Horario de Atención

Lunes a Viernes de 13.00 a 19.00 hs. 1 Piso de la Sociedad Hebraica Argentina - Sarmiento 2233

martes, 30 de diciembre de 2014

La Biblioteca recomienda

Muerte en Estambul de Petros Markaris
 
Muerte en Estambul es una novela marcada por su contexto. Nada tendría de especial la desaparación de
una ciudadana ateniense que se esconde en la ciudad turca y que va dejando un rastro de muerte a su paso. Kostas Jaritos, el famoso comisario de Petros Markaris, se ve atrapado en la investigación de unas misteriosas muertes por envenenamiento y la búsqueda de su autora. Y para ello deberá tirar de un hilo fino de vagos recuerdos. Entrevistará a parientes, conocidos y vecinos cada uno con su propia historia llena de penurias y vicisitudes personales. Descubriremos los terribles sucesos de septiembre de 1955, el éxodo de la comunidad griega, lo que motivó al resto a quedarse y las difíciles relaciones entre turcos, armenios y judíos y sus diferencias culturales. Entretanto recorremos la zona histórica de una de las ciudades más bellas de Europa. E incluso de una forma muy delicada pero no por ello menos contundente, Petros Márkaris (Estambul, 1937) halla el modo de manifestar como la Europa occidental lanza una mirada contradictoria, inconsistente y dotada de cierta hipocresía en lo que a la teoría de las libertades se refiere en el trato a sus minorías étnicas.

El vientre de la ballena de Javier Cercas

Casi veinte años después de la publicación de El vientre de la ballena, Javier Cercas (España, 1962), convertido ya en uno de los escritores fundamentales del panorama europeo, se propone revisar el libro del novelista que fue y enfrentarse a sus propios orígenes. El resultado es una novela a la vez reconocible y nueva, donde la sabiduría y la eficacia del autor maduro aciertan a potenciar la frescura y el humor del joven.
De ese modo, la tragicómica experiencia del treintañero Tomás, inmerso en una transformación vital tan profunda como la de Jonás en el vientre de la ballena, da pie a un relato extraordinario, hilarante y melancólico, poblado de personajes inolvidables, por el que el lector avanza como por una irónica novela de aprendizaje en la que sólo se puede aprender, si se aceptan la inextricable complejidad de las relaciones humanas, las perplejidades del corazón y los espejismos de la felicidad.

El intenso calor de la luna de Gioconda Belli

Tras dedicarse por entero a formar una familia, dejando atrás proyectos profesionales,
Emma llega a la madurez de sus 48 años. Sus dos hijos ya se han marchado de casa y la relación con su marido ha perdido el encanto de los primeros años. Cuando su cuerpo muestra los primeros signos de cambio, Emma se angustia y teme perder los atributos de su feminidad. En medio de una vorágine de pensamientos negativos, un hecho fortuito la lleva a entrar en contacto con una realidad ajena a la suya donde encuentra una inesperada pasión que cuestiona su apacible rutina y la lleva a descubrir las posibilidades de realización de esta nueva etapa de su vida.
El intenso calor de la luna cuenta la historia de Emma, un personaje flaubertiano que se rebela contra el papel que le impone la sociedad a la mujer madura. Gioconda Belli, la reconocida escritora nicaragüense, explora la identidad femenina, cuando la mujer debe ir más allá de los mitos que centran su valor en la belleza juvenil y la fertilidad, para descubrir un nuevo erotismo y el poder de ser ella misma.

Literatura juvenil

Caídos del mapa de María Inés Falconi



Caídos del Mapa es una novela infantil escrita por María Ines Falconi, y es el primero de la serie de libros Caídos del mapa. Fue publicado por primera vez en marzo de 1995 por la editorial argentina Ediciones Quipu. De la saga Caídos del Mapa, que sigue la historia de la amistad entre cuatro adolescentes, se han publicado once novelas que se encuentran a disposición en nuestra Biblioteca.
María Inés Falconi escribe cuentos, teatro y novelas para chicos y adolescentes. Lleva publicadas y/o estrenadas más de 50 obras en Argentina y otros países de habla hispana. Varias de estas obras han sido traducidas a otros idiomas y ha recibido premios nacionales e internacionales.

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Estos libros se encuentran a disposición de los socios en nuestra Biblioteca (Sede Sarmiento y Pilar)









viernes, 19 de diciembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

En estos días de Januca,
un fragmento de "Historia del pueblo judío" dirigida por H. H. Ben Sasson.
JAG HAURIM SAMEAJ!!!

Significado de la rebelión asmonea

A lo largo de Judea y la Samaria meridional, entre el grupo que había actuado en el desierto desde los primeros cambios gubernamentales introducidos en Jerusalén, y entre la población rural judía del norte de Judea y la llanura de Lida, comenzó a formarse un poderoso movimiento de resistencia contra las autoridades sirias. El movimiento, bajo el mando de los asmoneos, una familia sacerdotal que vivía en Modiín, en el distrito de Lida, encabezada por un sacerdote llamado Matatías, no tardó mucho en convertirse en una poderosa fuerza de combate. La familia asmonea, que pertenecía a la guardia de Yoarib, era muy respetada en los círculos judíos y servía de ejemplo y fuente de inspiración para las masas. Durante los ciento treinta años siguientes los asmoneos ocuparon el centro de la historia judía.
Los judíos leales a su fe tuvieron que afrontar de cuando en cuando severas pruebas, como las que sufrieron durante la persecusión de los profetas del Señor en los tiempos de Ajab y Jezabel, y durante el reinado de Manasés, cuando se impusieron por la fuerza cultos extranjeros. Pero parece que el judaísmo nunca corrió tal peligro de extinción total como durante las sitemáticas e implacables persecusiones sancionadas por los decretos de Antíoco Epífanes. La gran mayoría de la nación vivía en esa época bajo la dominación seléucida, ya fuera en Palestina o en otros lugares. Aunque también había judíos fuera de las fronteras del reino seléucida, en Egipto, Cirene, Asia Menor y en regiones del Oriente Medio que no se encontraban por aquel entonces bajo el dominio de Antíoco, es dudoso que esas comunidades fueran lo suficientemente fuertes, tanto en lo material como en lo espiritual, como para conservar la vida de la nación o renovarla, en el caso de que el centro palestino quedara destruido o perdiera su identidad. La existencia de la nación judía, con el enorme impacto que estaba destinada a tener en la historia del mundo, quedó asegurada gracias a la lucha de los asmoneos y a la valiente postura asumida por el pueblo de Judea en el cuarto decenio del siglo II a.C.
…El primer choque entre los asmoneos y las fuerzas reales se produjo cuando estas últimas llegaron a Modiín para obligar a la población a participar de un sacrificio pagano. Matatías, el jefe de la familia, reaccionó con la mayor determinación:

A lo que contestó Matatías, diciendo con alta voz: “Aunque todas las naciones que forman el imperio abandonen el culto de sus padres y se sometan a vuestros mandatos, yo y mis hijos y mis hermanos viviremos en la alianza de nuestros padres. Líbrenos Dios de abandonar la Ley y sus preceptos.” 
(I Macabeos II, 19/21)

...Después de la muerte de Matatías, la dirección de la rebelión pasó a manos de sus hijos, entre los cuales se destacó por su talento militar Judas, conocido con el nombre de Macabeo.
...Judas Macabeo, ahora a la cabeza de un ejército resplandeciente de victoria, se preparó para tomar Jerusalén... cosa que consiguió en el mes de kislev (diciembre) del año 164... La conquista de Jerusalén representaba el triunfo completo de la rebelión. Una sola guarnición enemiga, encerrada en el Acra, continuaba resistiendo. Se purificó el Templo, se abolió el culto pagano y se confiaron los servicios a sacerdotes asmoneos, aunque Judas no asumió la dignidad de sumo sacerdote. En recuerdo de la purificación del Templo se instituyó la festividad anual de Janucá.

