sobre vivencia de los judíos que escaparon de la Inquisición y posterior
Expulsión, constituyó un acto de vida por mantener incólume la historia,
tradición, cultura e identidad del Pueblo Judío.
EL EDICTO DE EXPULSIÓN
De tal
suerte, que el Edicto de Expulsión firmado el 31 de Marzo de 1492 de Fernando
II de Aragón e Isabel I de Castilla, Reyes Católicos, dispusieron que “Todos
los hombres y mujeres judíos, de todas las edades, deben dejar nuestros reinos
antes de finalizar Julio, con sus hijos e hijas, sirvientes y parientes, que
sean judíos”, rezaba la Orden de los monarcas.
Podríamos
afirmar sin temor a equivocarnos que el número de personas expulsadas difieren
sustancialmente entre los autores, de tal manera que este es un tema que bien
puede definírselo como las “cifras de la discordia”; en efecto, Paul Johnson en
“La Historia Universal de los Judíos”, refiere que aproximadamente 400.000
judíos fueron expulsados, en tanto la Profesora Paloma Díaz Mas, estima que la
cifra fue de aproximadamente 100.000
radicándose la mayoría en Marruecos; Yizhar Baer, por su parte, estima esa cantidad
entre 150.000 a 170.000, en tanto Caro Baroja dice que fueron expulsados de
España aproximadamente 270.000 judíos, destacando que el núcleo de la población
era esencialmente urbana, aunque existían minoritariamente sectores rurales;
Haim Beinart, refiere que esa cifra asciende a 200.000 judíos expulsados;
Bernard Vicent, de 100.000 a 150.000 mil; Joseph Pérez, de 50.000 a 150.000; A.
Domínguez Ortíz, 100.000 mil; Jaime Contreras, de 70.000 a 90.000 mil judíos
expulsados; Edward Burman, 400.000 judíos expulsados.
Y así
pues, esta Diáspora se extendió a través de Marruecos, Turquía, Grecia (los
judíos del Mediterráneo), Bulgaria, Hungría, Holanda, Inglaterra, Francia e
Italia, entre otras regiones. Básicamente la dispersión se produjo a través de
cuatro bloques geográficos, los cuales podemos identificarlos de la siguiente
manera: a) aquellos que emigraron hacia África del Norte; b) la emigración
hacia las tierras del Mediterráneo (Orientales); c) y finalmente la emigración
hacia Europa Occidental; d) América.
En
apretada síntesis, podemos ubicar a esta inmigración en cuatro grandes bloques
geográficos, a saber: a) África del norte: Judíos Marroquíes; b) Los Judíos del
Mediterráneo: Grecia y Turquía (Rodas, Salónica, Cos, Esmirna; Siria: Alepo y
Damasco; c) Los Judíos que emigraron hacia Europa Occidental: Bulgaria,
Hungría, Holanda, Inglaterra, Francia e Italia, etc); América, último centro de
radicación, principalmente de marranos: Recife, Curazao, Nueva York, entre
otros.
Llevaron
de España la lengua, que algunos llaman “ladino”, otros “judezmo” o la
“jakitia”, que precisamente ésta última hablaban nuestros familiares que
emigraron de Tetuán, Marrakech, Tánger, Larache, Fez, Alkazarquivir, etc.
Por otra
parte, estos emigrados llevaron además el castellano como lengua identitaria
común con la nacionalidad española.
En el
Siglo I, unos 50.000 judíos se establecieron en Andalucía (Sevilla y Granada) y
desde entonces, con el beneplácito o no de los sectores del poder, estos
pobladores fueron construyendo su idiosincrasia. El Ladino, o Sefardí, o
Judeo-español, es la lengua de los descendientes de esos judíos que, en 1492,
fueron expulsados de España. La música ocupaba un espacio de importancia. En el
seno de la familia sefardí se cantaba: la madre le cantaba a la hija al nacer,
el enamorado a su amada, las mujeres a la desposada[8].
Durante
las dos centurias posteriores a la expulsión, se desarrolló una extraordinaria
cultura rabínica y cabalística.
Como dato
verdaderamente trascendente y relevante, debo señalar que Francois Mitterrand,
impulsó y creó la Primer Cátedra en el mundo de “Judezmo Español”, en la
Sorbona en el año 1984 y cuya titularidad ejerce el prestigioso investigador
sobre cultura e identidad sefardí, Jaim Vidal Sephiha, sobreviviente del
Holocausto.
Sostiene
Sephiha que “Los judíos españoles, se llevaron la lengua que se hablaba en
España a fines del Siglo XV, lengua que les era común al conjunto de los
españoles, fuesen musulmanes, cristianos o judíos, y fue a partir del español
peninsular que nació el dzhudeo-espanyol vernáculo o espanyol o dzhudezmo
(término éste último que significa “judaísmo”) o aún dzhudyó o dzhidyó “[9].
LA PRIMERA DISPERSIÓN. LA
GRAN DIÁSPORA.
Los judíos expulsados de España, iniciaron lo que se
denomina la Gran Diáspora. Los que se quedaron, los convertidos de manera
forzosa o voluntaria, fueron llamados “marranos”[10].
“El 31 de
Julio de 1492, unos trescientos mil judíos abandonan Sefarad (España), su
Patria durante más de mil años. El Decreto firmado por los Reyes Isabel y
Fernando otorga cuatro meses para la dramática expulsión. Se realiza en dos
etapas. La primera por vía terrestre y marítima, distribuyéndose por Navarra y
Portugal y paulatinamente hacia Italia, África del Norte, Grecia, Egipto,
Tierra Santa y el Imperio Otomano. La Segunda Etapa, más extensa, es la de los
judíos que se habían convertido a la fuerza al catolicismo. Esos llamados “cristianos nuevos” o “marranos” (criptojudíos), mantienen en
secreto su judaísmo. Se trasladan entre los Siglos XV y XVIII a posesiones
americanas de España y Portugal tales como Recife, Buenos Aires y México.
Cuando se proclaman judíos, van mayormente a los territorios holandeses e
ingleses: Ámsterdam, Recife, Jamaica, Nueva York. Encuentran en su exilio
comunidades judías antiguas como en Roma y Tetuán a las que se asimilan y
agregan su alto nivel cultural, sus tradiciones y lengua: el judeoespañol, el
ladino y la haketiya”[11].
En 1602,
Ámsterdam abrió sus puertas a otra minoría perseguida: los judíos, entre
quienes figuraban algunos de los más ricos mercaderes. En pocos años se formó
en la ciudad una importante comunidad de judíos sefardíes, sobre todo
portugueses, que huyeron de los dominios de Felipe II ante la creciente
persecución inquisitorial y que, al llegar a los Países Bajos, pudieron
practicar su religión sin ninguna traba. En el seno de una de estas familias
sefardíes, nació, en 1632 el filósofo Baruch de Spinoza[12].
En
Marruecos, excavaciones arqueológicas han demostrado la existencia de
comunidades judías antes de la Expulsión. En la zona del Sous y las cadenas
montañosas del Atlas, subsistió una población judía autóctona y notoriamente
diferente a los recién llegados o expulsados. Así pues, los recién llegados
fueron llamados en hebreo “megorashim”,
en contraposición a los oriundos del país, denominados “toshabim”, (autóctonos).
Sostiene
Víctor Malta que “La Diáspora Marroquí es, seguramente, una de las más antiguas
de Israel. Según algunos historiadores, la llegada de los judíos a Marruecos se
situaría en la época del Rey Salomón, mientras que para otros, después de la
destrucción del Templo de Jerusalén por Nabucodonosor en 586 (a.C.). Estas
comunidades han depositado, en otro tiempo, en el acervo espiritual de Israel
el mejor legado: la aristocracia intelectual. El judaísmo marroquí ha conducido
durante siglos, la vida de las comunidades sosteniéndolas en la fe y en la
esperanza. Constituidos en la época de Cartagena, sobrevivieron a la dominación
de los romanos, de los vándalos, de los bizantinos, de los turcos, de los
españoles y de los franceses. Los
gobernantes cambiaban, la opresión se transformaba, pero este judaísmo marroquí
continuaba viviendo en una especie de extraterritorialidad, en una JERUSALÉN soñada e imaginaria” [13].
Los judíos
establecidos en el Imperio Otomano, desarrollaron una extraordinaria cultura,
además de haber sido protegidos por el Sultán de aquél entonces. En este último
lugar, existió la imprenta que permitió un adelanto y progreso para aquella inmigración.
Fueron famosas las centenares de publicaciones de carácter periódico que se
editaron sobre todo en Salónica y Esmirna. Muchos se publican en judeoespañol
aljamiado, pero también con posterioridad comenzaron a aparecer publicaciones
en caracteres latinos, o en otras lenguas como el griego, el turco, el hebreo o
el francés.
DIÁSPORA SECUNDARIA
La inmigración de los judíos sefardíes durante el
Siglo XIX, que se trasladan a Canadá, Brasil, Estados Unidos, Francia,
Venezuela, Cuba, México y Argentina, etc., obedecen a distintas causas y factores estructurales, pero
fundamentalmente a la necesidad de encontrar nuevos horizontes que
cristalizaran los objetivos básicos de todo inmigrante: libertad en primer
lugar, trabajo, paz, respeto y dignidad y educación para sus hijos.
¿Qué busca
el judío que huye de los países donde está sometido a tensión a las naciones de
Ultramar? ¿Pan y libertad?, se preguntó el historiador Simón Dubnow: “No,
libertad y pan¡”[14].
“Una nueva
crisis política, económica y cultural, que se inició hacia finales del Siglo
XIX y se prolongó hasta las dos guerras mundiales, impulsó a los sefardíes a la
búsqueda de un nuevo entorno geográfico: se produjo entonces la llamada diáspora secundaria, efecto de la cual
es que actualmente las grandes concentraciones sefarditas no se encuentren en
su marco geográfico tradicional, sino en América, Europa Occidental o Israel”[15].
JUDIOS SEFARDÍES INSTALADOS
EN LA REPÚBLICA ARGENTINA. PROCEDENCIA.
Podemos
establecer, distintos grupos de
procedencia, y entre ellos destacamos los siguientes:
JUDÍOS PROCEDENTES DE
MARRUECOS
1º) Los judíos marroquíes procedentes
de Marruecos, que fueron los primeros en llegar al país[16] (Tetúan,
Alkazarquivir, Marrakech, Tánger, Fez, Mekinéz, Rabat, Arcila, Larache, etc).
Se instalan a partir de 1870/80 en adelante, y podemos denominar a esta inmigración
como espontánea e independiente (efecto llamada). Influyen decisivamente
factores estructurales internos en Marruecos (situación política inestable y difíciles
condiciones económicas, ligado a una epidemia de cólera del año 1865). Además,
después de la guerra hispano-marroquí (1859/1860), al retirarse las legiones
españolas el 2 de Mayo de 1862 de Marruecos, los judíos marroquíes fueron
objeto de molestias y hostigamiento por parte de las comunidades musulmanas, lo
que generó temor e inquietud dentro de la población judía.
Cabe
señalar que la mayoría de estos inmigrantes procedían de Tetuán y Tánger
respectivamente, habida cuenta el contacto fluido que ambas tenían con la
cultura y el comercio europeo.
Por otra parte, estos inmigrantes aspiraban
otros horizontes que les permitieran progresar social, económica y
culturalmente. La emigración se produjo bajo el sistema de redes (efecto
llamada) y muchas veces apremiado por las circunstancias y relacionada a través
de una requisitoria de un familiar, amigo o alguna persona vinculada a estos
inmigrantes por lazos comerciales, afectivos o sentimentales. En la mayoría de
los casos venían hombres jóvenes y solteros, como fue el de mi abuelo Marcos
Azerrad, (nacido en Marrakech el 2 de marzo de 1876, hijo de Benjamín Azerrad);
primero vino solo al país y luego regresó a Marruecos para casarse
posteriormente en Tetuán con mi abuela Miriam Serruya, (hija de Salomón
Serruya) retornando a la Argentina en 1899, con un hijo recién nacido de nombre
Benjamín. De dicho matrimonio nacieron Reina casada posteriormente con Abraham
Roffé, procedente de Ceuta; Salomón, (nacido el 19 de febrero de 1909 en
Reconquista (padre del Autor) y casado con Raquel Bergel); Isaac, Jacobo y Raquel respectivamente.
Este
inmigración se instala en la Capital Federal, provincias de San Luis (Villa
Mercedes)[17],
Santa Fe, (Norte[18]
y Sur[19]) (Los primeros
cementerios sefardíes de la provincia de Santa Fe, fueron fundados el 9 de
junio de 1895 (Cementerio Latino de la Ciudad de Santa Fe) y el de Vera,
construido en los primeros años del 1900;); San Francisco[20] (Pcia de Córdoba);
allí se instaló inicialmente una importante comunidad sefardí, a punto tal que
el 14 de julio de 1915 se realizaron elecciones comunales por el sistema de
voto secreto ganando León Sananes[21] por la diferencia de
un voto), y asentamientos en menor medida en el centro y noroeste del país,
entre otros lugares, Córdoba[22], Villa Dolores,
Tucumán, La Rioja[23], Salta[24], Chaco[25], (particularmente
Resistencia, Villa Ángela, Sáenz Peña y los judíos tetuaníes de la Sábana del
Chaco Austral), Corrientes, Entre Ríos, etc.
Cabe
señalar como dato inédito y novedoso, que los inmigrantes judíos que
participaron en las actividades políticas con el advenimiento de la democracia
e intervención popular y voto secreto a partir de la década del ‘20,
adscribieron en su gran mayoría al Partido Radical y por consiguiente a las
proclamas y reivindicaciones que levantaban Hipólito Irigoyen y sus seguidores.[26]
En tal
sentido, el investigador Muscar Benasayag, señala textualmente que “La amplia
mayoría de los inmigrantes sefardíes se adscriben en su amplia mayoría al
Partido Radical, que en esos momentos estaba liderado por Hipólito Irigoyen…;
menciona los concejales electos, entre otros a “Jacobo Hassan (1909), Francisco
Forado, (1910), Isaac Bentolila, (1913), Levy Chocrón, (1922), Isaac Bentolila,
(éste último formó parte además de la denominada Comisión de Fomento, etc”.
(Véase, Los Sefardíes Tetuaníes del Chaco”, página 12);
igualmente Marta Kaplan, señala que “Los pioneros (sefardíes), aquellos que
habían llegado hacía ya unos años antes tendieron la mano amiga a los
asquenazíes. Hablaban de la marcha política del país y destacaban el
surgimiento del Radicalismo, partido en el que veían una simbología libertaria
y de principios republicanos”. (Véase “
Judíos en Formosa”, página 82 de Marta Kaplán).
Esta
circunstancia demuestra la fácil integración y adaptación al medio social de
estos inmigrantes, toda vez que a poco de llegar comenzaron a participar
activamente no solo como electores, sino también como candidatos, interesándose
por los destinos de la comunidad.
La
totalidad de los judíos que se instalaron en la Sábana del Chaco Austral
provenían de Tetuán.
Otro
factor que influyó en la corriente migratoria estudiada, lo señala Mirelman, al
sostener que “Los dirigentes de la Alianza Israelita Universal (AIU),
contemporáneamente estimularon la emigración desde las comunidades paupérrimas
de la judería marroquí…[…] “En las postrimerías del Siglo XIX, se habían
establecido judíos marroquíes en Villa María y Río Cuarto, como también en
Mendoza y además desde La Sábana hasta Calchaquí (Departamento Vera-Provincia
de Santa Fe). Tenían negocios de ramos generales, vendiendo telas, mercería,
zapatos y artículos por el estilo[…] “Su conocimiento del castellano contribuyó
al éxito comercial”[27].
Una
característica distintiva, señala Mirelman, en la investigación mencionada,
citándolo a Samuel Halphon[28], es que esta
inmigración “en casi todos los casos eran egresados de las escuelas de la
Alianza Israelita Universal (AIU)” (ob.cit. página 72).
En tanto
el Dr. Rafael Azerrad señala “A finales del Siglo XIX, se instalaron en el
Norte Santafesino (desde Crespo hasta Reconquista, teniendo mayor cantidad
poblacional el Paraje La Curva-hoy Vera), aproximadamente 200 familias
provenientes de Marruecos (1887); asimismo destacó…[…] “que una de las
comunidades preocupadas por la educación, futuro y especialización de sus
hijos, son precisamente los judíos provenientes de Marruecos, advirtiéndose una
gran cantidad de profesionales entre los grupos familiares y sobre todo las
generaciones que le sucedieron a los primeros inmigrantes”[29].
En
correspondencia a lo sostenido por el Dr. Rafael Azerrad, los investigadores
Diana Epstein y Joseh Bengio, señalan que los judíos marroquíes poseían un
nivel de educación que los diferenciaba de muchos inmigrantes, campesinos,
españoles e italianos. Por otra parte, el castellano, hablado correctamente
favoreció una rápida integración al país”[30].
En esa
línea de pensamiento, sostiene textualmente la investigadora Epstein que “Un
gran porcentaje de la segunda generación se dedicó a las profesiones liberales”[31].
Esta misma
autora señala en otro trabajo de investigación que “En la segunda generación ya
se puede encontrar una fuerte tendencia hacia el estudio de profesiones
liberales”[32].
