11 de Tevet de 5775
Balada del judío que llegó del gris
al azul
de Itzik Manguer *
El gris amanecer se posó descalzo en
el patio
y golpeó en la ventana más pobre,
y despertó del sueño el pobre judío
y vistió sus ropas grises.
Cargó en sus hombros el zurrón de
mendigo
y tomó en la mano su bastón gris,
y así, los dos, él y el bastón,
se encaminaron con pasos lentos por el
camino gris.
Camina y camina y el gris se torna
cada vez más espeso y pesado como
plomo;
se entristece el pobre judío gris
y en sus ojos centellea una lágrima.
Una lágrima grande que rueda
lentamente
y cae silenciosa en su barba gris;
la barba gris del judío se torna azul
por la fina, plateada luz de la
lágrima.
Pero ¿cuánto dura la luz plateada de
una lágrima?
Breves momentos y desaparece.
El judío se detiene ante un árbol
gris
y reza en voz alta una plegaria:
“¡Creador del mundo! Borra lo gris
de todos mis caminos. Y que sean
mi errar y ambular por este mundo Tuyo
radiantes y luminosos.”
Concluida la plegaria, aliviado el
corazón,
y esta plegaria – una mariposa azul -
aletea delante de él, un puntito azul
en un paisaje que va de gris en gris.
El pobre judío sigue su camino y ve
que entre las rutas se erige
una hostería gris y en el umbral
una rubia mujer vestida de azul.
Los ojos del judío se agrandan
sedientos
y su mirada bebe todo el azul.
Y dice la rubia mujer: “Que Dios os
ayude, Reb Id (1),
seguramente estáis cansado del camino,
entrad entonces por un momento a
nuestra casa,
tenemos suficiente pan y vino.”
El judío abre la puerta con manos
cansadas
y ve encaladas paredes pintadas de
azul.
En el rincón está sentado el dueño
de la casa
teniendo en sus brazos a su benjamín,
al que narra un cuento del reino azul
rodeado por doquier por un río azul.
Lo escucha el judío y cansado del azul
cae en un sueño, cansado del azul.
El sueño teje un camino, y éste es
azul,
y el bastón es azul, el zurrón es
azul.
Y el pájaro, que pasa volando, es
azul,
y azules son el campo, el bosque y el
río.
Pasmado mira el tabernero, y mira su
mujer,
cómo del judío desborda el azul
y llena la habitación y rebosa
y envuelve con azul toda la casa.
¿Quién llora? ¿Oyes? Afuera llora
el camino gris, tal como llora un niño:
“¿Por qué el judío me dejó solo,
afuera, desamparado a merced del
viento?”
El tabernero despierta al judío:
“Despertad, Reb Id,
afuera os espera el camino!”
Sonríe el judío soñando: justito
llegó al portón del reino azul.
He aquí que abre el portón y ve
en el valle las tres ciudades azules.
Pasmado mira el tabernero y mira su
mujer,
como del judío desborda el azul
y llena la habitación y rebosa
e inunda en el azul a toda la casa.
Y lo azul se torna murmullo y
tartamudeo y vuelo,
y susurro y ruido y canto del más
allá;
se torna hoja y rama y tronco y árbol
y nube y bosque y sueño que supera a
otro sueño.
Y lo azul se torna ola y río y mar,
concepción del misterio y su rima
sagrada
se torna paso y taconeo y danza y
alegría,
se torna dicha suprema y eternidad.
Se torna centelleo y brillo y rayo y
luz,
se torna sombra y sustancia y se torna
rostro.
Pasmado mira el tabernero y mira su
mujer,
cómo el judío desborda el azul
y llena la habitación y rebosa
y envuelve de azul toda la casa
y................................................
(1) Textualmente “Rabí Judío”, es una
manera de dirigirse respetuosamente a un judío cuyo nombre se
desconoce.
Traducción: Simja Sneh
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* Itzik Manguer nació en 1901 en Chernovitz, su padre era sastre y sustentaba el hoga con grandes dificultades. Su trayectoria en la poesía idish tiene un profundo calor popular y se nutre en los folklores judío y eslavo. Su obra, que incluye poemas y baladas, fue escribiéndose a lo largo de de una vida vagabunda, cuyo último puerto fuera Tel Aviv, ciudad a la que arribó en medio de homenajes oficiales, en 1967 y donde falleció dos años más tarde.
Esta balada fue extraída del libro "Pájaros nocturnos" (AMIA, 1975), prologado por Ernesto Sábato que escribió:
"En el comienzo de este siglo apocalíptico, señalado para el mayor y más bárbaro exterminio de su raza, nacía Itzik Manguer en un ghetto cualquiera de la Europa Oriental. Y allí creció, entre las angustias y alegrías de ese misterioso pueblo, capaz de volver a reír y bailar sobre las cenizas del último pogrom. El destino no le ahorrará ni dolor, ni pobreza, ni exilio, ni enfermedad, pues Dios pone a prueba el temple de los que un día deberán cantar y llorar el corazón del hombre...
Así, a través de su espíritu mediador, recibimos la palabra del gran poeta remoto.Que con la lengua de judío, cantando sus esperanzas y desventuras de judío, con nostalgia y meditación de judío, nos hablaba finalmente de cada uno de nosotros, de los interrogantes últimos de cualquier ser que espera, siente, ama y sufre en cualquier lugar de la tierra."