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

La Biblioteca recomienda a Patrick Modiano

Premio Nobel de Literatura 2014

El lugar de la estrella
Esta es la primer novela de Patrick Modiano (1945), publicada en 1968. Con ella inaugura la llamada Trilogía de la ocupación, donde cuenta la vida en la capital francesa bajo dominio nazi con arrojo y desparpajo, con un sentido crítico y un humor más negro que el de cualquier surrealista. "No es la ocupación histórica la que describo", ha dicho, "es la luz incierta de mis orígenes. Ese ambiente donde todo se derrumba, donde todo vacila".
Modiano, descendiente de judíos de Tesalónica, entró magníficamente a la literatura francesa hace 40 años. Es característico de sus obras la parodia a la persecución y al victimismo racial, a través de una narrativa arriesgada, divertida, brillante, digna de todos los premios que ostenta, y con el poder para cuestionar desde la total incerteza los grandes valores y monumentos de su famosa patria.


En el café de la juventud perdida
París, años ´60. En el café Condé se reúnen poetas malditos, futuros situacionistas, y estudiantes fascinados por la bohemia parisina. Y aunque la nostalgia de aquellos años perdidos parecería ser el tema central de la novela, Modiano le da un giro sorprendente. Porque En el café de la juventud perdida es también una novela de misterio. Todos los personajes, todas las historias, confluyen en la enigmática Louki, la hija de una trabajadora del Moulin-Rouge. Modiano recrea, alrededor de su fascinante y conmovedora figura, el París de su juventud, al mismo tiempo que construye con su estilo inconfundible una hermosísima novela sobre el poder de la memoria y la búsqueda de la identidad, dos grandes ejes de la obra del escritor francés.     


La hierba de las noches
En La hierba de las noches, Modiano nos invita, como en otras de sus novelas, a un intenso viaje por un París espectral. La ciudad se configura como una geografía interior, hecha de capas de tiempo que se
confunden y entremezclan en esa evocación y búsqueda del tiempo perdido que hace Jean, el protagonista de la novela, escritor y tal vez álter ego del propio Modiano. Jean reconstruye en su escritura los fragmentos de su juventud, en los años sesenta, capturados en una libreta negra; y traza una ruta, que oscila entre el hoy y el ayer, siguiendo la pista de una turbia historia de tintes policiales –en la que aparece un leitmotiv del universo modianesco, la exploración del pútrido territorio de la Ocupación– pero también el recuerdo de Dannie, un viejo amor.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

21 de Jeshvan de 5775
 
Los hermanos Ashkenazi (fragmento)
de Israel Yehoshúa Singer
 
Abraham Hersh separó a los mellizos inscribiendo a cada uno en un jéder distinto. Aunque solo unos pocos minutos los separaban, en capacidad mental la diferencia entre ellos se cifraba en años.
Jacob Búnem era un niño normal para su edad, un alumno del montón que no daba muestras de ser una promesa excepcional. Aprendía con gran esfuerzo sus lecciones de la Guemará y las memorizaba a fin de demostrar algún progreso cuando su padre lo examinaba tras la siesta del sábado.
-Bueno, qué le vamos a hacer - gruñía Abraham Hersh, no demasiado satisfecho con los avances de su hijo-. Ve y dile a tu madre que te dé la merienda, y procura hacerlo mejor la próxima vez.
Jacob Búnem notaba que había defraudado a su padre y una sombra atravesaba su alegre semblante, pero sólo por un momento. En cuanto su madre ponía delante de él unas galletas y la compota de ciruelas, volvía a ser el mismo y hasta le entraban ganas de reír sin razón aparente.
Distinto era el caso de Simja Meir. Se trataba de un prodigio, y cuando su padre advirtió que el nivel del muchacho superaba la capacidad del maestro, lo sacó del jéder y se lo encomendó a Baruj Wolf de Leczyca, instructor de chicos que llegaban a la mayoría de edad religiosa y aun mayores, jóvenes ya apalabrados para el matrimonio.
Cada sábado, Baruj Wolf llegaba a la casa de Abraham Hersh para examinar a su alumno. Mientras se bebía varios litros de té caliente, servido de una jarra de cerámica envuelta en paños para conservar el calor, intentaba una y otra vez pillar a Simja Meir con preguntas capciosas y escollos, que el niño salvaba sin esfuerzo. Ríos de sudor corrían por la cara de Baruj Wolf, de resultas del té caliente y de la sabiduría del muchacho.
- Señor Abraham Hersh - murmuró un día al oído del padre en un tono que el niño fácilmente podía oír -. Está usted criando un genio, una mente prodigiosa.
Abraham Hersh se sintió feliz, pero eso no lo tranquilizaba.
- Asegúrese de que sea temeroso de Dios, reb Baruj Wolf - le recalcó al maestro-, un judío decente.
Nunca olvidaba aquella predicción del rebbe de Warka, según la cual su progenie sería de hombres ricos, pero que no decía nada acerca de que también serían judíos temerosos de Dios. Ello le inquietaba más en relación con Simja Meir que con Jacob Búnem. Precisamente el hecho de que el niño fuese un genio le asustaba. Mostraba rasgos que preocupaban al padre. El muchacho quería saberlo todo. Metía la nariz en todas partes; era inquisitivo, exigente e incansable. Abraham Hersh sabía que así se comportaban todos los niños prodigio, pero no por ello se sentía más tranquilo. Estaba convencido de que más importante era obedecer a Dios que ser un buen estudiante de la Torá, y mejor ser un judío sencillo y devoto que un gran estudioso que descuida la propia fe.
Mandó a Simja Meir a la cocina para tomar su merienda del sábado, a fin de cambiar unas últimas palabras con el maestro, no sin antes recordar a su hijo:
- No olvides decir la bendición. ¡Y no la recites aprisa, pronuncia cada palabra con claridad! - Se volvió hacia Baruj Wolf con un suspiro-. No eluda utilizar la vara. El niño necesita una mano firma.
Abraham Hersh había puesto premeditadamente a Simja Meir a cargo de Baruj Wolf de Leczyca. La madre se había opuesto con firmeza a ello, ya que el maestro era conocido en todo Lodz como un tirano que introducía a golpes las enseñanzas en sus alumnos, a algunos de los cuales había llegado a lisiar. Además, los retenía demasiadas horas, desde el amanecer hasta muy tarde por la noche. Los jueves no se marchaban a dormir, sino que permanecían estudiando toda la noche hasta la mañana siguiente. Por otra parte, no sólo les enseñaba la Guemará y la exégesis sino también los comentarios de diversos autores y, lo que era aún más importante, los suyos propios.
Como de costumbre, Abraham Hersh prescindía de lo que una mujer pudiera decir. Le acuciaba el deseo de que al muchacho se le sometiera al yugo del judaísmo, y nadie mejor para ello que Baruj Wolf de Leczyca.

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Israel Yehoshúa Singer nació en Bilgoraj (Polonia) en 1893 y murió en Nueva York en 1944. Hermano mayor de Isaac Bashevis Singer, pasó su infancia en Varsovia, donde el padre era rabino, pero abandonó pronto la casa paterna para dedicarse a la pintura. Desde 1918 y hasta 1921 se unió a los escritores en yiddish del "grupo de Kiev". Convertido en uno de los intelectuales más notables de Varsovia, en 1933 partió a Estados Unidos y se consolidó allí con títulos como Perla y otros relatos (1922) y Yoshe Kalb (1932), al tiempo que trabajaba como colaborador destacado del periódico en yiddish de Nueva York Der Forverts. Allí publicó Los hermanos Ashkenazi en 1937. En 1946 aparecieron sus memorias póstumas.

Hebraica en La Noche de los Museos



HEBRAICA Y LA CREACIÓN

Programa:
20.00 hs. Apertura y visita guiada a los murales de Hebraica.
(Las visitas guiadas a cargo de Julio Sapollnik y Gerardo Mazur se realizarán cada hora y media.

20.30 hs. Conjunto de danzas “Masmeret”.

21.00 hs. Lectura de poemas de Jorge Luis Borges, Eliahu Toker y Manuela Fingueret
a cargo del actor Pepe Novoa.

21.30 hs. Conjunto de danzas “Darkeinu”

22.00 hs. Mirta Kupferminc presenta su exposición de grabados “Las manos que dan”

22.30 hs. Coro SHArim

23.00 hs. Coro Trilce de la Dirección General del Libro (GCBA) - “Músicos oyendo poesías”

23.30 hs. “Los Tenores Latinos” celebrando en La Noche de los Museos en Hebraica,
sus 20 años de actuaciones.