A mayor
abundamiento, señalo que en las conclusiones de mi trabajo en el III Simposio
Internacional de Estudios Sefardíes, destaqué en el punto 7º) que “Al existir
movilidad social ascendente, los hijos de inmigrantes pudieron progresar y en
la mayoría de los casos obtener un título universitario”[33].
Adviértase
además que muchos de estos inmigrantes sabían dos idiomas (además del
castellano) y muchos de ellos habían concurrido a la Alianza Israelita
Universal (AIU).
Corroborando
todo lo expuesto, sostiene Jacques Obadía que “La adaptación del judío marroquí
fue fácil y con ello su evolución y ascenso económico y social, lo que, a su
vez, contribuyó al mejoramiento educativo y profesional de las generaciones
siguientes. Muchos de estos judíos de origen marroquí tuvieron formación académica
en universidades argentinas, alcanzando un elevado nivel de profesionales
independientes en diferentes disciplinas”[34].
En ese
mismo orden de ideas, afirma el prestigioso abogado y dirigente comunitario,
Dr. Jacobo Abecasis, que “Destaco la existencia de un alto porcentaje de
hogares de nuestra colectividad que participaba y participa de las inquietudes
de la enseñanza superior para sus hijos. No puede, pues, extrañar que esta
modesta comunidad hebreo-marroquí sea la que, comparativamente con los restantes
núcleos comunitarios del “ishuv”
argentino, cuente con el más alto porcentaje de profesionales”[35].
Cabe
señalar, que el Dr. Abecasis se desempeñó durante ocho años como presidente de
ACILBA.
La mayoría de estos inmigrantes, se dedicó
inicialmente a la actividad comercial vinculada al rubro textil. Los primeros,
vendiendo puerta a puerta, con la valija al hombro y al estilo judío. Era notable la habilidad y capacidad que tenían
para negociar y comunicarse con los vecinos del lugar, ligado ello a la
necesidad de subsistir. En el Norte Santafesino, los primeros inmigrantes se
trasladaban en carretas[36] llevando su
mercadería e internándose en los polvorientos caminos de los montes de la Cuña
Boscosa Santafesina. Eran épocas difíciles y peligrosas. Personalmente, he
recorrido esos mismos caminos a los 15 años de edad, vendiendo mercadería que
me proporcionaba mi Padre, acompañándolo a Don José Bonaldi, quien manejaba su
Ford A, color verde.
En la
Capital Federal, los judíos marroquíes se aglutinaron en lo que es hoy ACILBA
(Comunidad Israelita Latina de Buenos Aires), funcionando actualmente su sede
en Borges 1932, y su Templo en calle Piedras 1164 del Barrio San Telmo. Cabe
señalar, que el 23 de abril de 1917, comenzó a editarse la Revista “Israel”,
que fue la primer publicación periódica judía en lengua española que apareció
en América Latina y fundada por Samuel A. y Jacob Levy. El cementerio de la Comunidad Judeo-Marroquí
fue establecido en Avellaneda (Provincia de Buenos Aires) en el año 1897[37], destacando que el
primero cronológicamente de los sefardíes fue fundado el 9 de junio de 1895 en
Santa Fe. (Cementerio Latino de Santa Fe)[38].
ACILBA,
(anteriormente llamada Congregación Israelita Latina de Buenos Aires, fundada
en 1891), es la primera comunidad judeosefardita institucionalmente organizada
en la Región Latinoamericana y prueba de ello, lo constituyen el acervo
histórico y documental y sus actividades desarrolladas desde el Siglo XIX hasta
el presente, que corroboran tal aseveración.
Cabe recordar finalmente
como dato histórico referencial, que precisamente la fotografía de la tapa
de SEFÁRDICA XII (“La Identidad
sefardí, ver página 4: -archivo
particular familia Azerrad-), pertenece al negocio –en construcción en
aquella época. (Tienda “La Feria Franca”), de un tío abuelo nuestro, Don Marcos
Abraham Bergel, tío de mi madre Raquel Bergel e hijo de un prestigioso Rabino,
Don Abraham Bergel (véase Sefárdica XII, páginas 147, 153 y siguientes,
Editorial Taller Gráfico de Aguafuerte S.R.L., Buenos Aires, Argentina, año
2001). Como dato histórico, verdaderamente trascendente e importante, debo
señalar que la primer acta de matrimonio del Registro Civil de Moisés Ville
(Departamento San Cristóbal, Pcia de Santa Fe), fue realizada el día 19 de Julio
de 1899, siendo sus contrayentes Don Marcos Abraham Bergel (hijo de Abraham
Bergel y de la Sra. Mercedes Levy)- éstos últimos bisabuelos del autor- y Doña
María Gutman, (hija de Don Abraham Gutman y de la Señora Esther Lifschitz),
habiendo actuado como Oficial Autorizado y Encargado del Registro de Estado
Civil respectivo, Don Valentín Gallegos. (Cfr. Ver Expedientes Vitales de
Moisés Ville (Acta Nº 1 de Matrimonios), en www.generacionesmv.com/Generaciones/RegCivil.htm
E-Registro: Marcos Bergel. Éste último, posteriormente se radicó en Vera (Pcia
de Santa Fe), y que junto a aproximadamente 200 familias sefardíes,
provenientes de Marruecos, poblaron el norte santafesino, destacando que
algunos ya se encontraban allí a la fecha precitada, constituyendo los mismos
sin lugar a dudas, los pioneros de la inmigración judía en la República
Argentina.
JUDÍOS PROCEDENTES DEL
IMPERIO OTOMANO
2º) a) Los judíos provenientes del
Imperio Otomano, es decir aquellos ubicados en el Mediterráneo: Grecia, Turquía
y los Balcanes, ( Esmirna, Salónica[39], Estambul,
Constantinopla, etc) –éstos son llamados “latinoparlantes”; b) Los judíos de la
Isla Italiana de Rodas, Cos, etc. (Estos también hablan el judezmoespañol). “En
Mayo de 1912, en la llamada Guerra Ítalo Turca el reino de Italia ocupa las
Islas del Dodecaneso y por el Tratado de Lausana del 18 de octubre de 1912,
logra establecerse frente a la costa turca como parte del plan estratégico de
control del Mediterráneo Oriental, junto con las regiones de Cirenaica y
tripolitana en el Norte de África…[…] “Las Islas adquieren por el Tratado de
Lausana del 24 de Julio de 1923, el nombre de Islas Italianas del Egeo bajo
plena soberanía de la Península”[40].
Los judíos procedentes del Imperio
Otomano, además de padecer una creciente e inestable situación política,
existían también otras causas, como una crítica situación económica que había
sumido en la pobreza a la mayoría de la comunidad. Ligado a ello, la existencia
de un servicio militar extremadamente extenso, por el continuo reclutamiento de
tropas y los permanentes conflictos a raíz de las Guerras Balcánicas. Esta
emigración comienza a finales del Siglo XIX y principios del XX.
Cabe
señalar, que “Una serie de circunstancias políticas y económicas contribuyeron,
ya en el Siglo XX, al progresivo desmembramiento del mundo sefardí oriental: la
rígida censura ideológica impuesta en el imperio turco en los años previos a la
caída del último sultán (Abdul Hamid, depuesto en 1908), había impulsado a
algunos intelectuales sefardíes a exiliarse en Egipto o a países occidentales;
las guerras turco-balcánicas de 1912 motivaron la emigración hacia Francia o
hacia América (del Norte y del Sur) de buen número de jóvenes judíos a los que
por primera vez se llamaba a filas, pues hasta entonces habían estado exentos
del servicio militar mediante el pago de un tributo. Posteriormente, la
epidemia de cólera de 1913, la Primera Guerra Mundial, las crisis económicas y
la carestía de la vida, o catástrofes como el gran incendio de Salónica de 1917
que dejó a muchos sin hogar, propiciaron una corriente migratoria continua, que
tuvo como destinos prioritarios Norteamérica, Francia y algunos países de
América del Sur, como Argentina”[41].
En ese
orden de ideas, Avni nos ilustra señalando que los judíos de Marruecos se
adelantaron respecto de la presencia de otras inmigraciones llegadas al país, y
se los puede ubicar a partir de 1875, en tanto “Los judíos oriundos del Imperio
Turco, empezaron a llegar en los últimos años del Siglo XIX”[42].
JUDÍOS SEFARDÍES DE TUCUMÁN
Por su
parte, el Dr. León Amiras nos ilustra, expresando que “En el año 1910 comenzó a
formarse el núcleo sefardita de la colectividad judía de Tucumán, ciudad cosmopolita
en que los judíos encontraron refugio y respeto. A Tucumán arribaron los
sefarditas en dos grandes corrientes: de 1910 a 1924 y de 1921 a 1939, procedentes
en su gran mayoría de Esmirna, Beirut o Jerusalén. Hijos de padres comerciantes
o agricultores, estos recién llegados, en su mayoría gente joven, se dedicaron
a la venta a domicilio de prendas de vestir o comenzaron a trabajar como
artesanos y muchos de ellos progresaron y fueron estableciendo comercios que
con el tiempo se convirtieron en muy importantes. Entre los primeros
sefaraditas que se establecieron en Tucumán se hallaban las familias Guini,
Azar, Perpignal, Maizel, Gaón, Sabaj, Levy, Israel, Maizel, Barbavid. En 1917
se fundó la Sociedad Israelita Otomana, en tanto en el año 1921, se dio el gran
paso definitivo con la creación de la prestigiosa Asociación Israelita Sefaradí
de Beneficencia, alma y orgullo de nuestra comunidad”[43].
En ese
orden de ideas, sostiene la prestigiosa investigadora María Esther Silberman de
Cywiner que “En Tucumán existen tres Kehilot
: la Sociedad Unión Israelita Tucumana, fundada por inmigrantes asquenazíes, es
la Kehilá central; Jabad Luvabitch,
que inició su actividad a partir del año 1982…[…] “..y la Asociación Israelita
Sefaradí de Beneficencia de Tucumán que abarca 200 familias judías”…[..] “A
comienzos de 1992 el total de judíos sefaradíes ascendía a 550 personas más o
menos. Teniendo en cuenta que el total de la Comunidad Judía de la Provincia se
calculaba en unas cuatro mil personas, la comunidad sefaradí era más o menos un
15% de esa minoría”[44].
En esa
línea de pensamiento, y corroborando lo expuesto precedentemente, sostiene el
Rabino Salomón Nussbaum que “La Comunidad Judía de Tucumán constituye un
referente para todas las comunidades del noroeste argentino”[45].
En esa
línea argumental, constituyen inobjetable fundamentación del presente trabajo
investigativo, lo sostenido por las prestigiosas profesoras María Esther
Sílberman de Cywiner, Noelí Alejandra Guerra de Cascales y la Licenciada Silvia
Patricia Israeli, quienes sostienen que “De acuerdo a los registros que se
conservan, la colectividad sefaradí de Tucumán comenzó a nuclearse a partir de
1910, año en que arribaron a Tucumán los primeros judíos procedentes de Esmirna
(Turquía), Beirut (Líbano) y Jerusalén (Palestina). Esa primera inmigración se
extendió hasta el año 1924. Luego, hubo otra que se extendió hasta 1939, antes
de la segunda guerra mundial. La mayoría de los inmigrantes eran varones
jóvenes que llegaban solos o en grupos de hombres huyendo del servicio militar
que los conducía a la guerra y a una muerte segura; otras veces, eran empujados
por el hambre y la falta de perspectivas económicas. En 1912 se conoció en
Tucumán la existencia de una Sociedad Israelita de Salta, cuya mayoría, por ser
sefardíes los primeros judíos en arribar a esa provincia, eran sefardíes. El
primer contacto que tuvieron los judíos de Tucumán con una comunidad judía fue
con la de Salta, a raíz de que al siguiente año, los salteños solicitaron,
mediante un convenio la autorización para trasladar y sepultar los restos de
judíos salteños en el cuadro Nº 38 del Cementerio Norte de Tucumán…. [….]
“Algunos judíos sefardíes arribados a la Provincia de Tucumán, optaron por
establecerse en el interior: Monteros, Concepción, Acheral, Villa Quinteros….
“En el año 1917 se funda la Sociedad Israelita Otomana y finalmente en 1921 se
logró avanzar para la creación definitiva de la Asociación Israelita Sefaradí
de Beneficencia… “En el año 1912, por primera vez se registran dos casamientos
por civil entre los primeros que habían arribado a Tucumán, el de David Guini
con Bojora Crudo y el de Alejandro Azar con Dona Nachari”…. “Desde 1914 hasta
1924 fue designado Jajam David Perpignal y en la nueva sinagoga Moisés Hassan
tuvo a cargo los servicios religiosos”[46]
Precisamente
y en ese mismo orden de ideas, refiere la Señora Noemí Brujis de Stern, que “El
Museo de la Universidad Nacional de Tucumán “Dr. Juan B. Terán” (MUNT) y la
Dirección Nacional de Migraciones invitaron a la Asociación Israelita Sefaradí
de Beneficencia de Tucumán, a participar en la muestra denominada Historias de
Inmigrantes que se realizó en el MUNT desde el 11 al 18 de septiembre de 2011.
El acto central se realizó el domingo 11 de septiembre de 2011 en los jardines
del MUNT. Para “rendir homenaje a los hombres y mujeres de diversos orígenes
que llegaron a nuestra provincia para quedarse y tejer la historia de la
provincia”, cada colectividad escogió al representante más longevo para
otorgarle una Certificación de Inmigrante ofrecido por la Dirección Nacional de
Migraciones. Pudimos cumplir este objetivo con la presencia de la única
inmigrante sefardí que vive en Tucumán, Meryanne Morgues de Ziperovich. Ella y
su familia llegaron desde Izmir en 1920. Nos representó muy bien al recibir la
Certificación de la Dirección Nacional de Migraciones y agradecer con cálidas y
emotivas palabras a la Argentina, país que cobijó a su familia y a tantos
millares de inmigrantes de diferentes orígenes dándoles oportunidad de trabajar,
procurarse su sustento, practicar su culto, mantener sus costumbres y educar a
sus hijos en un ámbito de paz y libertad”… […] “En 1910 llegan los primeros
inmigrantes sefardíes legales a Tucumán. Mantuvieron sus costumbres y
tradiciones en todos los ámbitos de su vida: religioso, cultural, familiar,
musical, gastronómico. La historia de los inmigrantes sefaradíes en Tucumán
cumple 90 años. Éste es el legado que pretendemos que nuestros hijos y nietos
sepan valorar y honrar. El camino está iniciado. Ellos sabrán mantener el rumbo
para beneficio de esta comunidad pequeña, pero rica en valores religiosos,
tradicionales y culturales en términos de identidad”[47]
Estas
expresiones no hacen más que ratificar y convalidar el Preámbulo de Nuestra
Constitución Nacional, de esta bendita y querida tierra argentina, cuando
ordena “…asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra
posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo
argentino…”.
JUDÍOS PROCEDENTES DESDE
SIRIA
3º) Los judíos de habla árabe, llegados
desde Siria, que a su vez se ubican en dos subgrupos, a saber:
a) Los Judíos de Alepo
b) Los Judíos de Damasco
JUDÍOS DE ALEPO
Cabe
señalar, que los Judíos de Alepo, mantienen un fuerte apego a las tradiciones
religiosas, radicándose mayoritariamente en la Capital Federal y en menor
medida en el interior del país, entre otros lugares Córdoba y Rosario[48].
En tal
sentido, es válido destacar que los judíos alepinos mantuvieron un elevado
nivel cultural y custodiaron la educación judía dentro de marcos religiosos
estrictos.
Los
alepinos advirtieron que la República Argentina, fue desde el comienzo un país
hospitalario que les permitió desarrollar la libertad de cultos y a la par,
fundaron importantes escuelas, sinagogas y sociedades de beneficencia,
integrándose plenamente al país que los había recibido.
Por otra
parte, sus miembros observaron un fuerte compromiso sionista y militante
solidaridad con Eretz Israel.
En esa
línea de pensamiento, sostiene la investigadora Rodgers que “Los dirigentes,
preocupados fundamentalmente por asegurar la continuidad de las nuevas
generaciones, encararon diversas estrategias a fin de preservar las propias
tradiciones, amoldarlas a la cultura nacional, a las leyes imperantes y a los
nuevos tiempos que corrían en la arena internacional. La idea era formar a los
jóvenes “enseñando la palabra de Dios”,
pero también con “amor a la Patria
Argentina, cuna nuestra y de nuestros hijos”, y a Israel, “nuestra Madre Patria bien amada”…[…] “Asimismo, como
representantes de la comunidad ante los poderes del Estado y la sociedad
mayoritaria, sus definiciones fueron siempre categóricas. El periódico Mundo Israelita transcribía así las
declaraciones de Ezra Teubal el 14 de Mayo de 1938:
“Nosotros los hombres de la primera generación que hemos
venido a
este país, nuestra patria adoptiva, le hemos testimoniado
nuestro sincero amor, acelerando su
progreso….y al formar aquí nuestros
hogares, hemos dado hijos a la Patria que sabrán defenderla
y a sacrificarse por ella con cariño si
su honor o seguridad lo exige”.
“Se podía
ser simultáneamente un buen judío tradicionalista, como un buen ciudadano
respetuoso de las leyes de su Patria adoptiva o de nacimiento”[49].
