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viernes, 19 de diciembre de 2014

Misceláneas judías para la pausa del Sábado

En estos días de Januca,
un fragmento de "Historia del pueblo judío" dirigida por H. H. Ben Sasson.
JAG HAURIM SAMEAJ!!!

Significado de la rebelión asmonea

A lo largo de Judea y la Samaria meridional, entre el grupo que había actuado en el desierto desde los primeros cambios gubernamentales introducidos en Jerusalén, y entre la población rural judía del norte de Judea y la llanura de Lida, comenzó a formarse un poderoso movimiento de resistencia contra las autoridades sirias. El movimiento, bajo el mando de los asmoneos, una familia sacerdotal que vivía en Modiín, en el distrito de Lida, encabezada por un sacerdote llamado Matatías, no tardó mucho en convertirse en una poderosa fuerza de combate. La familia asmonea, que pertenecía a la guardia de Yoarib, era muy respetada en los círculos judíos y servía de ejemplo y fuente de inspiración para las masas. Durante los ciento treinta años siguientes los asmoneos ocuparon el centro de la historia judía.
Los judíos leales a su fe tuvieron que afrontar de cuando en cuando severas pruebas, como las que sufrieron durante la persecusión de los profetas del Señor en los tiempos de Ajab y Jezabel, y durante el reinado de Manasés, cuando se impusieron por la fuerza cultos extranjeros. Pero parece que el judaísmo nunca corrió tal peligro de extinción total como durante las sitemáticas e implacables persecusiones sancionadas por los decretos de Antíoco Epífanes. La gran mayoría de la nación vivía en esa época bajo la dominación seléucida, ya fuera en Palestina o en otros lugares. Aunque también había judíos fuera de las fronteras del reino seléucida, en Egipto, Cirene, Asia Menor y en regiones del Oriente Medio que no se encontraban por aquel entonces bajo el dominio de Antíoco, es dudoso que esas comunidades fueran lo suficientemente fuertes, tanto en lo material como en lo espiritual, como para conservar la vida de la nación o renovarla, en el caso de que el centro palestino quedara destruido o perdiera su identidad. La existencia de la nación judía, con el enorme impacto que estaba destinada a tener en la historia del mundo, quedó asegurada gracias a la lucha de los asmoneos y a la valiente postura asumida por el pueblo de Judea en el cuarto decenio del siglo II a.C.
…El primer choque entre los asmoneos y las fuerzas reales se produjo cuando estas últimas llegaron a Modiín para obligar a la población a participar de un sacrificio pagano. Matatías, el jefe de la familia, reaccionó con la mayor determinación:

A lo que contestó Matatías, diciendo con alta voz: “Aunque todas las naciones que forman el imperio abandonen el culto de sus padres y se sometan a vuestros mandatos, yo y mis hijos y mis hermanos viviremos en la alianza de nuestros padres. Líbrenos Dios de abandonar la Ley y sus preceptos.” 
(I Macabeos II, 19/21)

...Después de la muerte de Matatías, la dirección de la rebelión pasó a manos de sus hijos, entre los cuales se destacó por su talento militar Judas, conocido con el nombre de Macabeo.
...Judas Macabeo, ahora a la cabeza de un ejército resplandeciente de victoria, se preparó para tomar Jerusalén... cosa que consiguió en el mes de kislev (diciembre) del año 164... La conquista de Jerusalén representaba el triunfo completo de la rebelión. Una sola guarnición enemiga, encerrada en el Acra, continuaba resistiendo. Se purificó el Templo, se abolió el culto pagano y se confiaron los servicios a sacerdotes asmoneos, aunque Judas no asumió la dignidad de sumo sacerdote. En recuerdo de la purificación del Templo se instituyó la festividad anual de Janucá.

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