00.00 hs. Micaela Epelbaum interpreta canciones de María Elena Walsh y Eladia Blazquez.

00.30 hs. Orquesta Sinfónica Juvenil del Centro. Obras clásicas y populares.

Sábado 15 de Noviembre de 20.00 a 03.00 hs.
Sede Sarmiento.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

14 de Jeshvan de 5775

Cuentos glaciares de Jacques Sternberg*

El túnel

Cuando, al cabo de dos días y dos noches, los viajeros comprendieron que el tren no había salido todavía del túnel, empezaron a inquietarse. Tenían hambre y sed, además.
- ¿Quién es el responsable de este tren? - quiso saber alguien.
Nadie supo responder. Nadie había vuelto a verlo desde la víspera.
- Viajo a menudo en este tren - dijo un viajero - y nunca antes pasamos por ningún túnel.
Tuve entonces un extraño presentimiento. Antes de que el tren se metiera en el túnel, me hallaba en el pasillo, viendo el paisaje. Y en aquel momento, recordé, el tren cruzaba una llanura tan vasta que no se veía por ningún lado ni una colina ni un valle.
Una pregunta me asaltó de pronto: ¿en qué dirección estaría construido el túnel?


La nada

La escena no representa nada. La acción no transcurre en ningún lado. Más aún, no hay ninguna acción. Tampoco personaje alguno. Nadie dice una palabra, por lo tanto.
El telón no se alza aún ya que está en la tintorería.
Difícil decir si la sala se halla colmada o desierta: es que no ha sido construida aún. Y por ahora no se prevé construirla. ¿Se hará un día? Quién sabe.
En cuanto al autor, que esta mañana había decidido escribir la obra, ha muerto esta misma tarde.

Traducción: Eduardo Berti
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Jacques Sternberg (1923-2006) nació en Bélgica, en el seno de una familia judía de origen ruso.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, tras la muerte de su padre en el campo nazi de Majdanek, se instaló en París e inició una muy prolífica carrera literaria que abarcó obras de teatro, guiones de cine, novelas y alrededor de mil quinientos cuentos.
En los casi trescientos breves e inquietantes cuentos que fueron incluidos en Cuentos glaciares, pueden advertirse resonancias de Kafka o Cortázar. Con una mirada cruel, humorística y absurda, Sternberg cuestiona lo establecido y refleja el mundo en un espejo tan deformante como asombroso.

Presentación de revista "Tamaño Oficio" n° 38

En homenaje a la escritora Lucila Févola, quien fue su fundadora
y directora hasta su fallecimiento en 2013.

A cargo de la escritora María Adela Renard.
En representación del grupo editor, Julio Aranda y Osvaldo Spoltore.

Con lectura de textos de la pieza teatral “El subterráneo” de Lucila Févola,
a cargo de los actores Beatriz Dos Santos, Dora Mills, Santiago Ojea y Carlos Vanadía
Coordinador: Carlos Vanadía
Presenta: Gerardo Mazur

Martes 11 de noviembre, a las 19,00 hs.
Café Literario
Sarmiento 2233, CABA
Entrada libre

martes, 4 de noviembre de 2014

19° aniversario del asesinato de Itzjak Rabin

Su último discurso pronunciado en la Manifestación en favor del Proceso de Paz, celebrada en la Plaza Maljei Israel 
Tel Aviv, 4 de noviembre de 1995

Permítanme decir que estoy profundamente conmovido. Deseo agradecer a cada uno de ustedes el haber venido hoy aquí para oponerse a la violencia y manifestar su apoyo a la paz. Este gobierno, que tengo el privilegio de encabezar junto con mi amigo Shimon Peres, decidió darle una oportunidad a la paz. Una paz que solucionará casi todos los problemas de Israel.

Fui militar durante 27 años. Luché cuando la paz no tenía posibilidades. Creo que ahora las tiene, y muchas. Debemos aprovechar esto en nombre de todos los que están aquí presentes y en nombre de los que no están aquí, que son muchos. Siempre creí que la mayoría de la gente quiere la paz y está dispuesta a asumir riesgos por la paz. Con su presencia han demostrado, junto con muchos otros que no vinieron, que el pueblo realmente desea la paz y se opone a la violencia.

La violencia erosiona los cimientos de la democracia israelí, la violencia debe ser censurada y aislada. Ese no es el camino del Estado de Israel. En una democracia puede haber diferencias, pero la decisión final debe tomarse en elecciones democráticas, como en las elecciones de 1992, que nos otorgaron un mandato para hacer lo que estamos haciendo. Y seguiremos así.

Quiero decir que estoy orgulloso de que representantes de los países con los que hemos firmado la paz estén presente hoy con nosotros, y seguirán a nuestro lado: Egipto, Jordania y Marruecos, que nos abrieron el camino a la paz. Deseo dar las gracias al presidente de Egipto, al rey de Jordania y al rey de Marruecos, que han enviado aquí representantes para participar con nosotros en nuestra marcha hacia la paz.

Pero, más que nada, en los más de tres años de existencia de este gobierno, el pueblo israelí ha demostrado que es posible hacer la paz, que la paz abre las puertas a una economía y una sociedad mejores, que la paz no es sólo una plegaria. La paz está antes que todo en nuestros rezos, pero es también la aspiración del pueblo judío, una genuina aspiración por la paz.
Sabemos que hay enemigos de la paz que están tratando de herirnos con el fin de torpedear su proceso.

Quiero decir, sin embargo, que hemos encontrado un socio para la paz también en el pueblo palestino. La OLP, que era nuestra mayor enemiga, ya no se dedica al terrorismo. Sin socios para la paz, ésta no puede existir. Exigiremos que pongan todo de su parte para la paz, así como nosotros haremos lo nuestro, a fin de solucionar el aspecto más complicado, más prolongado y cargado de emociones del conflicto árabe-israelí: el problema palestino-israelí.

Este es un camino lleno de dificultades y dolor. Para Israel, no hay camino sin dolor, pero el camino de la paz es preferible al camino de la guerra.
Esto se lo digo como ex-militar, como un hombre que es hoy ministro de Defensa y ve el dolor de las familias y los soldados de las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI). Por ellos, por nuestros hijos y, en mi caso, por nuestros nietos, quiero que el gobierno busque exhaustivamente cada apertura, cada posibilidad de promover y lograr una paz global. Incluso con Siria será posible hacer la paz.

Esta manifestación debe enviar un mensaje al pueblo israelí, al pueblo judío de todo el mundo, a los muchos pueblos del mundo árabe y, de hecho, a todo el mundo, de que el pueblo israelí quiere la paz y la apoya. Por todo esto, les doy las gracias”.