Así pues,
cabe destacar que esta comunidad fue progresando gradualmente y ascendiendo
social, cultural y económicamente, dando lugar a la formación de un fuerte
ligazón dedicado al comercio y a la industria textil. Asimismo, sus
descendientes se destacaron en las profesiones liberales.
Por otra
parte, y en virtud de la movilidad social ascendente las generaciones
sucesivas, pudieron obtener su título universitario merced a muchos sacrificios
–como todos los realizados por los inmigrantes e hijos de inmigrantes- algunos
trabajando día y noche, pagándose sus propios estudios, y otros ayudados por
sus padres y familias.
b) Los
Judíos de Damasco provenientes de Siria
JUDÍOS DE DAMASCO
Los judíos
sefardíes radicados bajo los dominios del Imperio Otomano no poseían el mismo
status que los musulmanes, habida cuenta que debían vestirse diferente, pagar
elevados impuestos y sus lugares estaban fijados por las autoridades turcas; se
les respetaba su libertad religiosa y eran protegidos por el gobierno. Allí
habitaban los –sefaradim- judíos
españoles; mustarrabim –judíos
autóctonos arabizados y finalmente los
mizrahim – judíos orientales.
Sus
principales actividades eran diversas; desde textiles, pasando por verduleros,
artesanos, orfebres y además realizaban tareas vinculadas al trabajo del cuero.
Con el tiempo, también actuaron en la medicina y la banca.
Motivos
fundamentales de la nueva dispersión.
“El
principio del siglo XX encontró una Siria convulsionada. Por un lado, la
transición de la Turquía Otomana al control francés tras la Primera Guerra
Mundial, ocurrió en medio de revoluciones y cambios políticos sustanciales. Uno
de ellos fue la consolidación del nacionalismo árabe, que llevó a un escenario
de intolerancia y violencia contra las comunidades no musulmanas. Por otra
parte, las penurias económicas eran devastadoras y la situación extremadamente
difícil. Esta fue una de las causas de la nueva diáspora. Por otro lado, en
1908, se suspendió la exención militar para los judíos. La ciudad de Damasco
fue el centro del reclutamiento para el servicio militar obligatorio y la
eximición del mismo pasó a depender del pago de un impuesto altísimo. Así
comenzó el reclutamiento forzoso de todo varón mayor de 13 años…. [….] “Un
número importante de judíos sirios emigraron hacia América: la Argentina entre
otros destinos. Se calcula que entre 1860 y 1930 llegaron al país alrededor de
seis millones de inmigrantes de todas las nacionalidades y religiones.”[50]
Cabe
señalar, que además de la extrema pobreza reinante y las difíciles
circunstancias por la que atravesaba la comunidad, también influyó la
inestabilidad reinante y el reclutamiento de los jóvenes al servicio militar
que se prolongaba durante muchos años. La emigración, casi siempre de hombres
solos y solteros buscaba otros horizontes de paz, trabajo y libertad. Nuestro
país, dio respuesta a esos anhelos a un mundo mejor y sin guerras. Los primeros
inmigrantes salieron a partir de 1909 en adelante y se instalaron
principalmente en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, Tucumán y el interior del
país.
En la
Capital Federal, se instalaron en la zona de La Boca y Barracas. También en el
Once. En Rosario, en el centro y particularmente alrededor de la calle San
Luis; en tanto en Córdoba, también en el centro de la ciudad y particularmente
en los alrededores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Calles Obispo
Trejo, Ituzaingo, Deán Fúnes, 9 de Julio, etc. Como dato relevante cabe
consignar que la Universidad Nacional de Córdoba, fue fundada en el año 1613,
la más antigua del país (tercera en antigüedad en América Latina). El fundador de
Córdoba, “Jerónimo Luis Cabrera, también tenía sangre hebrea en sus venas”
(Cfe: Investigación de Savoia y Calvo, diario Clarín, pag.38, Edición del 25
noviembre 2012). En tanto, se dice que la misma madre
del fundador de la Cuatricentenaria Universidad Nacional del Ilustre Obispo de
Trejo y Sanabria, era marrana.
Los primeros inmigrantes se dedicaron en los
primeros tiempos a la venta ambulante; progresaron rápidamente y con el correr
del tiempo se transformaron en importantes comerciantes, empresarios e
industriales y prestigiosos profesionales.
Los
inmigrantes radicados en Buenos Aires, crearon la Asociación Israelita Sefaradí
–Bene Emeth- inaugurando su
cementerio en el año 1915 en la localidad de Lomas de Zamora. En tanto, el
Cementerio Sefardí de Córdoba, fue fundado en el año 1924, y se halla en la
actualidad ubicado en el Barrio de San Vicente de la mencionada Ciudad.
Los
pilares fundamentales de esta Comunidad se relacionan fundamentalmente a las
instituciones educativas, los templos, cementerios y un férreo compromiso de
solidaridad y ayuda al necesitado.
En la
Capital Federal, merecen citarse el Templo de Paso 733, el cual por sugerencia
de Don Víctor Yattah adoptó como modelo un templo construido en la ciudad
Italiana de Florencia.
Con el transcurrir del tiempo, el Templo Shaare Tefilá se unió con la Institución Bene Emeth hasta la actualidad.
Cabe
señalar, que esta Comunidad tiene un fuerte apego a las tradiciones religiosas,
respetando su pertenencia, tradición e identidad. Por ello es oportuno recordar
cuando Bejor Mohadeb hizo el bar mitzvá;
su abuelo materno, el Gran Rabino Ezra Maslatón Tarrab le dijo: “querido, te
voy a pedir tres cosas: recuerda en todo momento que eres judío, sigue el
camino de tu abuelo, de tu familia, de tu padre y de tu madre; que sea recto tu
camino; que tengas shem tov, un buen
nombre”[51]
JUDÍOS PROCEDENTES DE EGIPTO
Y PALESTINA
4º) Los judíos procedentes de Egipto,
Palestina, Jerusalén y algunos otros lugares que se integran y se asimilan a
los grupos mencionados anteriormente.
Según el
Censo de 1960, el porcentaje de judíos de origen EretzIsraelí que habían llegado a la Argentina era el siguiente:
·
Entre 1930 y
1939: 13,9%
·
Entre 1940 y
1960: 30,1%
“Después
de los disturbios de 1929 y la profundización del conflicto de Medio Oriente,
también arriba una cantidad considerable de judíos provenientes de Eretz Israel. Muchos de ellos de origen
alepino y algunos de otras procedencias que habían emigrado anteriormente a
Jerusalén…”[52].
JUDÍOS PROCEDENTES DE ITALIA
5º) Los judíos italianos refugiados en
la República Argentina, a raíz de la persecución racial del fascismo. En el año
1938, fue creada en Roma, la Dirección General de Demografía y Raza, donde se
establecía que los italianos pertenecían a la “raza aria”, y por consiguiente
excluía de la misma a los judíos italianos. Ello motivó la inmediata expulsión
de docentes y alumnos de establecimientos públicos, donde fueron exonerados 195
profesores universitarios y 173 directores y docentes de colegios secundarios.
Las leyes
raciales se aplicaron durante la Segunda Guerra Mundial, en todos los países
bajo la hegemonía y dominio del Nazismo. En Alemania, comenzó en 1933[53], y luego con las Leyes de Nuremberg de 1935.
Por ejemplo, el Decreto del 3 de octubre de
1940 de Francia, durante el gobierno de Vichy (que fue una marioneta de
Hitler), llamado “La Ley Alibert” ( por el Ministro de Justicia, quien fue su
redactor), definía lo que se entendía por judío: “un judío era aquel que tiene
tres abuelos judíos o dos abuelos judíos y un cónyuge judío. Además se les
prohibía el empleo público, la enseñanza, los puestos militares, el periodismo”
Sobre una
población de 120.000 judíos en Italia, fueron exterminados 9.000 personas
aproximadamente.
Sostiene
la reconocida investigadora Annie Sacerdoti que “en 1938, en correspondencia
con el año del “Censo de la Raza”, vivían en Italia 45.270 hebreos. Ese mismo
año expulsan a los hebreos extranjeros del país, alejaban a los hebreos
italianos de las escuelas, del servicio militar, de los empleos públicos,
considerándolos ciudadanos de segunda clase. Cuando en 1940 Italia entró en
guerra al lado de Alemania, los escuadrones fascistas saquearon las comunidades
hebraicas y las sinagogas. Hasta que en 1943 iniciaron las deportaciones a los lager –campos de concentración- nazis
donde murieron más de 7.000 judíos italianos. Hoy viven en Italia 40.000 judíos.
Las comunidades más numerosas son las de Roma y Milán, luego Torino, Bolonia,
Florencia, Venecia, Trieste y Nápoles”[54].
En ese orden de ideas, sostienen Smolensky y Vera Jarach que
“Entre los años 1938 y 1939, comenzó a llegar a la Argentina una inmigración
italiana sui generis: la de los judíos marginados de diversos espacios sociales
como consecuencia de la campaña discriminatoria implementada por el gobierno
fascista. Esta emigración prosiguió durante los años ’40 y ’41 quedando
prácticamente concluida cuando el agravamiento de la situación bélica impidió
los viajes marítimo y, sobre todo, cuando la ocupación nazi de 1943, coartó
definitivamente las posibilidades de salir legalmente de Italia. Estimamos que
esta diminuta oleada inmigratoria estuvo integrada por un millar de personas
que llegaron a la Argentina….[…] “Desde 1943 a 1945, más de siete mil judíos
italianos fueron víctimas del Holocausto”[55].
Los
primeros judíos se establecieron en Roma hace 2.200 años. En la Ciudad Eterna
vivieron desde el Siglo Segundo antes de Cristo. Tras la destrucción del Templo
de Jerusalén (Año 70 D.C.), la ciudad llegó a contar hasta con 40.000 judíos
sobre una población total de 800.000 habitantes.
Cabe
señalar, que los exiliados italianos hacia la Argentina, lo constituyen en su
gran mayoría, un grupo social perteneciente a la burguesía, entre los cuales se
identifican sobre todo los intelectuales, comerciantes, profesionales e
industriales.
Entre las
personalidades más salientes, podemos recordar entre otros a Rodolfo Mondolfo,
Beppo Levi, Andrea Levialdi, Renato Segre, Dino Jarach, Mario Deveali y
Marcello Finzi. Sobre éste último, debo recordar algunas palabras cuando
presenté la obra del distinguido amigo y colega, Dr. Adolfo Kuznitky sobre “Italia y el Antisemitismo”, señalando en
tal sentido que: “Es válido destacar el aporte de los mercantilistas Césare
Vivante (redactor del Código de Comercio Italiano), Ascarelli (quien recaló en
Brasil durante su forzado exilio) y los emigrados hacia la Argentina, el
laboralista Mario Deveali y el reconocido penalista Marcello Finzi. Sobre éste
último existe un dato trascendente y verdaderamente significativo que la
historia jurídica oficial omite, toda vez que es uno de los redactores del
moderno Código de Procedimiento Penal, que instituyó por primera vez en el país
el juicio oral y público, que comenzó a aplicarse en Córdoba, en 1940. Este
Código Procesal, pionero en la materia, sirvió como modelo y se adoptó
posteriormente en todas las provincias argentinas, siendo el último distrito en
aceptarlo, la Capital Federal y además se constituyó en guía de legislaciones
en toda América Latina; mérito es recordarlo al Gobernador Amadeo Tomás
Sabattini, quien fue el que le salvó la vida a Finzi, trayéndolo a la Argentina
y protegiéndolo de las persecuciones nazis…[…] En ese mismo ámbito cultural,
habló el Embajador de Italia, en nuestro país, Stefano Ronca, quien “Expuso
acerca del inmenso grado de asimilación que tuvieron los judíos en Italia y
puso como ejemplo de ellos la gran cantidad de generales y almirantes en las
fuerzas armadas de ese país y el importante papel que jugaron en la creación de
la Armada y otras calificadas figuras que se destacaron en funciones
gubernamentales. Expresó que las leyes raciales impulsadas por el fascismo
obedecieron a una decisión política tomada desde el poder, por razones de
oportunismo político en la alianza con la Alemania de Hitler, pero que la misma
fue ajena al sentir del pueblo italiano”[56].
Esta
aseveración al sostener que Finzi fue uno de los autores del Código Procesal
Penal, está ahora corroborada, ya no por autores argentinos, sino españoles,
mexicanos e italianos entre otros; de ello dan cuenta, precisamente sus colegas
italianos y discípulos.[57]
Marcello
Finzi, eximio profesor en varias universidades italianas, entre otras de
Ferrara, fue discípulo en su tiempo de los eminentes Maestros, Massimo
Stoppatto y Vicenzo Manzini. Por todo ello, dediqué precisamente una de mis
obras jurídicas (Políticas Públicas de
Seguridad. Medidas Alternativas y Derechos Humanos” Cathedra Jurídica,
Buenos Aires, 2009), “Al célebre e
inolvidable Maestro Marcello Finzi, quien perseguido por las leyes raciales
impulsadas por el fascismo de la Italia de 1938 y exiliado en nuestra Patria,
recaló en la Universidad Nacional de Córdoba, formando parte de la gloriosa “Escuela Penal de Córdoba”, y a todos
los perseguidos y discriminados sin causa ni razón, que dejaron un legado de
Paz, Justicia y Libertad, soñando con un mundo mejor”.
La mayor
parte de esta inmigración se radicó en la Capital Federal. Otros, como Finzi y
Mondolfo, recalaron en las Universidades Nacionales de Córdoba y éste último
además en la de Tucumán.
Mondolfo
se graduó en la Universidad de Florencia en 1899 y ejerció allí además de
hacerlo en las universidades de Padua, Turín y Bolonia, hasta que en 1938, como
consecuencia de las leyes raciales dictadas por Mussolini, tuvo que exiliarse.
En su actuación académica se destacó por sus profundos estudios en filosofía
griega que lo convirtieron en una autoridad a nivel internacional, como así
también como exponente en la investigación de los orígenes históricos del
pensamiento occidental. Sus pensamientos fueron críticos hacia todos los
totalitarismos, por ello en su doble condición de judío y libre pensador,
inexorablemente tuvo que seguir el camino del destierro, que trágicamente
también fue el de sus antepasados.
En esa línea de pensamiento, nos ilustra el
prestigioso filósofo y ensayista,
Ricardo Forster, cuando expresa que “Son muy pocos los que hoy recuerdan a
Rodolfo Mondolfo, los que saben apreciar el enorme favor que nos hizo el
fascismo italiano cuando obligó a ese filósofo nacido en Senigallia en 1877 a
exiliarse en nuestro país, siguiendo los pasos de otros miles de judíos que
también huyeron de un continente arrasado por la barbarie. Mondolfo trajo con
él lo mejor de la tradición humanística de las universidades europeas: una
formación enciclopédica que no le impidió como hoy se suele creer, convertirse
en uno de los principales estudiosos de la filosofía antigua, pero que también
le permitió ocuparse continua y apasionadamente de otros problemas que hacen a
la condición humana: la política, la inquietud del pensador que se interroga
por la crisis civilizatoria de un mundo despistado…[…] “Fue un erudito que supo
cultivar desde la filosofía griega en sus diversas vertientes, deteniéndose
también en la cultura del Renacimiento, y escribiendo también sobre Karl Marx y
el socialismo. Porque en Mondolfo, como buen heredero de las tradiciones del
humanismo, el erudito se mezclaba con el hombre político, con el pensador que
se instaló en la tradición crítica del socialismo como corolario de una
indignación ética ante las injusticias del mundo capitalista. En él se cruzaban
el erudito, el librepensador, el judío diaspórico y el educador. Al finalizar
la guerra Mondolfo pudo haber regresado a Italia; allí lo esperaban premios y
reconocimientos académicos, pero sin embargo decidió que sus nuevas raíces se
habían arraigado profundamente en nuestro suelo y que definitivamente éste era
el país donde quería concluir su vida. Hoy sus restos descansan en una pequeña
bóveda, junto a los de su mujer, en el Cementerio Israelita de La Tablada”[58].
Cabe
señalar, que la Sociedad Hebraica Argentina de la Capital Federal, la
Institución Judía más importante de América Latina, por sus orígenes,
trayectoria, prestigioso y compromiso por la defensa permanente de la vida y
los Derechos Humanos, homenajeó precisamente a Rodolfo Mondolfo en Hebraica en
abril de 1964, durante la presidencia de Marcos Diner en presencia de León Dujovne, y una numerosa
concurrencia que participó celebrando dicha distinción.
Sobre los
Judíos Italianos, Kuznitzky nos ilustra señalando que “Los judíos se encuentran
desde el Siglo II A.C.; los vínculos son tan remotos, que una interpretación
rabínica del Génesis menciona a Italia como el país que es “como el rocío de
los cielos de arriba” (I tal Yah; 27,39). El grado de integración fue
excepcional, y así fue como ocuparon, destacándose en los espacios más
importantes de la política, la cultura, la ciencia y economía. Registraron
cuatro premios Nobel: Segre, Levi Montalcini, Fermi y Modigliani…[…] “Mención
aparte merecen los que emigraron a la Argentina en la década del treinta como
consecuencia de la aplicación de las leyes raciales; se siguieron considerando
italianos, frecuentando el Círculo Italiano y otras instituciones de la
colectividad de ese origen y trabajando en empresas italianas”[59].
Casi la
mitad de judíos de origen sefardí que había en Europa durante la II Guerra
Mundial, unos 165.000, fueron deportados a varios campos de concentración,
según el profesor emérito de la Universidad La Sorbona de París, Haïm Vidal
Sephiha[60].