Fuente: http://www.bamah.org

viernes, 31 de octubre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

7 de Jeshvan de 5775

Piedra por piedra (fragmento)
de Batya Gur

Ella empezó a venir en el otoño y no dejó de hacerlo ni una noche. Boris Tabashnik, el vigilante nocturno empleado por el moshav, se acordaba perfectamente de la primera vez, porque había caído una lluvia breve y repentina, y antes de que empezara a llover había lucido una luna diluida en un halo borroso, como en las noches de siroco, una luna que asomaba por entre las nubes pesadas y rojizas.
También esa noche, como todas las demás desde el otoño, Boris vio a la mujer al final del estrecho camino interior paralelo al vallado - el que rodea el moshav hasta llegar al cementerio - aproximarse a la farola grande que ilumina el portón automático que se cierra cada tarde al oscurecer. Como todas las noches de los últimos meses la miró cuando pasaba bajo la farola, hasta que se fue alejando. Estaba sentado en la silla de madera que había colocado junto a la puerta de hierro marrón abierta a la oscuridad, como si la estuviera esperando. A medida que las noches iban pasando la figura de ella, que aparecía siempre entre la media noche y la una de la madrugada, se iba convirtiendo en la señal para hacer la primera pausa en la guardia de una noche de trabajo, para poner a hervir el agua del café y sentarse al escritorio. El regreso de ella caminando por aquella carretera, unas veces al cabo de dos horas y otras al amanecer, cuando la noche empezaba a palidecer, le hacía levantar la vista del asiento de madera, junto a la desvencijada mesa, hacia la ventana estrecha que miraba al exterior, convirtiéndose eso también en señal de algo, como una especie de muesca en el tiempo: unas veces como recordatorio para estirar un poco los músculos y otras como un impulso para salir a la carretera, dar una vuelta alrededor del moshav y cerciorarse de que todo estaba en orden.
A medida que iban pasando las noches reconocía en su interior la esperanza de que ella apareciera de nuevo. Durante las últimas noches, desde que le había visto el rostro a la luz del día, su agitación iba en aumento al verla aparecer caminando. Nunca volvía la cabeza hacia él cuando pasaba por delante de la entrada iluminada de la garita. Tampoco esa noche. Boris volvió a sentir ahora que la habitación entera, tan estrecha e inhóspita, con sus resplandecientes paredes blancas y la cama de hierro con el viejo colchón cubierto por una colcha naranja peluda y áspera, se convertía, en el momento en el que ella pasaba a poca distancia, en una especie de entregado centinela que proyectaba una silueta oblicua sobre la oscuridad del exterior.
Había estado lloviendo durante toda la última semana y el cuerpo alargado de espalda encorvada y cabeza gacha, con unas botas negras que a cada paso desgajaba el barro que cubría el camino, se movía con una pesadez mucho más patente que de costumbre. Al pasar bajo la farola que había junto al portón automático, la luz se proyectó sobre lo que primero pareció una joroba, pero que ahora, a la luz del foco, resultó ser una mochila grande y oscura que le cubría la espalda y los hombros. Con las dos manos sujetaba un cilindro largo y grueso oculto por un envoltorio blanco. A pesar de que su paso era firme y de que tenía el andar propio de quien sabe adónde se dirige, y a pesar también de que ahora Boris ya sabía que la mujer había nacido en el moshav en una familia respetable y veterana en el lugar, esta vez despertó en él, quizá por la carga que llevaba en las manos, que desde lejos parecía pesada, y por la mochila, una sensación de camaradería mezclada con piedad, como si estuviera ante una refugiada.

Batya Gur, Piedra por piedra, Editorial Siruela, Madrid, 2005.

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Batya Gur (Tel Aviv, 1947 - Jerusalén, 2005) se doctoró en Literatura Hebrea por la Universidad Hebrea
de Jerusalen, donde fue profesora durante más de 20 años. Ha publicado varias novelas que pertenecen a la serie policiaca de Michael Ohayon, por las que es muy conocida entre los lectores de habla hispana. 

Piedra por piedra no corresponde a esa serie, pero como en aquellas, Batya Gur pone al descubierto las contradicciones de la sociedad israelí y examina los conflictos de su país.




viernes, 24 de octubre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

30 de Tishrei de 5775

POEMA INFINITO
de Yehuda Amijai

Dentro de un museo moderno
una sinagoga antigua.
Dentro de la sinagoga
yo.
Dentro de mí
mi corazón.
Dentro de mi corazón
un museo.
Dentro del museo 
una sinagoga, 
dentro de ella
yo,
dentro de mí
mi corazón,
dentro de mi corazón
un museo.

Traducción: Raquel García Lozano
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viernes, 17 de octubre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

23 de Tishrei - Simjat Torá

BERESHIT - Volver a empezar
Rabina Silvina Chemen

Volvemos a empezar una vez más.
Cerramos el último capítulo de la Torá hace sólo unas horas; victoriosos de
haber cumplido la tarea y también agotados por la travesía en el desierto con
sus conquistas y sus fracasos... Llegamos a destino... para volver al
principio. No hay tiempo ni siquiera para disfrutar del esfuerzo. Hay que
volver a empezar. Desarmar lo construido para encontrarnos nuevamente
con cada elemento por separado. Renunciar a la obra terminada y retomar
las herramientas desde el comienzo del proceso. Y eso exige una gran cuota
de valentía y fe. Leer nuevamente Bereshit, con la esperanza de encontrar
nuevos significados, requiere de mucha voluntad.
Volvemos al caos del comienzo, ya sabiendo lo que nos espera. Ciclos de
creación y de destrucción. Un paso hacia delante, dos hacia atrás. Aprender a
caminar de nuevo, cuando ya creíamos que lo sabíamos todo, va a requerir
de una gran porción de humildad.
Hoy los invito a que nos embarquemos juntos en este nuevo desafío.
Transitar una a una las letras de la Torá con el asombro de quien se
encuentra con algo desconocido y el temple de quien ya está familiarizado
con los recovecos de cada geografía. Porque como dice Bashevis Singer, cada
año pareciera ser que mágicamente se agregan textos y sentidos, cuando en
realidad lo que pasa es que nosotros mismos estamos habitados por nuevas
historias y miramos a nuestro alrededor con nuevos sentidos.
El comentario de esta Parashá va a ser diferente a lo que estamos
acostumbrados, porque creo que es necesario detenernos en la experiencia
espiritual que significa “leernos” en un texto, “mirarnos”, “descubrirnos”,
ilusionarnos y desilusionarnos de los personajes bíblicos que se erigen como
espejos de nosotros mismos en el paso de nuestra historia. Y Parashat
Bereshit es quizás una referencia contundente de lo que nos va a pasar a lo
largo de muchos pasajes de esta Torá que estamos recomenzando hoy.
Porque lo que vamos a leer nos va a dejar un sabor amargo. Porque la
condición humana creada entonces es “tan parecida” a lo que no nos gusta
de lo humano hoy en día.
Porque tuvimos un Edén y lo perdimos.
Porque tuvimos oportunidad de paraíso y la desechamos.
Porque lo tuvimos a Dios cara a cara y nos exiliamos de él.
Porque teníamos alimentos sin esfuerzo y los rechazamos.
Porque podíamos haber pactado con la verdad y nos ocultamos.
Porque podíamos haber vivido en pareja armoniosamente y nos acusamos.
Porque podíamos experimentar el amor entre hermanos y nos matamos.
Quizás aquí haya un secreto. Un origen ideal y perfecto, como lo describen
otras tradiciones, pone el acento en lo que fue y que nunca volverá.
Un origen doloroso y errado, sienta las bases para una humanidad que
desarrolle la esperanza en que la belleza y la armonía están en nuestras
manos.
Acostumbrados a visiones triunfalistas de la existencia, a clasificar a los seres
humanos entre exitosos y fracasados, a medir todo por los resultados – y si
inmediatos mejor –, la primera Parashá del año nos ruega que aprendamos a
mirar la historia desde el origen. Que le demos espacio a lo que no nos salió
como queríamos, que le demos tiempo a los tiempos menos brillantes, que
anclemos en las partes sombrías sin miedos, que desandemos el camino para
saber a dónde estamos parados. La Parashá de esta semana nos pide que
nos perdonemos los errores del comienzo, que no nos paralicen los exilios a
los que nos confinamos y que nos animemos a tomar la historia en nuestras
manos; para escribirla de nuevo, una y otra vez, como la lectura del Séfer
Torá.
Ya está todo dispuesto: El rollo de la Torá vuelto al comienzo, el calendario
de lectura estipulado. Ahora, todo el desafío está inmerso en una sola
palabra de esta Parashá: ¿AIEKA? ¿Dónde estás? ¿Dónde estás vos, para
empezar a leer tu propia historia?

Fuente: www.bama.org.ar

miércoles, 15 de octubre de 2014

"Acerca del iter criminis causae III"

Por Jack Fuchs y Silvia Lef

Jack :
Está bueno hablar contigo del camino que lleva a las causas de la
criminalidad. Es pensar en algun tipo de racionalidad o justificación de aquello
que no se puede explicar. Es ilógico, enigmático, "pura excusa", "sin razón".

Silvia :
  Fijate que en derecho penal, a la hora de evaluar un delito, un juez
deberá comprobar la existencia de una conducta,  acción humana
obediente a principios que no socaven la voluntariedad,  es decir que
no supongan los supuestos de excepción;  típica,
tipificada en el Código sustantivo, antijurídica, contraria al
ordenamiento social justo; culpable, atribuible a un autor, ya culposa
(negligencia/impericia/imprudencia), ya dolosa (con intencionalidad de
dañar).  En el art. 34 del Código Penal, figuran como supuestos de
inimputabilidad, que eximen de responsabilidad penal al autor cuando
se da alguno de esos elementos.