INMIGRACIÓN DE JUDÍOS
MARROQUÍES DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
6º)
La inmigración de judíos marroquíes a la República Argentina, en la Segunda
Mitad del Siglo XX.
La mayoría
de los autores consultados, sostienen que en Marruecos existía una población
judía que oscilaba entre 270.000 a 300.000 personas de origen judío.[61].
Por su
parte, Balkhausen, sostiene que en los años de la década de 1940, vivían en
Marruecos unos 250.000 judíos. Las grandes emigraciones subsiguientes a la
primera guerra árabe-israelí, y la posterior Guerra de los Seis Días, redujeron
esa cifra a 5.000, de los cuales el 80% reside en Casablanca[62].
En tanto
Becky Hazan, expresa que “existió una época en que la comunidad en África del
Norte, superaba las 220.000 personas de origen judío-marroquí, algo superior
del 2% de la población total. Actualmente esa cifra no supera los 5.000 judíos
en todo Marruecos”[63].
Cabe
señalar, que en Casablanca, existe el único Museo Judío de Marruecos (y también
del mundo árabe) , donde los guías de turismo afirman que existen actualmente
1.000.000 de judíos originarios de Marruecos y diseminados por todo el mundo[64].
La segunda
oleada inmigratoria se produjo hacia nuestro país, entre la década de 1950
hasta 1970 inclusive. La razón de esta emigración tiene causas diferentes a la
primera; en efecto, se origina además de la difícil situación económica
existente, y el trato discriminatorio hacia los judíos, el nacimiento del
Estado de Israel por un lado (15 de Mayo de 1948) y por el otro la
Independencia de Marruecos en 1956.
Sostiene
la Profesora Benmergui, que “Con la creación del Estado de Israel, la
hostilidad que surgió en los Estados musulmanes generó la obligada partida de
los judíos, la mayor parte emigraron hacia Israel, otros lo hicieron a
diferentes países europeos o americanos. El problema se hizo muy grave con la
Guerra del Sinaí, que tuvo lugar en Medio Oriente en 1956 y allí la población
que aún vivía en Marruecos se fue…[…] “Se estiman que allí viven actualmente
unos tres mil judíos”[65].
Las causas
de esta inmigración se pueden sintetizar básicamente en cuestiones políticas y
la dificultad que tenían los inmigrantes para conseguir la documentación
necesaria para hacerlo. Muchos lo hicieron clandestinamente. La situación había
empeorado, cuando Marruecos se había alineado políticamente con las posiciones
ideológicas de la Liga Árabe. Otro de los factores que indujo a esta
inmigración a venir a nuestro país, fueron los permanentes contactos con los
judíos de ese origen que constituían los pioneros de la inmigración en la
República Argentina y que se habían integrado correctamente con una sociedad
que los recibió con los brazos abiertos. Por otra parte la primera inmigración,
había experimentado una movilidad social ascendente, en todos los campos,
extensiva a las áreas política, económica, profesional, científica y
culturalmente, etc. Cabe señalar por otra parte, que el castellano, hablado
correctamente por los inmigrantes, permitió una fácil y rápida integración con
la sociedad en su conjunto.
La mayoría
de esta segunda inmigración se instaló en la Ciudad de Buenos Aires, otro grupo
hacia la Ciudad de Córdoba e interior del país. Se estima que aproximadamente
400 personas procedentes de Marruecos llegaron al país durante el período
1959/1968.
Sobre esta
inmigración, señala la investigadora Diana Epstein que: “En general, muchos de
ellos se definen como tradicionalistas. No obstante, la línea navega entre la
corriente conservadora y ortodoxa…[…] “La situación de los marroquíes de origen
judío tal como se presenta en la Argentina, sugiere que es posible la
convivencia pacífica entre ambas culturas. En efecto, en medio de una larga
guerra en Medio Oriente entre Israelíes e integrantes de países islámicos, el
vínculo cordial entre estos judíos llegados de un país árabe y los marroquíes
musulmanes se mantiene”[66].
La
Profesora Margalit Bejarano, sobre esta corriente inmigratoria, señala que “A
diferencia de la inmigración de principios del Siglo XX, los inmigrantes que llegaron de Oriente
Medio y el Norte de África en las décadas de 1950 y 1960 traían consigo un
nivel socioeconómico y profesional bastante alto, y se integraron rápidamente
en el liderazgo comunitario y sionista”[67].
INMIGRACION DE LOS JUDÍOS AL AMPARO DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL.
PREÁMBULO, LIBERTAD DE CULTOS, EXPRESIÓN E IMPRENTA. ENSEÑANZA LAICA, GRATUITA
Y OBLIGATORIA.
Sin lugar a dudas, la Constitución Nacional
Argentina, significó un aliciente y un paraguas protector para que la primera
inmigración se asentara por estas tierras; en primer lugar, nuestra Carga Magna
de 1853, asegura en su Preámbulo:
“…los beneficios de la libertad, para nosotros,
para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar
en el suelo argentino…”.
Ligado a
ello, la protección a la libertad de cultos, trabajo, de transitar por todo el
territorio argentino, libertad de expresión e imprenta, enseñanza laica,
gratuita y obligatoria. La educación constituyó un factor decisivo de inclusión
social y de progreso. Precisamente con la sanción en 1884 de la Ley 1420 de
Educación Común General Básica y luego con el establecimiento de las escuelas
fundadas por la Nación a lo largo y ancho de todo el territorio nacional,
permitieron que la instrucción elemental, pública y gratuita, estuviera al
alcance de todos los ciudadanos e inmigrantes en igualdad de oportunidades.
Ello, además significó el instrumento adecuado para impartir una enseñanza
común atento la diversidad de lenguas, etnias y religiones existentes. En
definitiva, la sanción de la Ley 1420, permitió la educación popular, como un
gran proyecto del Estado y la sociedad y como hito fundamental estableció la
educación común, obligatoria, gratuita y laica en la enseñanza primaria, sueño
pergeñado por el Gran Maestro de América.
No menos
importante, significó la sanción de la Ley de Matrimonio Civil, del año 1888
creándose el Registro respectivo.
Aunado a
todo lo expuesto, vale destacar también que el 19 de octubre de 1876, se
sancionó la Ley de Inmigración y Colonización Nº 817, creada durante el
Gobierno de Nicolás Avellaneda. Esta legislación otorgó el marco jurídico para
el flujo migratorio y el proceso colonizador.
Cabe
señalar, que también entre los años 1876 y 1884, como así también la del año
1903 se dictaron las Leyes de Tierras, que favorecían la inmigración.
CIRCULAR NÚMERO
11
A partir
de la década del ’30 comienza una etapa de restricción inmigratoria y en
particular se sanciona la Circular Nº 11 de fecha 12 de Julio de 1938, firmada
por el Canciller José María Cantilo, que impedía la entrada de la inmigración
judía, más precisamente meses antes de comenzar la Segunda Guerra Mundial[68].
Cabe
señalar, que según fuentes oficiales del Departamento de Inmigración, durante
el período 1933/1945, solamente entraron al país 24.528 personas, lo que
demuestra a las claras la política restrictiva y discriminatoria de aquel
entonces.
Por otra
parte, señala Uki Goñi, que “las órdenes secretas hacían prácticamente
imposible para los refugiados judíos, entrar en la Argentina”[69].
A mayor
abundamiento, cabe destacar que durante la década del ’20 los inmigrantes de
origen judío que recalaban por estas tierras, le otorgaban la cédula de
identidad identificando su etnia con una Estrella de David[70].
“Argentina
tampoco permitía el ingreso de judíos en sus tierras, y esto siguió siendo así,
aún varios años después de la guerra y cuando el Holocausto ya era un hecho
conocido en todo el mundo, si bien tardaría muchos años en tener una difusión
masiva. Hoy podemos ver a los líderes más importantes del mundo desgarrándose
las vestiduras por lo acontecido en la Shoá. Pero, en aquel entonces no había refugio para los judíos en el
mundo …[…] “La sensación de desamparo estaba fundada en la absoluta
indiferencia con que los gobiernos de todo el mundo trataron el tema”[71].
Cabe
agregar entonces, que “A partir de la década del treinta cesa el numeroso flujo
migratorio. La Argentina, como muchos otros países, comienza a aplicar medidas
más severas para limitar y seleccionar la inmigración”[72].
Consecuentemente,
la demografía estadística corrobora la afirmación histórica de que, a partir de
1930, se establecieron trabas, limitaciones y restricciones a la inmigración
–de manera oculta o secreta- y otras veces de manera directa, que impidieron la
entrada judía hacia nuestro país.
CUADRO COMPARATIVO DE POBLACIÓN JUDÍA DE LA DIÁSPORA SEFARDÍ – AMÉRICA LATINA –
PAÍS
|
POBLACIÓN JUDÍA
|
SEFARDÍES
|
Argentina
|
187.000
|
37.400
|
Brasil
|
97.000
|
19.400
|
México
|
40.000
|
22.000
|
Chile
|
20.900
|
5.000
|
Uruguay
|
20.000
|
4.500
|
Venezuela
|
15.700
|
7.000
|
Panamá
|
5.000
|
4.000
|
Colombia
|
3.400
|
1.000
|
Perú
|
2.500
|
800
|
Costa Rica
|
2.500
|
750
|
Other
Central América
|
4.600
|
1.300
|
Other South
América
|
2.500
|
1.000
|
Total
|
401.100
|
104.150
|
Fuente:
Margalit Bejarano, “Sephardic Communities in Latin América- Past and Present”, Judaica Latinoamericana V, Jerusalén
2005, pag. 20.[73]
En tanto,
según estimaciones de Sergio Della Pergola, en América del Norte viven 546.000
sefardíes y en la Unión Europea 411.100 personas de esta rama judía[74].
Este mismo
autor sostiene que “para 1960 en la República Argentina la población sefaradí
era de 40.000 personas”. (Véase SEFÁRDICA
Nº 3, página 73).
Sin
embargo, otro estudiosos en temas hebraicos, Eduardo Pogoriles, estima que “los
sefardíes actualmente son 3.000.000 de personas[75]. (se refiere a los judíos
diaspóricos, es decir los que se encuentran establecidos en distintos lugares
del planeta).
Por su
parte, el prestigioso historiador e investigador, Profesor Mario Eduardo Cohen,
señala que “Para los grandes países de América Latina, aún cuando no existen
cifras consistentes se supone que los sefaradíes no llegan a ser el 30% de la
población judía de cada país, por lo que debe considerarse a los judíos
sefardíes como una minoría dentro de la minoría…[…] “En la República Argentina
se ha establecido una de las comunidades sefaradíes más grandes del mundo,
quizás la cuarta, luego de Israel, Francia y Estados Unidos”[76].
Por su
parte, el diario Clarín, destaca que “En la Argentina existe un número
relevante de judíos sefaradíes, que se encuentran radicados desde 1870, y que
oscila entre los 40 mil y los 70 mil, según distintas fuentes. Los primeros en
llegar fueron los judíos marroquíes. Los argentinos de origen sefardí se
caracterizan por su sentido religioso y de familia, siendo depositarios de una rica
tradición y cultura, destacada por escritores como Borges o Sábato. En una
iniciativa del Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefaradí, que
preside Mario Cohen, la plaza porteña de la Avenida Córdoba y Uriburu lleva el
nombre de su más prominente intelectual: Maimónides”[77]
Las
proporciones entre los diversos grupos en que se divide la comunidad sefardí en
la República Argentina es la siguiente: 35,5% de origen hispano parlante, de
los Balcanes, Ex Imperio Otomano y Grecia; 28,7% de judíos de Alepo y 31,6% de
Damasco, ambos de Siria de idioma árabe y completa el total los judíos
marroquíes con tan solo el 4,2%. (véase Della Pergolla, ob. cit. y Senkman,
Leonardo en su investigación sobre inmigración y en particular sobre los judíos
sefardíes en América Latina).
Asimismo,
véase el trabajo de Paul Armony sobre los sefaradíes en la Argentina[78].
En tanto,
“Según los cálculos de Samuel D. Levy, informando desde la Colonia Mauricio, en
1905, había 3.000 sefaradíes en la Argentina, 750 de ellos en Buenos Aires.
Casi todos provenientes de Marruecos, “85 por ciento de Tetuán, y el resto de
Gibraltar, Tánger en la costa marroquí, y turcos”[79].
Ahora
bien, en una entrevista personal que realicé el día lunes 29 de octubre de
2001, al distinguido Colega, Dr. Armando Benarroch[80] , reconocido
dirigente de la comunidad judía sefardí, expresó que está documentado de manera
clara e inequívoca la presencia de judíos procedentes de Tetuán hacia la
República Argentina, con anterioridad al año 1875. Asimismo, destacó que su
padre, había confeccionado un censo de origen judío marroquí en el año 1950,
donde pudo constatar que vivían en nuestro país, en ese entonces entre 8.000 y
9.000 judíos marroquíes aproximadamente.
Concluimos
entonces que las comunidades sefardíes en América Latina, se encuentran entre
las más importantes, grandes y prestigiosas en la diáspora sefaradí del
presente.
Por todo
ello, constituyen inobjetable vigencia y actualidad, lo sostenido conjuntamente
con el distinguido amigo y ex Magistrado Judicial, Adolfo Kuznitzky, cuando sostuvimos
textualmente en el Capítulo titulado:
ESPAÑA Y EL REENCUENTRO Y
RECONCILIACION CON LOS JUDÍOS SEFARDÍES. UNA HISTORIA DE LUCES Y SOMBRAS:
En efecto,
en enero de 1986, España e Israel establecieron relaciones diplomáticas. Por
otra parte, recuérdese que el nuevo régimen español, estableció la plena y
efectiva libertad religiosa y de culto (véase artículo 14 de la Constitución de
1978, que prohíbe expresamente toda discriminación por razones religiosas.
Dentro de
ese espíritu de reconciliación y acercamiento, los Reyes Católicos visitaron la
Sinagoga de Los Ángeles (Estados Unidos) en octubre de 1987 y en 1990 se otorgó
el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia a las Comunidades Sefardíes del
mundo.
España ha
experimentado en las últimas décadas, un cambio de mentalidad hacia el
antisemitismo en sus diversas manifestaciones, no obstante se mantiene en
sectores minoritarios vinculados a las diferentes tradiciones de la extrema
derecha española.
Los Reyes
Católicos influyeron decisivamente para superar los períodos de sombras y
realizaron múltiples gestiones y actos para concretar ese reencuentro de
reconciliación y esperanza mutua y recíproca, entre el Estado Español y los
Comunidades Sefardíes de todo el mundo.
En esa
línea de pensamiento y no menos importante, fue el cambio de actitud
experimentado en la Iglesia Católica y en particular las Encíclicas Papales de
Pablo VI y Juan Pablo II respectivamente y el papel desempeñado sobre el
diálogo y el acercamiento interreligioso a partir del Concilio Vaticano II.
El Papa
Juan Pablo II, fue un visionario, y al entrar en la Sinagoga de Roma y llamar a
los judíos nuestros hermanos mayores en la Fe, cambió dos mil años de historia.
Precisamente
España y en particular las actuales autoridades han retomado un camino
enderezado a superar y a rescatar definitivamente la cultura e identidad
sefardí. No es casualidad por otra parte, que España reivindicara la figura de
Maimónides, erigiendo un monumento en su memoria, precisamente en Córdoba.
En ocasión
de reunirse el Sr. Embajador de España en nuestro país, Don Manuel Alabart con
importantes dirigentes de la colectividad sefardí (Acompañando al Embajador el
Consejero Cultural de la Embajada Don Luis Prados Covarrubias), comenzó su
discurso diciendo que “Ningún español puede contemplar sin admiración y
agradecimiento el amor que los judíos sefarditas han conservado por la tierra
que perdieron hace siglos y lo mucho que hacen por la difusión de su cultura,
que es parte destacada de la cultura hispánica”[81].
En igual
sentido se pronunció, el Director de Casa Sefarad-Israel de Madrid, Diego de
Ojeda, cuando señaló que la Casa Sefarad-Israel “surgió por interés propio de
España por mantener un vínculo con Israel, pero también por la recuperación de
los lazos con las comunidades judías de la Diáspora porque creemos que no se
puede concebir la identidad colectiva nacional española, sin la fructífera y
longeva contribución de cientos de miles de judíos a través de toda nuestra
historia. No es posible tampoco concebir el mundo judío de hoy, tanto en
Israel, como afuera sin las importantes revoluciones que se produjeron en
muchos ámbitos, en la liturgia, en la filosofía, en el comercio, en España”[82].
Conceptos
similares sostuvo Diego de Ojeda, precisamente en ocasión de la presentación de
la Casa Sefarad-Israel (Madrid), ante la XXXVII Feria Internacional del Libro
de Buenos Aires, el día 2 de Mayo de 2011, en cuyo panel intervinieron además
Esther Bendahan, Manuel Durán Giménez-Rico, Fernando Martínez Vara de Rey,
actuando como moderador Mario Eduardo Cohen. (Véase además, Clarín, Sección
Sociedad, página 40, Edición del 3 de Mayo 2011).
Como
corolario de lo expuesto precedentemente, rescatamos las afirmaciones de Don
Luis Campoy Zueco, ex Presidente de la Red de Juderías de España, cuando en
ocasión de celebrarse el “Congreso Sefaradí Mundial”, realizado en el año 2002,
sostuvo que “La aportación cultural sefardí a la sociedad hispana fue de tan
radical importancia, que ha pasado a conformar parte esencial de nuestro ser
hispano”…[…] “Existiendo hoy en España un manifiesto interés por la
recuperación cultural de cuanto concierne a la sociedad judía medieval que
vivió durante siglos en la Península Ibérica”[83].
Por lo
demás, en las Conclusiones del trabajo mencionado, señalamos textualmente:
6.
Existe un interés creciente de parte de las actuales autoridades políticas del
Estado Español, por mantener y estrechar cordiales relaciones no sólo con el Estado
de Israel, sino también por fortalecer las relaciones con las comunidades
judías sefardíes de la Diáspora; prueba elocuente de ello, es la creación de la
Casa Sefarad-Israel (Madrid), creada recientemente y que fuera presentada en la
XXXVII Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, durante el mes de abril
de 2011”[84]
Cabe
señalar finalmente que el día 22 de noviembre de 2012, en Madrid, los Ministros
de Justicia y el de Relaciones Exteriores de España, anunciaron formalmente en
un hecho verdaderamente histórico y sin precedentes que “Los judíos sefaradíes
(españoles) adquirirán la nacionalidad española en forma automática cuando
nazcan “vivan donde vivan”. El nuevo procedimiento para concretar este
histórico beneficio con los descendientes de los judíos expulsados de España en
1492 fue presentado en la Casa Sefarad-Israel, en Madrid, por los Ministros de
Justicia, Alberto Ruiz Gallardón y el de Exteriores y Cooperación, José Manuel
Garcia-Margallo. Se trata de “un procedimiento para el reencuentro”, aseguró
Ruiz-Gallardón, al presentar este “procedimiento sobre concesión de
nacionalidad española a los extranjeros sefaradíes por carta de naturaleza”.
Dicha información señala que “aquellos judíos que fueron expulsados de España
en el Siglo XV y sus descendientes, ahora después de 520 años de “nostalgia” y
“añoranza” de la tierra de sus padres, accederán a la nacionalidad española,
“se encuentren en el lugar que se encuentren”. De esta manera permitirá a los
sefardíes “sentirse plenamente españoles”, en derecho y en deberes”[85]
En ese
mismo orden de ideas, véase la investigación realizada por Claudio Savoia y
Pablo Calvo, cuando señalan que “España anunció que otorgará la nacionalidad a
los descendientes de los judíos expulsados en 1492. Hay miles de argentinos que
pueden ser beneficiados por la medida.[86]
Por su
parte, la prestigiosa investigadora y coeditora conjuntamente con Marcelo
Benveniste, de la página www.eSefarad.com,
Profesora Liliana Tchukran de Benveniste, afirma categóricamente que “Desde
finales del Siglo XIX, los judíos del Imperio Otomano, abandonaron los
distintos países del imperio debido a la crisis económica, a la obligación de
hacer el servicio militar indefinidamente y a la inestable situación política.
En Argentina, se hablaba el castellano, lengua madre del ladino que ellos
usaban, entusiasmaron a los sefaradíes a venir a nuestro país. Los
ladino-parlantes fueron poblando los barrios de Villa Crespo, Flores y Once.
Llegaron de Turquía, Grecia y los Balcanes. Con los años, muchos de aquellos
recién llegados lograron prosperar. Crearon negocio e instituciones,
conservando su identidad y su cultura e hicieron un aporte fundamental al
crecimiento del país”[87]
Este
histórico anuncio del Gobierno de Madrid constituye una decisión de estricta
justicia, reivindicación y reparación histórica. Si la decisión se hubiera
adoptado en 1939 o antes de ello, muchos judíos hubieran podido salvarse de la
persecución y exterminio nazi.
NACIMIENTO DEL ESTADO DE ISRAEL
El 15 de Mayo de 1948, nace el Estado de Israel y con el la
cristalización del sueño milenario de tantas generaciones que lucharon para
concretar este anhelo. Constituyó la concreción de un retorno de un pueblo,
exiliado por casi dos milenios a su antiguo hogar.
El Día de
la Independencia (IOM HAATZMAUT)
sella una fecha formal para que todas las Diásporas y los Judíos Israelíes
reconozcan una herencia común, más allá de un contexto específicamente
religioso.
Los judíos
cuando fueron expulsados de España, a la Antigua Israel (la Patria común y
ancestral de todos los judíos del mundo), la llevaron en el alma y el corazón
junto al Talmud Torá (Estudio de la
ley Judía) como una patria portátil, además de su cultura y su lengua y de la
Península Ibérica conservaron las llaves de sus viviendas, con la íntima
convicción y la esperanza cierta de volver algún día.
Cuanta
lealtad y amor por España, a pesar de los períodos de luces y sombras y de su
expulsión, lo cual no tiene ninguna explicación racional y lógica, porque
cuando se trata de las resonancias del corazón, del sentimiento y del alma, es
difícil encontrar explicación alguna.
La lucha
por la sobre vivencia de los judíos a través de todas las vicisitudes que tuvieron
que soportar durante siglos, constituyó un acto de vida por mantener incólume
la historia, tradición e identidad del Pueblo Judío.
Cabe
señalar entonces, la existencia de un lazo místico, milenario y ancestral que
el judío tiene con Eretz Israel, porque esto representa para el pueblo judío,
un elemento indisoluble y espiritual de su identidad.
A pesar de
las persecuciones milenarias que ha sufrido el pueblo judío, desde la
esclavitud en Egipto, las Cruzadas pasando por la Inquisición, los violentos
pogroms de la Rusia Zarista, alcanzando su punto máximo con la Shoa, con el
exterminio de 6 millones de judíos de los cuales 1,5 millón eran niños, no
pudieron borrar de la faz de la tierra la identidad judía. El judaísmo es un
símbolo de supervivencia y perseverancia en defensa de los sagrados principios
y valores éticos que proclama y se transmite de generación en generación del Talmud Torá y el Tanaj a través de los
siglos, manteniendo vivo el mandato bíblico de la cadena milenaria, y la llama
de la santidad de la vida, de la libertad, la tolerancia, el pluralismo de las
ideas, la igualdad, solidaridad y dignidad de todos los seres humanos.
El judío
fue siempre un sujeto en el exilio, hasta la creación del Estado de Israel. A
partir de allí, como bien sostiene el poeta Robert Frost, son atinadas sus
palabras, al decir que Eretz Israel constituye un lugar sagrado que “cuando
tienes que ir, tienen que recibirte”. Por lo tanto, ser miembro de la sociedad
israelí, forma parte inalienable e insoslayable de un derecho imprescriptible
del pueblo judío. Todo aquel que lo desee, se encuentra amparado y protegido
por la Ley del Retorno, y en condiciones de convertirse en ciudadano del Estado
de Israel, con plenos derechos, responsabilidades y obligaciones que tal
condición implica.
El Pueblo
Judío no solo tiene una herencia cultural milenaria que ha heredado y se ha
transmitido de padres a hijos, sino que también tiene la capacidad de soñar. El
Estado de Israel es ese sueño de 2.000 años. Por ello, permítasenos reiterar
unos conceptos sostenidos en mi ponencia en ocasión de celebrarse el III
Simposio Internacional (1º de noviembre 2009-Universidad Maimónides), cuando
sostuve, que “En ese itinerario histórico, no puedo menos que rendir un sincero
y profundo homenaje a mi padre, Don Salomón Azerrad quien estaba íntimamente
consustanciado con un auténtico compromiso sionista y solidario, manteniendo
siempre sus ideales en tal sentido, y transmitiendo sus enseñanzas y principios
a sus hijos”[88].
Vaya
entonces extensivo este homenaje a todos y cada uno de los judíos que lucharon
por mantener vivo el espíritu sionista para concretar los sueños de ERETZ ISRAEL.
Judaísmo y
Sionismo son términos inescindibles.
Así pues,
el judío diaspórico dejó de ser a mediados del Siglo XX, un judío errante,
después de tantas persecuciones, humillaciones y exterminio, para poder elegir
su propia opción en libertad.
En ese
orden de ideas, sostiene Ezequiel Erdei que “Israel implica para la mayoría de
los judíos locales un lugar de referencia, es una especie de “madre patria”, en
la que todos los judíos de cualquier parte del mundo pueden encontrarse, el
lugar que siempre los recibirá con las puertas abiertas. La centralidad de
Israel sin importar el país dónde vivan los judíos es mencionada por el 61% de
los encuestados. En términos de la importancia que tiene Israel para los judíos
argentinos, 91% menciona que es muy/bastante importante….[…] “El judaísmo es
una religión, desde el momento en que sus creyentes adoptan sus preceptos
fundamentales como una guía que orienta, organiza y justifica sus prácticas
cotidianas y la idea de un Dios que acompaña, avala y retribuye este estilo de
vida. El judaísmo es también un grupo étnico, conformado a partir de relatos,
costumbres, experiencias, prácticas sociales y culturales comunes a un grupo
humano determinado, lo cual otorga un fuerte vector de identificación en tanto
grupo específico. A partir de la creación del Estado de Israel en 1948, también
la identidad judía puede ser considerada como una identidad nacional, con todo
lo que esta dimensión implica con relación a la adopción de nuevas simbologías
y la incorporación de una historia que nace con la independencia y se construye
y reconstruye en el devenir de la actualidad”[89].
Es
necesario e indispensable promover una educación que permita a las nuevas
generaciones aprender a querer vivir
juntos. No se puede vivir, sin convivir con el Otro. Es de la esencia del
ser humano. El entendimiento, el respeto y la tolerancia entre hermanos. Por
ello, es oportuno recordar una frase del filósofo judío Emmanuel Levinás,
referida a nuestro prójimo, ya que interpreta cabalmente el sentido humanista y
universal de nuestro semejante: “Yo no
soy el otro, pero no puedo ser sin el otro”.
LA CULTURA SEFARADÍ Y SU INTEGRACIÓN EN LA SOCIEDAD
NACIONAL Y GLOBALIZADA. ESTUDIOS ACADÉMICOS Y SU IMPORTANCIA.
En los últimos años se advierte un creciente interés por los estudios de
la cultura, historia, tradición e identidad sefardí. Los mismos han crecido
considerablemente, a punto tal que se ha creado una cátedra de judeoespañol en
la Universidad de la Sorbona. Por otra parte, seminarios, convenciones y
simposios y eventos nacionales e internacionales de la más variada naturaleza,
dan cuenta de la importancia que despiertan estos estudios en el marco no sólo
de las sociedades nacionales sino a nivel universal. Precisamente la Profesora
Bejarano en el libro “Pertenencia y
Alteridad”, presentado en la 37ª Feria Internacional del Libro de Buenos
Aires, sobre la importancia de estos estudios refiere textualmente que “En el
marco de FESELA (Federación Sefardí Latinoamericana) se creó en Buenos Aires en
el año 1976 CIDICSEF – Centro de Investigación y Difusión de la Cultura
Sefardí- con el fin de “constituir un brazo académico y cultural autónomo que
se ocupara del estudio y la difusión del patrimonio judeo sefardí”.[90] El Centro fue creado
gracias a la iniciativa de jóvenes de la comunidad ladino-parlante que querían
manifestar su identidad sefardí por medio del estudio y actividades culturales.
La labor del centro se desarrolló en tres campos: musicología, historia y
ladino (idioma y literatura). Durante más de treinta años de existencia, el
CIDICSEF llevó a cabo una actividad múltiple en diferentes campos: congresos
internacionales, conciertos, exposiciones, conferencias, cursos de ladino y de
historia; publica además la revista
SEFÁRDICA, que sirve de tribuna a los estudios académicos dedicados al
acervo sefardí y relacionados en especial con los sefardíes de América Latina”[91].
Cabe
señalar que el libro-revista SEFÁRDICA
ha sido publicado en veinte oportunidades y su último número, titulado “Sefarad. Huellas de un Exilio” (5 de
septiembre de 2012), ha sido presentado en el Salón Literario de las Librerías
Distal el 21 de noviembre de 2012 por los prestigiosos escritores Marcos
Aguinis, Mario Eduardo Cohen y Gabriela Mizraje.
INTEGRACIÓN Y REALIDAD SOCIAL ACTUAL. CONCLUSIONES
La comunidad judía se halla integrada al conjunto de la sociedad; en la
realidad padece los mismos períodos de luces y sombras que el conjunto de los
compatriotas.
Los
estudios más recientes sobre la población total de la comunidad judía “se
estiman alrededor de 244.000 personas que reportan alguna ascendencia judía
(matrilineal o patrilineal). Incluyendo
a los miembros no judíos, viviendo en hogares considerados como judíos el
parámetro asciende a unas 312.000 personas. Este último es un buen estimador
para lo que se considera como “población judía ampliada”. El judío se encuentra
en la actualidad integrado a la sociedad argentina”[92].
Porque
vivimos aquí, en esta realidad circundante y en un contexto social del cual no
nos podemos sustraer ni ser indiferentes, porque esta es nuestra Patria,
nuestro suelo donde hundimos nuestras raíces, y por lo tanto debemos aportar
nuestra inteligencia, nuestros valores y nuestros mejores conocimientos, coincidimos
consecuentemente en un todo con el académico y pensador, Gregorio Klimosky
cuando sostiene: “Es necesario dejar constancia del punto de vista o de la
opinión de los judíos acerca de los temas de interés general. La inteligencia
peculiar de los miembros de nuestra colectividad, su especial sensibilidad
ética –fruto de la experiencia de milenios de atropellos, intolerancias e
injusticias- hace que sus juicios acerca de los sucesos mundiales o nacionales
posean un sabor y valor insustituible…[…] “Es tradicional entre los judíos, el
rechazo a toda política que atente en contra de los Derechos Humanos y la
consecuente preocupación por ayudar o proteger a nuestros semejantes”[93].
“Entre 1976
y 2002, tanto la Dictadura Militar como los gobiernos de distinto signo que la
sucedieron provocaron el mayor retroceso social de la historia del país…[…] “La
característica esencial del período 1974/2002 es el avance de la pobreza. El
porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza era de 4,2% en 1974; el
42,3% en el año 2002…”Entre 1999 y 2002 el PBI retrocedió más del 20%. La tasa
de desempleo trepó al 17,8%...[…] “El gobierno democrático (1983/89) heredó una
situación económica caótica, con enorme déficit fiscal y presiones
inflacionarias, problemas a los que se agregaron las vicisitudes políticas de
la transición democrática…[…] “Este modelo de acumulación económica, además de
enajenar bienes esenciales y endeudar al país, produjo efectos devastadores en
la sociedad argentina, que hoy presenta niveles de pobreza y fragmentación
desconocidos en toda su historia”[94].
Con el
modelo neoliberal, impuesto durante la década del ’90 y con el apoyo de amplios
sectores del peronismo histórico, se produjo un inédito proceso de
descolectivización (pérdida de la identidad del sujeto sobre todo ligado al
mundo del trabajo y la política) y al ritmo de las privatizaciones, o la
desindustrialización y el aumento de las desigualdades y asimetrías sociales
(con una acentuada concentración económica), se produjo un notable
empobrecimiento de la población en importantes centros regionales, a la par que
luego de las privatizaciones, pasaron a ser verdaderos “pueblos fantasmas”. El
impacto social del desguace del Estado sobre el empleo fue devastador. Sobre
una planta permanente de 243.354 empleados del sector público, en 1998 se había
reducido a solo 75.770. Concluimos entonces, que el proceso de las privatizaciones
de las empresas públicas, incluyó paralelamente la destrucción de las
identidades sociales e individuales, con consecuencias que todavía subsisten[95].
La
comunidad judía como parte inescindible del conjunto de la sociedad argentina,
ha vivido y sufrido todos los cimbronazos y crisis que debió soportar a lo
largo de la Historia. Los efectos de la misma, incidieron notablemente, toda
vez que se registraron índices inferiores de movilidad social ascendente,
comparado con períodos de los años ‘40/60 inclusive, sufriendo además las
contingencias y problemáticas generales de su entorno.
Por otra parte, existieron períodos de la
historia nacional, más precisamente durante los años de plomo y la Dictadura
Militar, donde se advierte un odio irracional y desproporcionado y castigo
adicional y ensañamiento contra todos los detenidos-desaparecidos de origen
judío, a punto tal que sobre 30.000 desaparecidos, 2.000 de los mismos
pertenecen a la comunidad judía, lo que implica un 13% aproximadamente sobre el
total, lo que significa un número cuatro veces superior a la proporción de
judíos en la población argentina. (1% de judíos aproximadamente sobre la
población total argentina). Por otra parte, en aquella época, presentar un
habeas corpus, podía significar un grave riesgo para quien lo hacía, poniendo
en peligro su propia integridad física, psíquica y la seguridad y tranquilidad
de su misma familia[96].
Por su
parte, el Juez Federal, Profesor Daniel Rafecas, sostiene textualmente: “Hoy
sabemos a partir de las investigaciones judiciales, que primaba en todos los
centros clandestinos de detención en la Argentina y en todos los mandos de los
represores, un claro componente antisemita y una clara simpatía por el nazismo
y por el fascismo….[…] “Verdad y Justicia son dos valores sin los cuales un
Estado de Derecho no puede progresar”[97].