Jack :
¿Acaso hay eximentes?
¿Acaso hay justificación, excusa, motivo que atenúe?

Silvia :
Art. 34. del Código Penal No son puniblles//son inimputables:

    1º. el que no haya podido en el momento del hecho, ya sea por
insuficiencia de sus facultades, por alteraciones morbosas de las
mismas o por su estado de inconsciencia, error o ignorancia de hecho
no imputable, comprender la criminalidad del acto o dirigir sus
acciones.
En caso de enajenación, el tribunal podrá ordenar la reclusión del
agente en un manicomio, del que no saldrá sino por resolución
judicial, con audiencia del ministerio público y previo dictamen de
peritos que declaren desaparecido el peligro de que el enfermo se dañe
a sí mismo o a los demás.

En los demás casos en que se absolviere a un procesado por las
causales del presente inciso, el tribunal ordenara la reclusión del
mismo en un establecimiento adecuado hasta que se comprobase la
desaparición de las condiciones que le hicieren peligroso; 
2º. el que obrare violentado por fuerza física irresistible o
amenazas de sufrir un mal grave e inminente;

3º. el que causare un mal por evitar otro mayor inminente a que ha
sido extraño; 
4º. el que obrare en cumplimiento de un deber o en el legítimo
ejercicio de su derecho, autoridad o cargo;

5º. el que obrare en virtud de obediencia debida;

6º. el que obrare en defensa propia o de sus derechos, siempre que
concurrieren las siguientes circunstancias:
       a) agresión ilegítima;
        b) necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla
        c) falta de provocación suficiente por parte del que se defiende.

 Se entenderá que concurren estas circunstancias respecto de aquél
que durante la noche rechazare el escalamiento o fractura de los
cercados, paredes o entradas de su casa, o departamento habitado o de
sus dependencias, cualquiera que sea el daño ocasionado al agresor.
Igualmente respecto de aquél que encontrare a un extraño dentro de su
hogar, siempre que haya resistencia.

7º. el que obrare en defensa de la persona o derechos de otro,
siempre que concurran las circunstancias a) y b) del inciso anterior y
caso de haber precedido provocación suficiente por parte del agredido,
la de que no haya participado en ella el tercero defensor.

Jack:
Pensemos en la Ley hebraica que reza: "No matarás"

Silvia :
Fijate que el derecho positivo recaba la misma prohibición y
cuando se produce el delito debe estar encuadrado como tal, tipificado
en el Código. Por otra parte, quien cometa esa acción debe ser
culpable, conocer la criminalidad del acto y dirigir sus acciones
conforme a ese conocimiento. No debe estar incluido en ninguno de esos
eximentes, nombrados en transcripcion del 34.

Jack :
Debatamos la ley judía y analicemos juntos the next ¿por qué el
hombre asesina cuando está prohibido por ley hacerlo?
¿Por qué atenta contra otra vida, arrasa con su semejante?

Silvia:
    ¿....?

viernes, 10 de octubre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

16 de Tishrei de 5775 - ¡Jag Sameaj!


Cosecharás tu siembra
Rab. Ariel Kleiner 
Llama algo la atención el orden de nuestro calendario...
Sucot forma parte de las tres fiestas de peregrinación: Pesaj, Shavuot y Sucot en las cuales, cuando el Templo estaba en pie, se peregrinaba hasta él para llevar allí las ofrendas.
Cada una de estas tres fiestas tiene un motivo agrícola vinculado con la estación del año (del hemisferio Norte, la Tierra de Israel). Pesaj – es también conocida con el nombre de Jag HaAviv, la fiesta de la primavera, dónde todo comienza a florecer. Siete semanas después de Pesaj tiene lugar la festividad de Shavuot, Jag HaBikurim, la fiesta donde se cosechan los primeros frutos y finalizando el calendario agrícola encontramos la fiesta de Sucot con el nombre de Jag HaAsif – la fiesta en la cual concluimos la recolección.
Ahora, ¿cómo es esto de "finalizando el calendario agrícola", si nuestro calendario recién se inició con Rosh HaShana y Iom Kipur?
Quiero proponer que uno de los hermosos mensajes que podemos aprender de esta festividad es: Atención!! De vos dependen los frutos que coseches.
Es como que no es azaroso que justamente al comienzo del año tengamos una fiesta donde celebramos el fin de la recolección, es como que nos quiere llamar la atención y hacer ver que ahora estamos cosechando el producto de nuestro trabajo durante todo el año. Nos ayuda a "despertarnos" y tomar conciencia que todos los objetivos que nos propusimos en este Rosh HaShana y Iom Kipur dependen de nuestro compromiso y acción. En exactamente un año estaremos nuevamente en la festividad de Sucot, recogiendo los frutos del trabajo de nuestras manos.
Según los místicos el juicio no finaliza en Iom Kipur, sino cuando termina la festividad de Sucot. Es para que esta fiesta nos haga tomar conciencia que cosecharemos lo que sembramos y trabajamos.
Como decía el Rabino Marshall Meyer: Hoy decidimos que ayeres tendremos mañana.

Novedades en Biblioteca

Literatura juvenil

-         La brújula dorada de Philip Pullman (I, II, III)


                         - Eragon de Christopher Paolini
                         -   El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien (I, II, III)
                         -    El Hobbit de J.R.R. Tolkien
                         -   Trasnoche de Pablo De Santis
                   -     El umbral de la eternidad de Ken Follet

jueves, 2 de octubre de 2014

¡LeShaná Tova Tikatevu veTejatemu!

Septiembre de 1944 

Kol Nidre en Dachau

Por Jack Fuchs * 
 
Fue en Dachau. En una barraca, la mía, había casi cien judíos. La mayoría éramos de Lodz, Salónica, Hungría. Pocas semanas atrás habíamos llegado desde Auschwitz. Habíamos dejado a nuestros seres queridos en el infierno más atroz imaginado. Nunca pudimos reencontrarnos con ellos.
Todo había sido tan rápido. La llegada, la separación de nuestros familiares, de nuestros nombres convertidos en números, de nuestras ropas. Sólo quedamos con los zapatos con los que habíamos entrado...
Algunos fuimos “seleccionados” para ir hacia un campo en construcción que, finalmente, constituiría –para muchos– campo de muerte. Esta “selección” también fue separación para morir tantas veces como fue posible: por hambre, anonimato, frío, hambre, separación, pérdida, imposibilidad de soñar, desear. Hambre. Siempre hambre...
Durante algún tiempo ni tuvimos conciencia del paso de las horas. No existían calendarios ni relojes. El único elemento que nos mantenía atados a una realidad temporal eran los toques de sirena.
Sin embargo, hasta hoy no encuentro respuesta al hecho de que alguien pudiera recordar que una noche fue “Kol Nidre”**. Aquellas, “todas las promesas”, debían hacer arrepentir a algunos hombres de los ofrecimientos vanos. No fue así.
Alguien había logrado entrar con un pequeño Sidur. Lo sacó y, en voz baja, comenzó a recitarlo. El simple hecho de tener un libro de rezos podía costar la vida. El llanto, que nos invadió a todos, estaba lleno de desesperación. Hoy, como entonces, sigo preguntándome quién tenía necesidad de continuar con el judaísmo después de lo que estábamos viviendo, todo aquel infierno por ser judíos.
Han pasado más de sesenta años y la impresión, que con tanta insistencia se reitera en la proximidad de estas fiestas, continúa siendo intensa. Fue una plegaria... simplemente una plegaria que no llegó a ningún lugar.
Las lágrimas, cristalinas, impregnaron nuestras ropas. Soledad. Resignación. Autocompasión. Probablemente, para los creyentes, Dios estaba ocupado en otras cosas.
No soy el mismo que escuchó y cooperó en levantar esa plegaria, en una noche de Iom Kipur. Pese a todo, sigo preguntándome qué valor podía tener si ni siquiera sabíamos si al día siguiente viviríamos.
Cada fecha me retrotrae a lo pasado en mi ciudad: los alemanes entraron, en un mes de septiembre como éste, hace cincuenta y siete años, marcando un antes y un después. El comienzo del fin.
Mi generación, la que vivió en ghettos y campos, se continúa debatiendo ante un dilema existencial: recuerdo y pesadilla. Olvidar y aferrarse a la necesidad de evocar.
Tal vez haya, en algún lugar, un espacio para la religiosidad. Probablemente la urgencia, una vez más, sea la de revivir a aquellos que no tuvieron la posibilidad de repetir la plegaria, en libertad.