De acuerdo
con un informe de 1977 de Amnistía Internacional, los judíos constituían el 31%
de los intelectuales víctimas de la represión militar.
Por ello,
con inobjetable claridad conceptual y estricto rigor y análisis histórico,
sostiene la prestigiosa investigadora Silberman de Cywiner que “Entre 1973 y
1983 se abre un paréntesis en la vida política de los argentinos que dejará
marcas indelebles en todo ciudadano de esta nación sin excepciones étnicas ni
religiosas…[…] “Con el avance y posicionamiento del Neoliberalismo en los ’90
–sustentado en la ideología del consumismo, la competitividad, las
privatizaciones y prescindencia del Estado, el individualismo, la falsa idea
creada por la globalización de la extinción de las ideologías, de las clases,
razas y religiones- a nivel mundial, y a nivel nacional y regional, las
consecuencias no se hicieron esperar. Familias enteras perdieron su status
socio económico, se cerraron empresas y bancos, se vendieron propiedades, se
perdió el trabajo de años, se incautaron los ahorros, y con todo ello se
evaporó el prestigio y la dignidad de la persona” …[…] “La tendencia
decreciente de miembros de la colectividad judía de Tucumán, como aconteció con
otras colectividades, y con el resto de la sociedad, tiene que ver con un éxodo
obligado o con la desaparición de personas durante el Proceso de Reorganización
Nacional a cargo del gobierno de facto, que ocupó durante ocho años el poder de
la Nación Argentina”[98].
Por todo
ello, y en ocasión de recibir el “Premio Moisés”, otorgado por la Sociedad
Hebraica Argentina el 16 de noviembre de 2011, sostuve textualmente:
“Permítaseme una licencia, en este Foro de la Cultura, en esta Tribuna de la
Libertad, para tomar como propias las palabras del Rabino Daniel Goldman,
cuando en una Editorial publicada en Página/12 de fecha 6 de diciembre de 2004,
bajo el título periodístico: “El
ejercicio de la Memoria es un trabajo”, señaló que fueron ejemplos de
nuestra Comunidad Judía durante los años de plomo, los trágicos años de la
Dictadura Militar, en primer lugar el Rabino Marshall Meyer, el periodista
Herman Schiller, Director de Nueva Presencia, Daniel Recannati de la Agencia
Judía y un hombre muy querido y respetado en esta casa, me refiero al actual
Director de Cultura, el dramaturgo Gerardo Mazur. Ellos actuaron precisamente
conforme a nuestras fuentes, a la Ética Judía y el Talmud: “Quien salva una
vida, salva la Humanidad”…[….] Vale destacar que nuestra Institución a través
de su Historia, dio muestras de su compromiso en defensa de la Vida, de los
Derechos Humanos y la Ley. Por eso, aquí encontraron refugio los Republicanos
Españoles perseguidos por la Dictadura de Franco y uno de ellos, fue el ilustre
jurista Luis Jiménez de Asúa, que formó discípulos a lo largo y ancho de
nuestra Patria, irradiando cultura jurídica por toda América Latina; el
filósofo Rodolfo Mondolfo, perseguido por las leyes raciales de Mussolini y sin
ir más lejos, el notable escritor Jorge Luis Borges, encontró refugio y
protección en esta casa, de la mano de su amigo, Bernardo Ezequiel Koremblit;
por su parte, Estela de Carlotto, cuando recibió el Premio Moisés (Edición
2006), destacó textualmente que lo hacía con un enorme orgullo, honor y
responsabilidad, recordando que Hebraica siempre les había abierto las puertas
a las organizaciones de Derechos Humanos, en los momentos más difíciles”.[99]
Por todo
lo expuesto, constituyen inobjetable fundamentación del tema abordado, lo
sostenido conjuntamente con el distinguido amigo y colega, Adolfo Kuznitzky,
cuando señalamos que “La Inquisición en nuestro país, tuvo sus herederos, que
con el tiempo utilizaron otros métodos –pero similares al fin- de despotismo
brutal, autoritarismo y de persecución que pretendieron acallar las voces
diferentes…[…] “La tentación autoritaria es un reflejo recurrente en muchos
lugares del mundo y en diferentes sociedades modernas, fenómeno este que
también se advierte en la Región Latinoamericana. El oscurantismo sigue vigente
aún en pequeños sectores retrógrados, reaccionarios y conservadores en nuestra
propia sociedad. La ideología tiene impacto no solo en el aspecto y
comportamiento político, jurídico y social, sino que además se extiende a otras
áreas de la actuación humana. Fueron tan hondas, recias, vitales y perniciosas
las raíces de la Inquisición, que todavía en la contemporaneidad imperan y
anidan mecanismos incompatibles con la vigencia de los Derechos Humanos.
Recurrentemente se pretende hacer retroceder las garantías legítimamente
recuperadas...[…] “Por ello, parafraseando a Mariano Moreno: “Dichosas las personas que pueden expresar
libremente sus ideas sin arrodillarse ante nadie”. O bien como sostuvo un
gran pensador contemporáneo, Simón Wiesenthal “Los pueblos que olvidan su Historia, están condenados a repetir su
experiencia” [100].
Por su
parte, Sergio DellaPergola, señala que “La guerra sucia” de los setenta
claramente estimuló la emigración. Una posible interpretación es que durante el
régimen militar la violencia antijudía estaba totalmente embrollada en un
complejo de factores que simultáneamente restringían los derechos civiles y
generaban serias presiones socioeconómicas”[101].
SEGURIDAD Y DERECHOS HUMANOS. IGUALDAD DE
OPORTUNIDADES. UN NUEVO PARADIGMA.
Existen 13
millones de pobres con un núcleo duro de indigentes y de miseria extrema y
marginalidad de aproximadamente 4 millones de compatriotas. Las sociedades
desiguales producen fuertes tensiones sociales.
Nuestro
país produce alimentos para cuatrocientos millones de habitantes por año; sin
embargo, los índices del hambre y la desnutrición infantil son alarmantes, y
constituyen graves violaciones a los Derechos Humanos; y allí está el germen de
la existencia de la delincuencia juvenil y sus dramáticas consecuencias. Son
producto de tres generaciones sin trabajo. En nuestro país, vale recordar
existe una inequitativa distribución de la riqueza: el 10% más rico de la
población lleva u obtiene el 40% de los ingresos y el 10% más pobre solo el 1,4%
de los ingresos, constituyendo esta brecha una de las mayores polarizaciones o
desigualdades no solo en América Latina, sino también del planeta.
Paradójicamente la República Argentina es la quinta potencia alimentaria del
mundo: produce 90 millones de granos por año (ONU-FAO). Sin embargo, en nuestro
país existe una elevada mortalidad de niños que mueren por desnutrición
infantil y deficiente alimentación. El coeficiente Gini, que se utiliza para
medir las desigualdades en los ingresos de una sociedad, nos coloca más cerca
de Haití que de Suecia y Dinamarca.
Recientes
estudios concluyen que la pobreza no disminuyó en relación al año 2010/11 y muy
por el contrario se ha visto agravada, con una inflación de más del 25% que
influye decisivamente sobre los sectores más bajos de la población. Uno de cada
dos pobres, son menores de 18 años de edad, existiendo una regresión de los
índices de pobreza similares a la década del ’90. El núcleo duro de la pobreza
está excluido de los puestos de trabajo, y menos aún de aquellos bien
remunerados.
Ocho de
cada 10 jóvenes menores de 28 años carecen de la seguridad de un trabajo
estable. En la Provincia de Buenos Aires 6 de cada 10 personas que están en la
cárcel son jóvenes menores de 25 años de edad, es decir que advertimos un
crecimiento del castigo a la pobreza y a la juventud. También señalamos que en
los últimos 2 años ha recrudecido el conflicto social, con múltiples personas
procesadas por estas causas, con una ley antiterrorista marcadamente
inconstitucional.
Inseguridad,
inflación y disminución de los índices de pobreza son las asignaturas
pendientes y urgentes que la sociedad reclama. También la salud (con trato
igualitario para todos) y el mejoramiento del servicio de justicia, deben estar
en la agenda de las políticas públicas que imperativamente corresponde resolver
a los gobernantes.
Es
necesario e indispensable la existencia de un Poder Judicial libre e
independiente. Que tenga plena conciencia del papel que le toca desempeñar, de
sus actos, atribuciones y obligaciones irrenunciables y del peso de su
responsabilidad histórica. Para que exista un Poder Judicial libre e
independiente es necesario e indispensable la existencia de Abogados libres e
independientes. También es necesario que el poder político no interfiera en las
libres decisiones judiciales.
La
Justicia es inseparable e inescindible del concepto de igualdad. Cuando ambas
se asocian, emerge la condición del ciudadano.
Cabe
señalar, que la calidad de vida ha disminuido notoriamente en las dos últimas
décadas y ello está directamente asociado y vinculado con los alarmantes
índices de inseguridad y delitos violentos que se cometen.
Concluimos
entonces, que el crecimiento económico beneficia a determinados sectores
excluyendo a otros, toda vez que la ausencia o falta de desarrollo armónico
produce altos índices de pobreza, desigualdad, mortalidad infantil y otros
flagelos sociales.
En ese
orden de ideas, constituye un imperativo insoslayable descender las
desigualdades sociales, y para ello se deben articular políticas económicas con
justicia, equidad y solidaridad orientadas a tal fin.
En esa
línea de pensamiento y en íntima relación con los puntos precedentes,
rubricamos las palabras del jurista judío francés y Premio Nóbel de la Paz
(1968), René Samuel Cassin, cuando sostuvo que “La razón humana permitirá
edificar un mundo más justo; no habrá paz en el planeta mientras los Derechos
Humanos sean violados en algún lugar del mundo…[…] “El deber de aquellos que
fueron perseguidos es apoyar la lucha contra las persecuciones de que otros son
víctimas y combatir por la igualdad para todos los hombres. Esa tradición es
muy antigua. Fueron solemnemente proclamados en el Monte Sinaí, repetidos a
todo lo largo de la fantástica marcha por el desierto, codificados en Tierra
Santa, luego ardientemente evocados y predicados por los Profetas de Israel.
Generaciones de sabios los cultivaron asiduamente más tarde en todas las
tierras del mundo, transmitiéndolos e inculcándolos al pueblo exiliado y en la
desgracia, el que ha hecho de esos derechos y deberes su bien más precioso, que
siempre lo alienta con fervor y que mantiene inalterable la esperanza de que un
día serán universalmente aceptados y aplicados”[102].
SEGURIDAD CIUDADANA
La Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, elaboró un informe sobre
Seguridad y Derechos Humanos. En tal sentido, recuerda que a) La inseguridad
generada por la criminalidad y la violencia es una violación flagrante de los
Derechos Humanos protegidos y garantizados por la Convención Americana (véase
artículo 7, parte 1); el antiguo concepto de “Seguridad del Estado”, ha sido
reemplazado por “Seguridad Ciudadana”, toda vez que el bien jurídicamente
protegido, hoy lo constituyen los derechos del ciudadano.
En este
contexto, válido es recordar que la comunidad judía argentina ocupa posiciones
expectables y dignas en todos los ámbitos de la República Argentina, habiendo
ascendido social, política, cultural y económicamente. Llevan con orgullo y
dignidad el nombre de argentinos, porque saben llevar con orgullo y dignidad el
nombre de judíos. Han trabajado y realizado aportes valiosos y fructíferos en
todos los campos de la vida nacional, con el esfuerzo cotidiano de todos los
días y el legado del trabajo, la honradez y el estudio.
En esta
instancia histórica, como parte integrante inseparable y esencial de la
sociedad argentina en su conjunto, es necesario e indispensable encontrar el
rumbo definitivo hacia una meta con igualdad de oportunidades, teniendo en
cuenta que nuestro país supo ser el más igualitario de América Latina,
profundizando la modernización productiva que permita el crecimiento económico
y abra paso al desarrollo inclusivo y perdurable y la reconstrucción de la
calidad institucional, condición indispensable para una convivencia pacífica,
armoniosa y democrática entre todos los argentinos, todo ello enmarcado en
forma irrestricta dentro de la letra y espíritu de nuestra Constitución
Nacional.
La
República Argentina debe ratificar su voluntad de construir una sociedad
plural, inclusiva, justa, solidaria y equitativa, redoblando los esfuerzos para
lograr la plena vigencia de los Derechos Humanos y el bienestar común y el
desarrollo social para todos nuestros compatriotas, en un marco de paz,
justicia, trabajo y libertad.
Consecuentemente
tenemos que trabajar juntos, para construir un mundo mejor.
Estamos
firmemente convencidos de que esta tierra es nuestra, después de la permanencia
de cinco generaciones, donde hemos hundido nuestras raíces, ya no es el lugar
de origen (independientemente de sostener que Israel es la Tierra común y
ancestral de todos los judíos del mundo), sino aquí, donde están nuestros
sueños e ideales, donde se encuentran nuestros afectos, proyectos y esperanzas,
nuestros amigos y lealtades; nuestros sueños, utopías e ilusiones; allí donde
está el adentro profundo de nuestra tierra, de uno mismo.
Ese fue el
espíritu que animó a las primeras generaciones, su deseo de vivir con esta
sociedad –nuestra sociedad-, su cultura e identidad, que une indisolublemente
la condición de argentinos y judíos,
“PARA NOSOTROS, PARA NUESTRA POSTERIDAD Y PARA
TODOS LOS HOMBRES DEL MUNDO QUE QUIERAN HABITAR EN EL SUELO ARGENTINO”
Dr. Marcos
Edgardo Azerrad
Lavalle 1672
–Oficinas 30 y 25-
T.E: 4372-1175
// 4371-9630
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
[1] Suárez Fernández, Luis, Profesor de Historia
Medieval de la
Universidad Autónoma de Madrid, en “Una relación de 2.000 años. Tormento y esplendor”., publicado por
Clarín, Sección Internacionales, página 26, correspondiente a la Edición del 9 de noviembre
de 1993; Véase del mismo autor: “La Expulsión de los Judíos
de España”, Madrid: Mapfre, año 1992.
[2] De Castro, Adolfo, en “Historia de los Judíos de España”, Epílogo, publicado por
Imprenta, Librería e Historiografía de la Revista Médica, año
1847, Cádiz, España.
[3] Poliakov
León, en “Historia del antisemitismo. De
Mahoma a los marranos”, citado por Abraham Botbol Hachuel, en el “Desván de los recuerdos-cuadros de una
judería marroquí”, publicado por el Centro de Estudios Sefardíes de
Caracas, Venezuela, año 1989.
[4] Kaplan, Iosef, Catedrático de la Universidad de Jerusalén,
en “Presencia Judía en España”,
página 24, publicado en Clarín, Edición del día 15 de septiembre de 1984.
[5] Historia de
los Judíos de España, en “La Boz Sefardí”, página 2, publicación de la Sociedad de Beneficencia
Israelita Sefaradí (Lima-Perú) que dirige León Pardo Franco, Edición del 1º de
septiembre de 2007.
[6] Fuentes, Carlos, escritor reconocido
internacionalmente, en su discurso de apertura, en ocasión de celebrarse el
Tercer Congreso Internacional de la
Lengua, realizado en abril de 2004, en la Ciudad de Rosario
(Argentina), oportunidad en la que concurrió especialmente invitado el Rey Juan
Carlos de Borbón de España.
[7] Azerrad, Marcos Edgardo, en su exposición sobre “Debate historiográfico sobre el ser
español y los sefarditas. Paralelismo ideológico entre la Inquisición Española
y el Holocausto”, en cuyo panel intervinieron el prestigioso investigador y
erudito, Dr. Adolfo Kuznitzky, Profesora Esther Cohen y Gerardo Mazúr,
actividad cultural celebrada en la Sociedad Hebraica Argentina de la Capital Federal,
el día jueves 7 de Mayo de 2009. Cabe señalar, que en tal oportunidad
concurrieron importantes personalidades del mundo comunitario judío, como el
Dr. José Menascé (FeSela) y el Dr. Mario Feferbaum, éste último Presidente del
Museo del Holocausto.
[8] Sverdlov
Graciela en “La lengua Ladina”,
página 9, publicado en la
Revista del III Encuentro Anual de Coros de distintas
colectividades, Diciembre de 2003, Buenos aires, República Argentina.
[9] Sephiha,
Haïm Vidal, en “L’agonie des judeo-espagnols” (“La agonía de los
judeo-españoles”), páginas 15/16, publicado por Editorial Entente, año 1977,
París, Francia.
[10] Netanyahu,
Benzión, Profesor, considerado el más importante historiador de los judíos
españoles y marranos. Sus principales obras:
“Don Isaac Abarbanel”, “Los marranos de España”, y “Los orígenes de la Inquisición en España
en el Siglo XV”, son lectura esencial y obligatoria para todo investigador
que se interese en profundizar estos temas.
[11] La Dispersión de los Sefardíes, idea y realización de Mauricio
Stamati. Textos: Profesora Esther Cohen de Cohen, Dr. Mario Eduardo Cohen,
Mauricio Stamati. Diseño Gráfico: Diego Kaúl. Auspicio: Comunidad Bene Mizrah y
Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefaradí
(CIDICSEF), año 2008.
[12] Losada, Juan
Carlos, Historiador, “Ámsterdam. El Siglo
de Oro de Holanda”, páginas 80/90 inclusive, publicado en “Historia.
National Geographic”, Nº 72, impreso en España, año 2010.