* Escritor y pedagogo. Sobreviviente de Auschwitz.
* * Nombre de la declaración recitada en la sinagoga antes del comienzo del servicio de Iom Kipur.

Fuente: Página 12 

lunes, 29 de septiembre de 2014

"Acerca del criminis causae II"

Por Jack Fuchs y Silvia Lef

 Jack :
      ¿Qué sucedería si un día me levanto cruzado, manifiesto en
 las calles, corto el tránsito y protesto por la falta de semáforos en la
ciudad? Seguramente, vendría un agente federal, me haría revisar, llamaría
al 911, me enviarían una ambulancia y me trasladarían para peritarme
psíquicamente a un centro de salud.
En cambio, si éso lo haría en vez de un individuo, un grupo para
manifestar por la misma razón, quedaría justificado. Tendrían derechos
y nadie los trasladaría a ningun nosocomio.
Sonaría distinto. Sería kasher. Aceptado. Conforme a las reglas.
Lícito. No prohibido.

Silvia :
¿Pensás lo individual como "sin fuerza de ley"
En cambio. ¿crees que lo colectivo se impone como derecho?

Jack:
Pienso que el humano siempre busca excusas para justificar sus
acciones. Si no las halla, las inventa, las fabrica. Lo propio sucede
con los actos delictivos, criminales. No tendrían razón de ser jamás.
Sin embargo, este ser que dice llamarse humano y racional, disfraza
los hechos con caprichosos y antojadizos motivos que jamás explican
nada.
Para mí, es un enigma por qué el hombre mata, asesina a sus
congéneres. El por qué lo hace es un misterio ignoto, una razín sin
razón, un algo no develado.

Silvia:
Sin embargo en las tipologías del Código penal hay una diversidad
de especificaciones que diferencian uno de otro tipo penal. Este
tratamiento comienza en el art 80, detallado a continuación en nuestro
diálogo de la fecha, con siete incisos diferentes.
Por ejemplo, en los delitos contra la vida de las personas que afectan el
bien máximamente apreciado, tanto en la Torah como en el Derecho Penal
argentino, tenés, en el artículo 80 del C.P. reclusión o prisión
perpetua para quien mate a un descendiente, ascendiente o cónyuge
suyos, sabiendo que lo son, Art 80, inciso 1). Art 80, inciso 2) La
misma pena para quien mate a otro congenere con ensañamiento,
alevosía, veneno u otro procedimiento insidioso, art 80, inciso 3).
A quien mate, por precio o por promesa remuneratoria, art 80, inciso 4)
Para quien mate, por placer, por codicia, por odio racial o religioso.
Art 80, inciso 5) Para quien mate por un medio idóneo para crear un peligro común.
Art 80, inciso 6)A quien mate con el concurso premeditado de dos o más personas.
art 80, inciso 7) A quien mate, para preparar, facilitar, consumar u ocultar un delito o
para asegurar resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o
por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito. Este
constituye el denominado "homicidio criminis causae".
Cuando en el inciso 1 del art 80 medien circunstancias extraordinarias
de atenuación, el juez podrá solicitar aplicar, ya reclusión, ya
prisión de 8 a 25 años.

Jack :
the next/la próxima podríamos desarrollar la prohibición
categórica del mandamiento de nuestra Torah : "No matarás". ¿Qué ha
sucedido con él? ¿Acaso no es la brújula?
Y, sin embargo, ¿qué le pasa a nuestra bendita humanidad?
¿No escucha la Ley?

Silvia :
¿¿¿¿¿¿??????

sábado, 20 de septiembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

24 de Elul de 5774

En vísperas de Rosh Hashaná, transcribimos una reflexión del filósofo francés Stéphane Moses*, sobre la concepción judía del tiempo:



En el caso del judaísmo, el tiempo detenido tiene también, y quizá ante todo, un objeto diferente, que es anular la distancia – aunque sea incalculable – que separa el presente del futuro más lejano, es decir, de la meta ideal del proceso histórico. Solo un tiempo absolutamente sincrónico puede permitir actualizar el futuro más lejano en el fulgor del instante presente, es decir, anticipar la Redención. Esta anticipación equivale en cierta forma a una extraña aceleración del tiempo, ya que lleva a suprimir el intervalo entre dos puntos que, sobre un eje horizontal, podrían estar infinitamente alejados uno de otro. Esta forma específica del tiempo religioso produce un efecto eminentemente paradójico: la inmovilización del tiempo podría ser igual a su infinita aceleración. Esta paradoja está en el centro de la experiencia religiosa del pueblo judío: desde hace dos mil años, su existencia congelada, al margen de la historia, casi anacrónica, lo ha mantenido en la proximidad inmediata, no solo de sus mitos fundadores sino también del término mesiánico de la historia. Es más: porque su pasado más lejano ha estado siempre más presente que la actualidad más inmediata, la realización de sus esperanzas, incluso las más quiméricas, siempre le ha parecido cercana. En el orden de este efecto paradójico se encuentra una experiencia religiosa absolutamente específica: la de la contracción del tiempo. Es lo que provoca la contemporaneidad absoluta del pasado, del presente y del futuro. La posibilidad de ver realizadas las promesas mesiánicas desde este momento viene de una técnica espiritual milenaria, de una familiaridad ancestral con la experiencia interior de la condensación, en un punto único, de las tres dimensiones del tiempo.

****************************************************************************

Stéphane Mosès 

Nacido en Alemania en 1931. En 1937 emigró con su familia a Marruecos. Estudió en París; obtuvo una licenciatura en alemán y un doctorado en la École Normale Supérieure. Fue profesor en la Sorbona y en la Universidad de París-Nanterre. En Israel, donde se instaló en 1969, dictó clases de literatura alemana y de literatura comparada en la Universidad Hebrea de Jerusalém, de la que fue profesor emérito. Falleció en Paris en 2007.

El fragmento corresponde a su libro El Angel de la historia, `Rosenzweig, Benjamin, Scholem` .
Los tres autores que aparecen en el subtítulo de la obra imaginaron en la Alemania de los años 20 una nueva visión de la historia que ponía en escena la idea de utopía mesiánica y 
se han ocupado, durante la primera mitad de nuestro siglo, en cuestionar la idea de la historia como una totalidad continua, evolutiva o progresiva, guiada por una misión y una finalidad. Han propuesto, por el contrario, la irrupción de lo que Benjamin denomina «el Ángel de la Historia»: una serie de instantes discontinuos, presentes y absolutos, que no se dan ni como síntesis del pasado ni como espera del futuro en tanto teleología del presente. Ante el espantoso espectáculo de un Occidente entregado a la guerra, estos pensadores cedieron a la lógica de la guerra misma, que es la negación de la historia, pues instaura la discontinuidad radical de la muerte y el imperio del hecho puro, aniquilante.
Puede entenderse que el tiempo de la vida humana está hecho de instantes inconexos y aislados, pero esta concepción es incompatible con cualquier idea de historia. La pura y radical discontinuidad carece de historia, es el éxtasis del instante que «descubrieron » los posmodernos.
Mosés propone explicar estas actitudes angelicales ante lo histórico como expresiones del pensamiento mesiánico judío: cada interrupción del tiempo es un episodio redentor que replantea la necesidad de la utopía como plenitud ideal del presente, y da lugar a la esperanza en un escenario apocalíptico.

Angelus Novus de Paul Klee

Paradójicamente de las ruinas de la razón histórica puede surgir la esperanza. Mosés se sitúa bajo el ideal del Angelus Novus de Paul Klee para orquestar una reflexión esencial sobre la utopía. 
Con ello, desde luego, se restaura el problema del sentido, sin el cual la utopía tampoco existe.