[13] Malta
Víctor, en “Images et traditions juives”,
publicado por Editorial Astrid, París, Francia, 1980.
[14] Avni, Haim, catedrático de Historia Judía Moderna y
Contemporánea de la
Universidad Hebrea de Jerusalén, en “Argentina y las migraciones judías. De la Inquisición al
Holocausto y después”, publicado por Editorial Milá (AMIA), Buenos Aires,
2005.
[15] Díaz Más
Paloma, “Los Judíos de Sefarad”,
Historia, lengua y cultura. Riopiedras Ediciones, Barcelona, España, 1986.
[16] Avni, Haim, “Argentina y la Historia de la Inmigración Judía
-1810-1950”, página 151, Ed.Magnes
Press-AMIA, Buenos Aires, 1993.
[17] Gálvez,
Lucía, en “Historias de Inmigración-
Testimonios de pasión, amor y arraigo en tierra Argentina (1850-1950),
testimonio del prestigioso dirigente del Colegio Público de Abogados, Dr. Elias
Benzecry, en páginas 137/147 inclusive, publicado por Grupo Editorial Norma,
Sexta Edición, septiembre de 2004, Buenos Aires.
[18] Azerrad,
Marcos Edgardo, Azerrad de Landenberg, Marta Susana y Azerrad de Finquelstein,
Judith, “Los judíos sefardíes del Norte
Santafesino. El largo camino tras su expulsión de España”, publicado en SEFÁRDICA XII (AAVV), presentado en la XXVII Feria
Internacional del Libro de Buenos Aires, el 6 de Mayo de 2001, en el Auditórium
Jorge Luis Borges de la CABA.
[19] Curzón M.A.
Marcos, Dr. en “Presencia Judía en la Ciudad de Santa Fe”,
editado por la filial DAIA de Santa Fe, septiembre de 1999, Santa Fe.
[20] Sananes, de
Nahon Esther, en “Un orgullo de cien
años”, publicación de la Asociación Comunidad Israelita Latina de Buenos
Aires”, página 14, donde expresa que “En San Francisco mi familia luchó por
defender la condición y vida judía; mi tío León llegó a ser Intendente de San
Francisco. El día que falleció, pusieron la bandera a media asta”, Edición
Especial con motivo del Centenario de la Institución ACILBA,
Buenos Aires, 1991.
[21] Navarro, José Alberto, “Elecciones municipales con apasionante final”, publicado por La Voz de San Justo el domingo 9
de septiembre de 2007, San Francisco, Córdoba.
[22] Finchelman,
María Rosa, “Inmigración Judía a la Provincia de Córdoba”,
páginas 24/25 inclusive, Toldot Nº 25, abril de 2005, Asociación de Genealogía
Judía Argentina.
[23] Alazraki,
Luis: “Sefaradíes argentinos en La Rioja”, publicado en la Revista SEFARaires Nº
44, Buenos Aires, diciembre de 2005.
[24] Grinblat,
Isaías, “Historia de la Comunidad Judía en
la Provincia
de Salta”, publicado por Asociación Alianza Israelita y la Sociedad Israelita
Salteña, marzo de 1986.
[25] Mazo Julio, “Los Judíos de Resistencia”, páginas 24
y 25, Toldot Nº 32, septiembre de 2007, Buenos Aires.
[26] Muscar
Benasayag, Eduardo Fortunato, Profesor Titular de Historia e Investigador en la Universidad Complutense
de Madrid, “Sefardíes tetuaníes en la Sábana del Chaco Austral”,
página 12, publicado por Cuadernos SEFARAires,
Buenos Aires, diciembre de 2008; véase asimismo Folia Histórica Nordeste Nº 17
(Resistencia, 2008), Instituto de Investigaciones Geohistóricas, Conicet,
Instituto de Historia de la Universidad Nacional del Nordeste; en igual
sentido, véase Marta Kaplan, en “Judíos
en Formosa. Una historia centenaria (1909-2009), página 82, publicado por
el Gobierno de la Provincia
de Formosa, Ministerio de Cultura y Educación, Formosa, Julio de 2010.
[27] Mirelman,
Víctor, “Los sefaradíes en Latinoamérica
después de la
Independencia”, páginas 55/88, publicado en SEFÁRDICA XI, Edición 1996.
[28] Halphon,
Samuel, “Enquete sur la population
israélite en Argentine”, JCA, Rapport, 1909.
[29] Azerrad,
Rafael, en “La Diáspora Sefaradí.
Expulsión de los Judíos de España. Emigración hacia Marruecos”, páginas 5/6
inclusive, publicado en la
Revista correspondiente al Segundo Encuentro Nacional de
Instituciones Sefardíes, organizado por FE.SE.RA (Buenos Aires), Asociación
Israelita Sefaradí (Schebet Ahim) y la Asociación Israelita
Sefaradí (Etz Ajaim), realizado en la
Ciudad de Rosario (República Argentina), durante los días 19,
20 y 21 de Octubre de 2007.
[30] Bengio,
Joseph, en “Juifs marrocains et autres communautès sefarades en Argentine” en
“Yol, Revue de Etudes Modernes et
Contemporaines Hébraïques, e Juives”
, V. fasc 2,París, 1980.
[31] Epstein, Diana,
investigadora, en “La comunidad judeo
marroquí: pioneros de la diáspora sefaradí”, página 2, publicado por Carlos
Szwarcer el 8 de abril de 2009, en http://blogs.monografias.com/estampas-de-buenos-aires/category/colaboradores/ .
[32] Epstein,
Diana, “Particularidades de la
inmigración judeo marroquí y su integración a la sociedad Argentina (1890-1910),
página 128, en SEFÁRDICA Nº XI,
publicado por CIDICSEF, Buenos Aires, 1996.
[33] Azerrad,
Marcos Edgardo, “Judíos sefardíes.
Pioneros de la inmigración en la República Argentina”, conclusiones, punto 7),
correspondiente a la ponencia presentada y defendida en el III Simposio
Internacional de Estudios Sefardíes realizado en la Universidad Maimónides,
durante los días 31 de octubre y 1º de noviembre de 2009, en la CABA; véase asimismo, SEFÁRDICA Nº 19, “Actas del III Simposio Internacional de Estudios Sefardíes”,
página 62, Buenos Aires, Diciembre 2010. Este libro fue presentado en la XXXVII Feria
Internacional del Libro de Buenos Aires, el 5 de Mayo de 2011, con el auspicio
de la Embajada
del Estado de Israel.
[34] Obadía,
Jacques, “Comunidad Hebreo Marroquí: Su
Historia; su Templo”, página 7, publicado en la página de la Profesora Alicia
Benmergui y Salvador Benmergui, en http://www.milimcultural.com.ar/articulos/marroqui.htm, consultado
en fecha 17 de octubre de 2010.
[35] Abecasis,
Jacobo, Abogado y distinguido dirigente comunitario, en “Un orgullo de cien años”, página 15, publicación especial de la Asociación Comunidad
Israelita de Buenos Aires, (ACILBA), dedicada al Centenario de la Comunidad Judeo
Marroquí en la Argentina,
Buenos Aires, 1991.
[36] Bergel,
José, Contador Público Nacional y actual Titular del negocio “Grandes Tiendas La Morocha”, ubicado en San
Martín y Esquina Eugenio Alemán de Vera (negocio que comenzó a funcionar en el
año 1910 y cuyos titulares fueron Simón Bergel, León Salomón Attias y José
Amrám), testimonio oral prestado al Autor, en la entrevista realizada el día
jueves 29 de Julio de 2010. En tal ocasión, señaló que los primeros inmigrantes
de la comunidad sefaradí, iban más al Norte de Vera, en carro vendiendo
mercaderías, siempre del ramo textil, corriendo a veces gran peligro, porque no
había seguridad, toda vez que eran zonas peligrosas e inhóspitas y existían
toda clase de animales salvajes. Estos comerciantes tenían gran habilidad para
comunicarse con los lugareños con quienes mantenían cordiales relaciones. El
Contador Bergel, es hermano de los científicos Meny Bergel y Salvador Darío
Bergel, familias tradicionales y arraigadas en el Norte Santafesino desde fines
del Siglo XIX.
[37] Bejarano,
Margalit, “El cementerio y la unidad
comunitaria en la historia de los sefaradim de Buenos Aires”, páginas 14 y
22, donde sostiene que “Los judíos del Marruecos Español, establecieron en el
año 1897 su propia asociación de sepultura denominada Guemilut Hasadim (Chevrah
Keduscha), publicado en SEFÁRDICA Nº 3,
Edición 1985, Buenos Aires, República Argentina.
[38] Curzón,
Marcos, ob.cit.
[39] La Judería de Salónica
constituyó un centro de extraordinaria difusión y creación artística,
literaria, cultural, profesional y comercial de trascendental importancia en la
historia del pueblo judío. La ocupación de Grecia por los nazis, significó la
destrucción de la Judería
de Salónica, toda vez que el 96,5% de los sefardíes fueron exterminados en los
campos de concentración. Michael Molho, citado por Salvador Santa Puche, afirma
que en Salónica existían al comienzo de 1941, 56.200 judíos; al finalizar la Guerra en 1945, sólo
quedaban 1.240 personas con vida. (Cfr: “Judezmo
en los Campos de Exterminio” de Salvador Santa Puche). Véase asimismo el
Volumen 66 de Julio 2012, páginas 8 y 9 de Yad Vashem Jerusalem,
correspondiente a la investigación del Profesor Nikos Tzafleris, bajo el
título: “Black Sabbath and the Tragedy of
Greek Jewry –The Holocaust in the Jewish Metropolis of Salonika” que dice:
“The Jews of Salonika were ultimately deported to Auschwitz-Birkeanu. There, some 50.000 Jews fron Salónica –almost the
entire Jewish community- would be murdered, and the “Jerusalem of the Balkans” lost forever”.
[40] Menascé,
José, Dr. e investigador, “La Comunidad de Cos. De la expulsión de España al
aniquilamiento nazi”, páginas 363/367 inclusive, SEFÁRDICA Nº 19, Cidicsef, Diciembre 2010, Buenos Aires.
[41] La vida en
el Imperio Otomano, página 3, publicado por la Sociedad de Beneficencia
Israelita Sefaradí, en “La Boz Sefardí” Nº 5,
Edición del 1º de Septiembre de 2007, Lima, Perú, citado de Sefarad. Rediris,
con autorización. Página alojada en la Red Académica y de Investigación Nacional
(RedIris), creada y mantenida en Madrid, la cual se dedica a difundir historia
y cultura de los judíos de origen español. Incluye el acceso al foro de
discusión “La Aljama
de Sefarad” (http://sefarad.rediris.es/ ,
consultado el 10 de febrero de 2011.
[42] Avni, Haim,
Profesor, en “Argentina y la Historia de la Inmigración Judía
– 1810-1950”, páginas 272 y siguientes, publicado por Talleres de Caligrama
S.A., Buenos Aires, año 1968.
[43] Amiras,
León, Presidente de la Organización Latinoamericana, España y Portugal
en Israel, en “Como se organizaron los
judíos sefarditas a su llegada al Noroeste de Argentina, a comienzos del Siglo
XX”, páginas 26/27 inclusive, publicado por la Asociación de
Genealogía Judía Argentina – TOLDOT –
Edición correspondiente al Año XI, Nº 32, Septiembre de 2007; véase además en http://www.agja.org.ar.
[44] Silberman de
Cywiner, María Esther, Profesora e investigadora, en “Asociación Israelita Sefaradí de Beneficencia de Tucumán-Memoria y
Testimonios de su Fundación y Evolución 1921-2006”, compiladora, páginas
45, 46, 54 y siguientes, publicado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional
de Tucumán, noviembre de 2003; véase además, Blumenfeld, Israel, en “Historia de la Comunidad Israelita
de Tucumán”, primera Edición, Sociedad Unión Israelita Tucumana, Tucumán,
Argentina, año 1971.
[45] Nussbaum,
Salomón, Rabino, “Comunidad Judía de
Tucumán”, páginas 20/21 inclusive, publicado en La Luz, Edición Nº 1630, Año 76,
Edición de abril de 2007, Buenos Aires, Argentina.
[46] Silberman de
Cywiner, Noelí Alejandra Guerra de Cascales y Silvia Patricia Israeli,
Profesoras de la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, en “La Asociación Israelita Sefaradí de Beneficencia de Tucumán: Fundación, organización y
acciones”, páginas 8/13 inclusive, publicado en la Revista Kol Hajaim de la Asociación Israelita
Sefaradí de Tucumán, con motivo de los 90 años de vida de dicha Institución,
Tucumán, septiembre 2011, Tishré 5773.
[47] Noemí Brujis
de Stern, en “Historias de Inmigrantes”,
páginas 20/23 inclusive, publicado por la Revista Kol Hajaim de la Asociación Israelita
Sefaradí de Tucumán, con motivo de la celebración de los 90 años de vida de
dicha Institución, San Miguel de Tucumán, septiembre 2011, Tishré 5773.
[48] Rodgers,
Susana, “Los Judíos de Alepo en
Argentina: Identidad y organización comunitaria (1900-2000)”, publicado por
Asociación Israelita Sefardí Argentina, Ediciones Nuevos Tiempos, Buenos Aires,
2005.
[49] Rodgers,
Susana, ob.cit., páginas 66, 112 y siguientes.
[50] Una Historia,
un Legado-Una mirada sobre la inmigración Damasquina en Argentina”, páginas 28
y siguientes, Argentina, 2007.
[51] Una
Historia, un Legado. Inmigración Damasquina, páginas 34 y siguientes,
Argentina, 2007.
[52] Rodgers,
Susana, ob.cit. página 77.
[53] Normas Jurídicas aplicadas a los judíos bajo el
dominio nazi: Los abogados y escribanos judíos no pueden ejercer su profesión
(18/03/1933); Los médicos judíos no pueden atender a pacientes no judíos
(4/05/1933); Prohíben a los actores judíos actuar (5/3/1934); Los judíos no son
ciudadanos. Se les priva de sus derechos civiles. Prohibición de los
matrimonios entre judíos y alemanes arios (15/9/1935); Los judíos no son
admitidos en los hospitales públicos (29/6/1936); Los judíos no pueden asistir
al teatro, cine, conciertos, exposiciones de arte (12/11/1938); Los niños
judíos son expulsados de las escuelas alemanas (15/11/1938); Se revocan las
licencias de conducir a los judíos. Los pasaportes judíos deben sellarse con la
letra “J”. (2/12/1938); Los judíos no pueden tener radio (20/9/1939); Los
judíos solo pueden hacer compras de alimentos entre las 16 y 17 horas
(4/7/1940); Todos los judíos mayores de seis años deben llevar una estrella
amarilla (1/9/1941); Los judíos no pueden viajar en transporte público (18/9/1941);
Todos los judíos súbditos de Argentina serán deportados bajo vigilancia a
Bergen-Belsen (27/6/1944).
[54] Sacerdoti
Annie, investigadora reconocida internacionalmente sobre Historia y Cultura
Judía, Instituto Italiano de Cultura, Buenos Aires, año 2001. La mencionada investigadora integra el Committee on
Jewish Historical Heritage dell’European Council of Jewish Communities (ECJC),
París. Realiza periódicamente conferencias en Italia y en el
exterior sobre la preservación del patrimonio artístico judío italiano.
[55] Smolensky, Eleonora María y Jarach Vera Vigevani, en “Italianos Judíos en la Argentina, 1938-1948;
“Tantas voces, una Historia”, páginas 21 y siguientes, publicado por Grupo
Editorial Temas, abril de 1999, Buenos Aires, Argentina. Véase asimismo, Annie
Sacerdoti, Historia y Cultura Judía,
Instituto Italiano de Cultura, Buenos Aires, 2001.
[56] Kuznitzky, Adolfo, investigador y ensayista, “Italia y el antisemitismo. Los Judíos
Italianos. Ensayo histórico comparativo con España y Francia”, obra
presentada en el Salón Literario de la Sociedad Hebraica
Argentina el 10 de octubre del año 2006, y en la que intervinieron las
profesoras Esther Cohen, Marta Wolff (Secretaria de Cultura de S.H.A.), el
Embajador de Italia en nuestro país, Stefano Ronca, el Doctor Marcos Edgardo
Azerrad y el Autor de la obra mencionada. (Véase Revista Institucional de
Hebraica Iom Iom –Día a Día- Nº 178,
páginas 7 y 8 inclusive, correspondiente a la Edición del viernes 27 de
octubre de 2006 – 6 de Jeshvan de 5767, Buenos Aires, República Argentina.
[57] Finzi, Marcello, jurista italiano, exiliado en
Argentina; (Ferrara, 1879- Roma, 1956); en el libro homenaje realizado por sus
colegas italianos y discípulos, en la obra:
“Marcello Finzi: Giurista a Modena. Università e discriminazione razziale tra
storia e diritto. Atti del Convegno di studi. Modena, 27 gennaio 2005 a cura di
Elio Tavilla”, publicado por Tibergraph, Città Di Castello, Finito Di
Stampare del Mese Di Gennaio, 2006, Italia.
[58] Forster
Ricardo, filósofo y ensayista en “Rodolfo
Mondolfo: El exilio de un humanista”, Revista PLURAL, páginas 24/25
inclusive, publicación cultural de la Sociedad Hebraica
Argentina, declarada de interés cultural por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, invierno de 1996, Segunda Época, Directora Manuela Fingueret.
[59] Kuznitzky,
Adolfo, ob.citado, Capítulo II, páginas 72/77 inclusive, Talleres Gráficos José
Solsona, Córdoba, 2003.
[60] Sephiha,
Haïm Vidal, “Casi la mitad de los judíos
sefardíes fueron deportados a campos de concentración”, en www.esefarad.com/?=3979, publicado
el 26 de junio de 2009.
[61] Revista Cidob (Centro de Investigación, docencia,
documentación y divulgación de Relaciones Internacionales y Desarrollo.
Biografía de Líderes Políticos, Asan II, España. Véase, asimismo, los trabajos
de investigación realizados por la Profesora Alicia Benmergui, sobre los judíos de
Marruecos en www.milim.org.ar .
[62] Balkhausen, Julia, en “Marruecos, lección de convivencia judeo-musulmana”, publicado por
La Nación,
Edición del día martes 2 de octubre de 2001.
[63] Hazan Becky, en
“Los últimos testigos. Judíos en Marruecos”, páginas 6/7 inclusive,
publicado en Masortí Nº 378, Edición del 18 de diciembre de 1998, Ciudad de
Buenos Aires.
[64] Milim
Cultural Nº 114, Edición 28 febrero 2011, Año V, “Una visita al Museo Judío de Casablanca”; www.milim.org.ar consultado en fecha 8 de marzo 2011.
[65] Benmergui,
Alicia, Profesora e investigadora, en
“Historia de los Judíos de Marruecos. Una reflexión sobre el Judaísmo Marroquí”,
artículo publicado en la página www.milimcultural.org.ar , Nº 108,
correspondiente al día 15 de noviembre de 2010.
[66] Epstein Diana, Licenciada en Sociología, Profesora y
Profesional Adjunta del Conicet, en
“Judíos de Marruecos en Argentina. La inmigración de la Segunda Mitad del
Siglo XX”, páginas 197/210 inclusive, publicado en SEFÁRDICA Nº 17, Actas del Simposio Internacional de Estudios
Sefardíes -30 Años del Cidicsef- Mayo de 2008, Buenos Aires, República
Argentina.
[67] Bejarano,
Margalit, Doctora en Judaísmo Contemporáneo por la Universidad Hebrea
de Jerusalén, “Pertenencia y alteridad.
Judíos en/ de América Latina: cuarenta años de cambios”, páginas 615 y
sgtes, Iberoamericana Editorial Vervuert y Distribuidora Waldhuter Libros,
presentado en la 37ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en la Sala Javier Villafañe,
el día 21 de abril de 2011.
[68] Zylberman, Abraham, docente de Historia Judía,
reconocido internacionalmente por sus trabajos especializados sobre Holocausto,
en “Argentina y la Shoá. Una política de
anticipación. La Circular
11 del Ministerio de Relaciones Exteriores del 12 de Julio de 1938”,
páginas 234/236, correspondiente a “Nuestra Memoria”, Año XV, Nº 32, agosto de
2009, publicación del Museo del Holocausto, Capital Federal.
[69] Goñi, Uki, “La auténtica Odessa. La fuga nazi a la Argentina de Perón”.
Editorial Paidós, Buenos Aires, 2003.
[70] Nuestra Memoria, publicación oficial del Museo del
Holocausto, Año XII, Nº 27, página 9, bajo el título: “Y esto sucedió en la
Argentina”, Edición de Junio de 2006; véase además: www.fmh.org.ar, consultado el 20 de febrero de 2011.
[71] Hazan, Martín, “Un
día más de Vida. Rodas-Auschwitz-Buenos Aires. La odisea de David Galante”,
página 67, publicado por Lumiere, Buenos Aires, 2007.
[72] Rodgers, Susana, ob.cit. página 74.
[73] Bejarano, Margalit, “Sephardic Communities in Latin America- Past and Present”,
Judaica Latinoamericana V, página 20, Jerusalén, Israel, año 2005; véase en
página Web: www.ort.edu.uy/sobreort/pdf/ponenciabejarano.p.d.f , consultado en fecha 5 de febrero de 2011.
[74] Della Pergola, “Comments on the Socio-Demographic Study of
the Jewish Communities in the East” (Hebrew), Pe’amim 93, páginas 149-156,
(Autumn 2002).
[75] Pogoriles, Eduardo, en “La historia de los sefardíes a través de 106 fotografías. Auspiciada por España e Israel”,
página 52, Sección Información General, diario Clarín, correspondiente a la Edición del día miércoles
6 de Julio de 1994.
[76] Cohen, Mario Eduardo, Profesor e historiador
reconocido internacionalmente en
“Aspectos socio-demográficos de la comunidad sefaradita en la Argentina”, páginas
57/78 inclusive, publicado en SEFÁRDICA
Nº 3, Edición correspondiente al mes de agosto de 1985.
[77] Algañaraz,
Juan Carlos, corresponsal del diario Clarín en Madrid, en su edición del día
viernes 23 de noviembre de 2012, página 33, Sección “El Mundo”, bajo el título
periodístico: “Después de 520 años, los
sefaradíes podrán tener nacionalidad española”-Subtítulo: “Histórico anuncio del gobierno en Madrid”
- “Será en forma automática. Se
beneficiarán los descendientes de los
judíos expulsados de España en 1492”.
[78] Armony, Paul, Ingeniero e investigador en su
trabajo: “Los sefaradíes en Argentina”,
publicado en la Revista
de la Asociación
de Genealogía Argentina, Toldot Nº 7, Buenos Aires, República Argentina.
[79] Pulido Fernández, Ángel, “Españoles sin patria y la raza sefaradí”, Madrid, España, pag.
643 y siguientes.
[80] Benarroch, Armando, Dr. en la entrevista personal
efectuada por el Autor, en Buenos Aires, en fecha 29 de octubre de 2001.
[81] Alabart, Manuel, Embajador de España en la República Argentina,
en ocasión de celebrarse un encuentro con destacadas personalidades de la
colectividad sefaradí, septiembre de 2004, (Véase SEFÁRDICA Nº XV, página 211, correspondiente a la Edición de Mayo de 2005,
Impreso en Gráfica y Copiado S.R.L., Buenos Aires, República Argentina.
[82] Ojeda, Diego, Director de Casa Sefarad-Israel en
España, “Fortaleciendo lazos
Iberoamericanos”, en ocasión de la invitación formulada por el Congreso
Judío Latinoamericano, año 2009; http://www.congresojudio.org,ar/nota.php?np=612
.
[83] Campoy Zueco, Luis, ex Presidente de la Red de Juderías de España, en
ocasión de la Ponencia
presentada y defendida en el “Congreso Sefaradí Mundial”, realizado en el año
2002; véase http://www.esefarad.com/?p=3310
, consultado el 14 de Mayo de 2011.
[84] Azerrad Marcos Edgardo y Kuznitzky Adolfo, en “El antisemitismo moderno en la España post-Inquisitorial”,
ponencia presentada y defendida por los autores correspondiente al IV Simposio
Internacional de Estudios Sefardíes, en ocasión de las Actividades Académicas
desarrolladas en la
Universidad Maimónides los días 21 y 22 de agosto de 2011,
donde participaron investigadores de Argentina, Israel, Estados Unidos de
Norteamérica, Europa y América Latina, evento que por gentileza de esefarad, se
transmitió en directo a todo el mundo en www.esefarad.com . Cabe señalar, que las Actas del IV Simposio,
fueron publicadas en la
Revista Sefárdica NºXX, bajo el título: “Sefarad-Huellas de un Exilio”, con la coordinación de la Licenciada María
Cherro de Azar y presentado en fecha 21 de noviembre de 2012 en Librerias
Distal de la Capital
Federal, por los prestigiosos escritores Marcos Aguinis,
Eduardo Cohen y María Gabriela Mizraje respectivamente.
[85] Clarín, Edición del día 23 de noviembre 2012, página
33, bajo el título: “Después de 520 años,
los sefaradíes podrán tener nacionalidad española-Histórico anuncio del
Gobierno de Madrid-Será en forma automática-Se beneficiarán los descendientes
de los judíos expulsados de España en 1492”, Buenos Aires, República
Argentina.
[86] Savoia Claudio y Calvo Pablo, en “Los desterrados de la Inquisición. Una reivindicación al pueblo
sefaradí, 520 años después”, páginas 38/40 inclusive, Sección Zona,
publicado en Clarín, Edición del día domingo 25 de noviembre de 2012.
[87] Tchukran de Benveniste Liliana, Profesora, en “Una cultura que hizo un aporte fundamental
al país”, página 40, Sección Zona, publicado en la Edición del diario CLARIN,
del día domingo 25 de noviembre de 2012.
[88] Azerrad, Salomón, (nacido en Reconquista, Provincia
de Santa Fe, el 19 de febrero de 1909), hijo de Marcos Azerrad, nacido en
Marrakech el 2 de marzo de 1876 y casado con Miriam Serruya, quienes
procedentes de Tetuán (Marruecos), se instalan a finales del Siglo XIX, en el
Norte Santafesino, constituyéndose en los pioneros de la inmigración judía en la República Argentina.
[89] Erdei, Ezequiel, en “Demografía e identidad”, páginas 350, 360 y siguientes, en el
libro “Pertenencia y alteridad- Judíos
en/ de América Latina: cuarenta años de cambio”, Iberoamericana Editorial
Vervuert y Bonilla Artigas Editores, año 2011, presentada en la XXXVII Feria
Internacional del Libro de Buenos Aires, el día 21 de abril de 2011.
Expositores: Daniel Goldman, Carlos Escudé, Ricardo Feierstein, Leonardo
Senkman y Anita Weinstein.
[91] Bejarano, Margalit, “Pertenencia y Alteridad”, ob. cit., página 611.
[92] Erdei,
Ezequiel, Investigador por la Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales (FLACSO) y del Joint Distribution Committee Latin América,
en “Pertenencia y Alteridad”, en su
trabajo sobre, “Demografía e identidad”,
páginas 343 y siguientes, Iberoamericana Editorial Vervuet y Bonilla Artigas
Editores, año 2011. Este libro fue presentado en la 37ª Feria Internacional del
Libro de Buenos Aires el día 21 de abril de 2011.
[93] Klimovsky, Gregorio, investigador y filósofo, en ¿Para qué una prensa judía?, página 41,
en “Nueva Sión- 50 años de periodismo
judeo-argentino con compromiso” –Idea, selección y edición: Eliahu Toker y
Ana E. Weinstein, Ediciones Fundación Mordejai Anilevich, Buenos Aires, año
1999.
[94] Torrado Susana, prestigiosa socióloga e
investigadora del Conicet, en “Una
sociedad empobrecida – Subtítulo: “1974/2002: Tres décadas de retroceso”,
páginas 4/5/6 inclusive, publicado por Le Monde Diplomatique, Año XI, Nº 131,
Edición Cono Sur, Mayo 2010.
[95] Svampa, Maristella, Socióloga por la Escuela de Altos Estudios
en Ciencias Sociales (EHESS) de París, investigadora, en “La sociedad excluyente. La Argentina bajo el signo del neoliberalismo”,
páginas 29, 33, 40, 43, 45, 47, 48 y siguientes, Taurus, Buenos Aires, abril de
2010.
[96] Lotersztain, Gabriela “Los judíos bajo el terror- Argentina 1976-1983”, publicado por
Ejercitar la Memoria
Editores, Buenos Aires, 2008; véase asimismo, Lipis, Guillermo,
en “Zikarón-Memoria – Judíos y Militares
bajo el terror del Plan Condor”, Editorial del Nuevo Extremo, Buenos Aires,
2010; Azerrad, Marcos Edgardo, “Ética y
secreto profesional del Abogado. Ejercicio y función social de la Abogacía”, páginas
443 y siguientes, Capítulo XII, publicado por Cathedra Jurídica, Buenos Aires,
Septiembre de 2007; véase asimismo, Senkman, Leonardo, “El antisemitismo en la
Argentina/2”, Nº 149, publicado por el Centro Editor de
América Latina, 1986; y del mismo autor:
“El antisemitismo en la
Argentina/3”, Nº 150, publicado por el Centro Editor de
América Latina, Buenos Aires, 1986; asimismo, Slutzky, Shlomo, en “Iamin
Noraim (Días terribles), página 4, publicado por Nueva Sion Nº 948, Edición
del 25 de septiembre de 2009; Feierstein, Ricardo, “Vida cotidiana de los judíos argentinos- del gueto al country”,
páginas 20,29 y 341, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2007;idem: Informe
sobre la situación de los detenidos desaparecidos judíos durante el genocidio
perpetrado en Argentina 1976-1983, publicado por el Centro de Estudios Sociales
de la DAIA,
entregado al Juez Español Baltasar Garzón el 15 de abril de 1999; Prado, Juan
José, Profesor UBA, en “De ideales y
compromisos- Memoria de un Abogado”, páginas 97, 137, 146 y siguientes
–Véase Capítulo VIII- publicado por Cathedra Jurídica, Buenos Aires, diciembre
2008; Le Monde Diplomatique Nº 80, Edición Cono Sur, páginas 34/35, febrero
2006, en www.Insumos.com/diplo/NODE/962
;
Rodgers, Susana, Ibídem, página 177; Véase en igual sentido:
Cernadas Lamadrid, J.C. y Halac Ricardo, en
“Antisemitismo- “Yo fui testigo”, Capítulo V, página 111, publicado por
Editorial Perfil, Buenos Aires, 1986; en esta misma publicación (pag.127), Herman
Schiller, afirma que “Durante los trágicos años de la Dictadura Militar,
desaparecieron 1.500 judíos…[…] “Porque los judíos participan activamente de la
realidad nacional, porque tenían ideas nuevas, porque eran combativos, y,
fundamentalmente porque se oponían a la dictadura”;
[97] Rafecas, Daniel, Juez Federal en lo Criminal y
Correccional de la
Capital Federal, en
“Acto recordativo de la victoria Aliada sobre la Alemania Nazi”,
discurso pronunciado el 11 de Mayo de 2010 en el Auditorio de la AMIA, publicado en “Mundo Israelita”, página 6, Año
LXXXXVII, Nº 4393, correspondiente a la Edición del 11 de Junio de 2010.
[98] Silberman de Cywiner, María Esther et alia, ob.
citada, páginas 84, 86 y 134 inclusive.
[99] Azerrad Marcos Edgardo, en ocasión de recibir el
“Premio Moisés”, en la
Sociedad Hebraica Argentina, celebrando los valores
universales del Pueblo Judío, el día 16 de noviembre de 2011. Recibieron dicha
distinción APAER-Padrinos de alumnos y escuelas rurales-, Max Berliner, Eduardo
Elsztain, Leonardo Krysa, Adolfo Kuznitzky, Fundación Maor, Gerardo Mazur, Ory,
Proyecto Mitnadev, Dr. Daniel Rafecas, Ana Weinstein y Francisco Wichter, éste
último sobreviviente de la Lista
de Schindler. Asimismo fue galardonado IELADEINU: Programa de la comunidad
judía de protección a niños y adolescentes en situación de riesgo.
[100] Kuznitzky, Adolfo y Azerrad, Marcos Edgardo en la
ponencia “Los orígenes del Tribunal
Inquisitorial”, publicada en SEFÁRDICA
Nº 19, páginas 302, 305, 326 (Conclusiones, punto 5), publicación del Centro
de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí, Buenos Aires, Diciembre 2010.
Esta obra fue presentada en la
XXXVII Feria Internacional del Libro de Buenos Aires el día
jueves 5 de Mayo de 2011, en la
Sala Javier Villafañe, Pabellón Azúl, interviniendo como
expositores la
Licenciada María Cherro de Azar, el Dr. Abrasha Rotemberg y
actuando como moderador el Presidente del Cidicsef, Profesor Mario Eduardo
Cohen. Dicha presentación contó con el auspicio de la Embajada del Estado de
Israel, asistiendo al mencionado acto académico el propio Embajador, Daniel
Gazit, además de importantes dirigentes comunitarios, entre otros el Presidente
de la Sociedad
Hebraica Argentina, Oscar Olender, el Dr. Mario Feferbaum,
Presidente del Museo del Holocausto, Osvaldo Sultani (Fesela), José Menascé, y la Licenciada Esther
Bendahan, Directora Cultural de la Casa SEFARAD-ISRAEL
(Madrid) de España.
[101] DellaPergola, Sergio, Demógrafo e Investigador de la Universidad Hebrea
de Jerusalén, “¿Cuántos somos hoy?
Investigación y narrativa sobre población judía en América Latina”, páginas
322 y sgtes, publicado en el libro “Pertenencia y Alteridad”, Editorial
Vervuert, año 2011.
[102] Cassin, René Samuel, jurista judío francés, citado
por Itzhak Pougatch, en “A veinte años
del Premio Nóbel de la Paz
para René Cassin, principal arquitecto de la Declaración Universal
de los Derechos Humanos”, páginas 33/49 inclusive, en Coloquio Nº 18,
(Publicación del Congreso Judío Latinoamericano), Buenos Aires, 1988.
Muchas gracias por la información tan bien expuesta, estoy interesada en el conocimiento del judaismo en Oriente Próximo desde 1890 a 1910 y aquí he encontrado la información eruditamente expuesta. Muchas gracias.
ResponderEliminarexcelente relato historico, donde remonta mis raices,,
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