SHANÁ TOVÁ UMEVORAJAT!

jueves, 18 de septiembre de 2014

Un diálogo interdisciplinario

"Criminis causae I: un otro diálogo interdisciplinario
entre Jack Fuchs y Silvia Lef"

Jack : Me interesa muchísimo debatir contigo acerca de un tema
crucial.¿Por qué el ser humano mata, asesina? Siempre busca una excusa
para hacerlo y justificar el delito.
En rigor, mata por matar, aunque quiere hacer aparecer el
crimen como obediente a tal  o cual causa que lo excusaría de
responsabilidad. Este tema me desvela : el por qué arrasar con la vida
del otro, del semejante. ¿Por qué el hombre desde que es hombre elimina
a aquel a quien rechaza, persigue y no perdona al semejante que posee
otro origen y/o predica otra creencia?

Silvia : Este espacio dialógico de hoy se nombrará "Criminis causae I:
un diálogo interdisciplinario" y dado este tema que proponés y que nos
permitirá re-pensar en conjunto el entrecruzamiento de discursos 
acerca de los delitos y sus diversas causas. 
Propongo como un primer  eslabón,  definir lo que en
el Código Penal se comprende como este delito especial contra la vida,
"homicidio criminis causae",  según la doctrina interpretativa del
derecho penal que propone Eugenio Zaffaroni, quien fuera docente mío
de criminología cuando estudié psicología y de derecho penal cuando
estudié abogacía, ambas carreras en la U.B.A.

Jack : Este tema me ha ocupado siempre, metódica y sistemáticamente.
Cuando era chico ya escuchaba acerca de los crímenes de guerra, del
ataque de unos seres humanos contra otros y siempre fue para mí un
enigma desentrañar esa cuestión. Fijate que hace más de setenta 
años de la Schoá y aún es incomprensible lo que ha sucedido.

Silvia: crimen/criminis, acusación,inculpación, culpa, delito, crimen.
          causa/causae, causa, motivo, razón.

Jack :¿Qué podremos descubrir a través de nuestro intercambio?

Silvia: Según la opinión de Zaffaroni, el "homicidio criminis
causae" tiene un elemento subjetivo del tipo distinto del dolo, pues el
autor en este delito tiene en vista una acción que no necesariamente
debe concretar, como es el caso del homicidio para facilitar otro delito. 
Este elemento subjetivo consiste en una ultrafinalidad, modalidad
correspondiente a delitos incompletos de dos actos. En doctrina se
encuentra ampliamente aceptado que el artículo 80, inciso 7, del
Código sustantivo requiere para su existencia una finalidad en el
infractor, siendo la misma sólo compatible con el dolo directo. En
dogmática, la mayor consecuencia de este reconocimiento es que cuando
concurre una circunstancia de esta naturaleza el delito no puede
atribuirse al dolo eventual. Cuando el homicidio es causado con miras
a preparar, facilitar o consumar otro delito, este último siempre
deberá ser doloso, ya que de la misma lectura surge que el
infractor deberá conocer y comprender tanto el accionar homicida como
el otro accionar delictual. En cambio, en el supuesto que el homicidio
sea causado a fin de ocultar u obtener impunidad de otro delito
anterior, podrá tratarse de un delito doloso, culposo o
preterintencional.

Jack: ¿Qué sería el homicidio criminis causae?

Silvia: El "criminis causae" sería el homicidio en conexión 
ideológica con otro delito. Se mata "para" o "por" otro delito. 
En la figura típica del artículo 80 inciso séptimo hay un agravamiento 
del homicidio por la flagrante intencionalidad de cometer el injusto y la
presencia manifiesta del elemento cognitivo de criminalidad del acto
por parte del autor del crimen, de modo tal que no deja lugar a dudas
que se trata de un accionar conciente del infractor a la norma
punitiva.
¿Fraticidio, incesto, parricidio, robo de primogenitura en nuestra Torah?
¿Qué otros crímenes encubre cada uno de estos?

Jack : En el próximo, te narraré ejemplos en los que
pienso día a día cuando me confundo  con otros y veo los intereses
cruzados en la realidad cotidiana. Me gustaría hablar contigo del
Decálogo, del derecho positivo y de la cotidiana realidad.
Fijate Caín, primer fraticida, podría representar a cualquier otro
como semejante

Silvia: En nuestra Torah se previene venganza contra ese homicidio 
calificado por el vinculo.
En idéntica orientacion, Freud diría en "Totem y Tabú", "No matarás a
tu hermano", como predecesor de "No matarás".

viernes, 12 de septiembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

17 de Elul de 5774
 
Mi vida (fragmento)
de Marc Chagall

Para mí, la casa del abuelo se llenaba de los sonidos y olores del arte.
Por las pieles, colgadas como sábanas.
En la oscuridad de las noches, me parecía que no eran sólo los olores, sino todo un rebaño de felicidad, agrietando las planchas, volando en el espacio.
Degollábamos las vacas con crueldad. Yo lo perdonaba todo. Las pieles sagradas se secaban, proferían amables plegarias, rezaban al techo celestial para que los verdugos expiaran sus pecados.
Mi abuela me alimentaba con una carne asada de manera especial, frita o cocida. ¿Qué era? No lo sabía exactamente. Tal vez la barriga, el cuello, o las costillas, el hígado, los pulmones. No lo sabía.
Así que, en aquellos tiempos, yo era especialmente tonto y, según creo, feliz.
Abuelo, todavía me acuerdo de ti.
Un día que se topó de frente con un dibujo de una mujer desnuda, se dio la vuelta, como si no tuviera nada que ver con él, o como si fuera una estrella desconocida en la plaza del mercado, de la que los habitantes no quisieran saber nada.
Y entonces entendí que mi abuelo, así como la abuelita arrugada y todos mis parientes despreciaban por completo mis cuadros (¡vaya arte, que no consigue ningún tipo de parecido!) y que apreciaban más la carne.
He aquí otra cosa que me contó mi madre de su padre, mi abuelo de Lyozno. O tal vez lo he soñado.
Las fiestas de “Suckess” o de “Simchass- Torá”.
Le buscamos por todas partes.
¿Dónde está, dónde está?
Se ve que con el buen tiempo que hacía, el abuelo se había subido al tejado, se había sentado encima de las tuberías y se estaba zampando una zanahorias. No está mal para un cuadro.
No me importa que la gente, con satisfacción y alivio, descubra, en estas aventuras inocentes de mis parientes, el secreto de mis cuadros.
¡Qué poco me interesa eso! ¡Mis queridos conciudadanos, como queráis!
Todavía os contaré, por si os faltan pruebas para la posteridad de vuestra causa justa y de mi afrenta al sentido común, lo que mi madre me explicó de mis estupendos parientes de Lyozno.
Uno de ellos no tuvo mejor idea que pasearse por las calles del barrio, vestido sólo con una camisa.
¿Qué pasa? ¿Es espantoso?
El recuerdo de este sans-culotte llenará siempre mi corazón de una alegría soleada. Como si en la calle de Lyozno en pleno día hubiera resucitado la pintura de Masaccio, de Piero della Francesca. Me sentía próximo a él.
Pero no bromeo. Si mis obras no desempeñaban ningún papel en la vida de mis parientes, sí que, en cambio, sus vidas y sus invenciones ejercieron gran influencia sobre mi arte.
Sabéis, yo me embriagaba cerca del sitio que mi abuelo ocupaba en la sinagoga.
Pobre, desgraciado, cómo me daba la vuelta antes de llegar allí. Ante la ventana, con el libro de plegarias en la mano, contemplaba a gusto la vista de la ciudad, el día del Sabbat.
Bajo el zumbido de los rezos, el cielo me parecía más azul. Las casas descansan en su sitio. Y cada paseante se perfilaba con claridad.
A mis espaldas, empieza la plegaria e invitan al abuelo a pronunciarla ante el altar. Reza, canta, se repite melodiosamente y vuelve a empezar. Como si un molino de aceite girara en mi corazón. O como si una miel fresca, recién cogida, se derramara en mis entrañas.
Y, si él llora, me acuerdo de mi dibujo malogrado y pienso: ¿Seré un gran artista?
........................................................................................................................................

Mi vida es el único libro que escribió Marc Chagall (Vitebsk, 1887- París, 1985). Sus palabras son como sus colores, felicidad y melancolía, verdad o ensueño, que alzan el vuelo con los personajes de sus cuadros, tan concretos como milenarios. Este libro dibuja los años trancurridos en Vitebsk, su humilde ciudad natal, en el seno de una familia entrañable, pobre, que utilizaba sus cuadros para sacudirse la tierra de los zapatos. Y más tarde, lo años de aprendizaje en San Petersburgo y Moscú  y más allá la bohemia de París.




Hasta el 29 de septiembre se exhibe en el hall de Hebraica, la exposición didáctica:
Chagall. Vida y obra”
                                                     

viernes, 5 de septiembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

10 de Elul de 5774
Nuevo estudio sobre la cultura judeo-argentina

Una historia del libro judío de Alejandro Dujovne

Quien accediera a la biblioteca de un hogar judío en la Argentina del período de entreguerras habría encontrado obras escritas en ídish y editadas en Vilna, Varsovia, Moscú, Nueva York, Buenos Aires... ¿Qué puede decir esta condición transnacional acerca de la cultura judía del siglo XX? Alejandro Dujovne, doctor en Ciencias Sociales e investigador del Conicet, sigue los rastros de publicaciones y proyectos editoriales para iluminar una comunidad que, forzada a la diáspora y perseguida, hizo de la sensibilidad por la cultura impresa y por los libros, su “patria portátil”.

Desde la perspectiva de la sociología de la edición, el autor reconstruye el universo del libro judío de Buenos Aires desde sus primeros ensayos en la década de 1910 hasta mediados de los años ´70, tornando visible una trama compuesta por editores, intelectuales, traductores, mecenas, imprentas, instituciones comunitarias, partidos políticos, etc. La ciudad se afirmó como polo de traducción de obras de temática judía al castellano, y las elecciones de cada sello pusieron a prueba ideas políticas y expresiones culturales que dieron lugar a debates por la definición última, legítima, de lo judío.
Al desplegar el mapa exhaustivo de los desplazamientos materiales y los debates ideológicos, este libro se afirma como una obra de referencia para quienes quieran recuperar un capítulo insoslayable de la cultura judía argentina y como un disparador para preguntarse de qué modos se dirime en la actualidad, el futuro de esa cultura.


A continuación se transcribe un fragmento que el autor dedica a la SHA:


La Sociedad Hebraica Argentina
… la SHA fue, y continúa siendo hasta la actualidad, una de las principales instituciones de la vida judía argentina, cuyo nombre y modelo se exportaron a otros países de habla castellana. Su origen se remonta a 1909, con la fundación del Centro Juventud Israelita Argentina (CJIA). La mayor parte de los jóvenes que participaron en su creación habían vivido su infancia en las colonias agrícolas judías y migrado a Buenos Aires en busca del ascenso socioeconómico y la integración cultural que la universidad y, en segundo lugar, el comercio parecían garantizar.
...El CJIA deja paso en 1915 a la Asociación Juventud Israelita Argentina (AJIA) y en 1923 se crea una entidad paralela, la Asociación Hebraica, formada por algunas personas que habían participado en el CJIA. Si bien la AJIA y la Asociación Hebraica tenían un origen común, la segunda mostraba un perfil algo más elitista, tanto por sus integrantes como por las actividades que realizaba. Hacia 1926, la precaria situación económica en que se encontraban las llevó a fusionarse, dando nacimiento a la SHA, a la cual rápidamente se sumó un tercer grupo, el Ateneo Estudiantil Israelita.
La composición del Consejo Directivo y del Consejo Consultivo electos en 1927 revelan la extracción social y cultural del grupo inicial... En contraste con la mayor parte del colectivo judío de la época, que, al igual que otros colectivos inmigratorios, integraban trabajadores manuales y pequeños comerciantes, los impulsores de la SHA formaban una pequeña elite social y cultural.
Esta nueva entidad concentró las acciones de difusión cultural de las tres sociedades que la constituyeron. En la definición de su esfera de acción, y acorde con la posición de la elite liberal judía que la impulsaba, tanto la política como la religión quedaban excluidas. Entre sus propósitos específicos se contaban la difusión del conocimiento de la historia y la cultura judías y sus expresiones en la filosofía, la literatura, el arte y la ciencia; el fomento del idioma hebreo y la “literatura israelita”; la formación de una biblioteca especializada en estudios judíos y, a la vez, de cultura argentina; la edición de libros, y el desarrollo de “una acción sistemática encaminada a vincular la colectividad con los elementos superiores del país” (SHA, 1928).
… Entre El cristianismo precristiano, de 1924, y Tres ensayos sobre judaísmo... de 1959, última obra que logramos identificar, la SHA informó haber publicado treinta y siete títulos... En los treinta y cinco años que transcurrieron entre el primer y el último título, la editorial alternó entre tres tipos de obras: conferencias, traducciones y obras colectivas.
...Pese a lo extenso del período que abarcó, la editorial sostuvo una línea político-cultural identificable. Una veloz mirada a sus títulos revela que, aún con las profundas transformaciones históricas vividas por el judaísmo a escala nacional y mundial con el Holocausto y la posterior creación del Estado de Israel, la SHA propuso de manera consistente una concepción ética humanista de lo judío, de carácter liberal y secular.

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La hija del sepulturero, Joyce Carol Oates

En 1936, los Schwart, una familia de inmigrantes desesperada por escapar de la Alemania nazi, se instala en una pequeña ciudad de Estados Unidos. El padre, un profesor de instituto, es rebajado al único trabajo al que tiene acceso: sepulturero y vigilante de cementerio. Los prejuicios locales y la debilidad emocional de los Schwart suscitan una terrible tragedia familiar. Rebecca, la hija del sepulturero, comienza entonces su sorprendente peregrinación por la «América profunda», una odisea de riesgo erótico e intrépida imaginación que la obligará a reinventarse a sí misma.
Joyce Carol Oates (New York, 1938) – una de las grandes figuras de la literatura contemporánea y firme candidata al Premio Nobel - ha creado una pieza magistral de realismo mítico y doméstico, excepcionalmente emotiva y provocadora: un testimonio íntimo de la resistencia del individuo.
«Novelistas como John Updike, Philip Roth, Tom Wolfe y Norman Mailer compiten por el título de Gran Novelista Americano. Pero quizás ellos se equivocan. Tal vez la Gran Novelista Americana es una mujer.» The Herald
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El impresionante debut de Helene Wecker narra la historia de dos criaturas sobrenaturales en el Nueva York noche en que un horrible incidente las devuelve a sus universos respectivos.
de 1899. Chava es un golem, un ser hecho de arcilla al que dio vida un extraño hombre familiarizado con la magia negra cabalística. Cuando su amo muere a bordo en el trayecto transoceánico desde Europa, queda desorientada y a la deriva mientras el barco sigue su curso hasta el puerto de Nueva York. Ahmad es un genio, un ser de fuego nacido en el desierto de la antigua Siria. Atrapado en un viejo jarro de cobre por un hechicero beduino varios siglos atrás, es liberado por accidente en el taller de un hojalatero del Bajo Manhattan. En su lucha por abrirse camino en ese lugar nuevo y extraño, la golem y el genio procuran encajar con sus vecinos, todos ellos inmigrantes, encubriendo su verdadera naturaleza. Al conocerse por casualidad, las dos criaturas inician una improbable amistad, una unión quebradiza que desafía sus naturalezas opuestas, hasta la
Los viajeros de la noche, recibida con entusiasmo por la crítica y traducida a más de quince idiomas, aúna mitología popular, ficción histórica y fábula mágica, en un relato inolvidable y extraordinariamente imaginativo.
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En ausencia de guerra, Edgardo Cozarinsky

Una carta de 1977 encontrada en 2013 dentro de un libro de segunda mano… La llave de una caja de seguridad en un banco suizo, recibida de una persona muerta… De la pesadilla de la Historia resurgen los sueños traicionados y la especulación crapulosa de los años de plomo argentinos. En un presente donde todo se ha convertido en mercancía, los fantasmas de aquellos años convierten en vengadores a un escritor escéptico y a su amante, una joven anarquista. Cómplices improvisados, se internan en una trama de venganzas heredadas, siguiendo entre Ginebra y Montecarlo la pista del dinero sucio, ya atesorado, ya despilfarrado. Lo que pareció empezar al amparo de Henry James se les va tornando obsesiva novela negra e ingresan en un territorio donde impera la violencia reprimida que llevan dentro de sí.
Cozarinsky (Buenos Aires, 1939), escritor, cineasta y dramaturgo, demuestra una vez más la maestría de su prosa.